martes, 25 de agosto de 2020

“El Quijote” villacurano: ‘independiente, pero no indiferente’

Uno de los periódicos villacuranos de más larga data en la historia local fue El Quijote, que según el poeta José Manuel Morgado, fue fundado por J. L. Sanabria Méndez el 25 de agosto de 1932, y se imprimió en la Tipografía La Esperanza (revista Expresión N° 32. p.10). No obstante, en su libro Pasado y presente de Villa de Cura (1974), Salustiano Yusti Prieto escribe que la edición N° 1  de "El Quijote" lleva como fecha el 23 de agosto de 1932, siendo su editor-director J. L. Sanabria Méndez, solo hay discrepancia en la fecha.

Esta parece ser la primera etapa de este periódico, aunque el mismo Yusti Prieto, agrega en su inventario sobre el periodismo villacurano que antes existió "El Quijote" y que nació en Villa de Cura el año 1929 y el N° 3 lleva fecha de 1° agosto, y como director figura Carlos F. Gross, editado en la "Tipografía La Religión". En sucesivas etapas, en los años 1935 y 1937, sigue figurando Sanabria Méndez como director; en 1945, primera quincena de agosto, El Quijote tiene como director a Rafael Viloria.

Finalmente, en su quinta etapa, El Quijote reaparece en agosto de 1966, Año 1, "el primer número de la quinta época" bajo la dirección y administración de Inocencio Adames Barrios y Germán Cordero Padrón. Editorial Miranda.

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El Quijote. Un periódico independiente, pero no indiferente. 

El "editorial" de El Quijote, publicado en portada, dice:

¿Con Quién Vamos?

 Como el célebre canoero del Arauca, antes de atravesar el “ancho, mudo y solitario río”, contestaremos con la voz clara y firme: con Dios, que es amor, guía y esperanza y con el pueblo, que como escribió tan bellamente Bolívar, “es el que mejor conoce, con luz verdadera, lo que es conveniente y lo que es justo”. Fieles a nuestro lema: “independientes, pero no indiferentes”; iniciamos nuestras labores sin compromisos con ningún grupo político, social o económico y solo aspiramos, aunque en forma muy modesta, servirle a la noble colectividad villacurana. En esta quinta etapa de “El Quijote” están presentes en el recuerdo y el sentimiento las sombras astrales de sus fundadores: José Sanabria Méndez, Aníbal Paradisi y Candelario Matos, cuyas inteligencias invocamos para que nos iluminen y ayuden en las tareas que nos proponemos cumplir. En este, el primer número de la quinta época de “El Quijote” – y conste que no hay quinto malo – presentamos nuestro respetuosos saludo a las Autoridades civiles, militares y eclesiásticas, a la Banca y al comercio villacurano, a la Prensa nacional y muy especial a nuestro colega y conterráneo “El Villacurano” con quien pensamos compartir, que no competir, en las tareas informativas al servicio del pueblo. Salud y adelante.

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J. L. Sanabria Méndez - ꝉ-

Fundador y Director de “El Quijote”, cifra valiosa del periodismo villacurano, padre de familia honesto y cumplidor de sus deberes, impulsor decidido del deporte y de nuestras tradicionales Fiestas Patronales, ciudadano ejemplar que enorgullece el gentilicio villacurano y lega a sus descendientes ejemplo de limpia honestidad y de trabajo. Para referirse a él, escribió, quien fuera su amigo y colaborador, el también desaparecido poeta Dr. Aníbal Paradisi, estas bellas palabras: “su testimonio está en su propia historia, nació de cuna humilde y aquí en su propio pueblo ha querido plantarse como un árbol, porque su historia es esta: una raíz que sale de la tierra y un ramaje que asciende bajo el sol”.

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Peldaño

Nueva Salida

Como hecho de apreciable significado para los intereses culturales de la comunidad aragüeña –dentro del modesto propósito en que él se produce- merece calificarse la reaparición del periódico “El Quijote”. Con esta nueva salida, la quinta en término de cuarenta años, supera, simbólicamente, este vocero el número de las realizadas por el inmortal visionario manchego. Y si este símil es aceptable en lo puramente formal, mayor validez le concedemos cuando en él van comprendidas finalidad e intención, que siempre fueron nobles y provechosas.

De esto último pueden dar fe quienes hayan observado la trayectoria del periódico villacurano en sus etapas anteriores. Sin escapar a ninguna de las conocidas dificultades que han acechado y siguen acechando a este tipo de empresa en el medio provinciano, “El Quijote” hizo siempre honor a su nombre, como abanderado de los mejores ideales de progreso bien entendido. No en balde estuvo asistido desde su iniciación por gente de valía en lo intelectual y en lo personal. Logró subsistir con dignidad, mérito máximo para un órgano de libre orientación; retirarse discreta y oportunamente cuando ello se consideraba necesario; y hacerse visible de nuevo cada vez que su presencia pudo ser útil al conglomerado del cual recibió apoyo y aplauso.

Usando del crédito que tales antecedentes le abonan, “El Quijote” puede ostentar hoy, con orgullo, una línea de servicio pocas veces igualada en el interior venezolano por publicaciones de su clase. Y en los anales periodísticos de Aragua esta quinta salida le da sitio de excepción. Desaparecidos los órganos que contribuyeron eficazmente a enaltecer esa actividad en la región (“El paréntesis”, “El Industrial”, “Brotes”, “La Voz de Aragua, “Juventud” y otros), toca ahora a él, en días de mayores exigencias, mantener al alto los fueros de esta tradición. Dada la conocida veteranía de sus editores no cabe duda de que ello se logrará plenamente. Aragua  está de pláceme por este motivo.

Abiertos están los derroteros para la andanza fecunda que los días presentes reclaman con más ahínco y premura que ayer. No será ella del todo grata. Volverán a salir al paso, como antes, como siempre, malsines y fariseos cuya misión no deja lugar para equivocaciones. A contrarrestar esa nefasta influencia va precisamente la acción del periódico, cuando está rectamente conducida.

Se cuenta que Juan Vicente González, al redactar el material de sus periódicos, lo hacía pensando siempre en sus enemigos, presuntos o ciertos. Y explicaba: “Son ellos quienes me leerán con mayor atención y procurarán censurarme con mayor acritud; si lo escrito va inspirado por la equidad y la justicia, jamás me alcanzará la ola venenosa”. Son enseñanzas para todos los tiempos.

MRU (Miguel Ramón Utrera)

El Quijote, año 1 (p. 3). Quinta Época. Editorial Miranda. Villa de Cura, Aragua. 1966.


El Quijote. Quinta Etapa. 1966.


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