viernes, 25 de agosto de 2023

Ensayo de palabras para un taller

 (Terapia de palabras)

 

En la boca de Ingrid, las palabras hacen huelga, se convierten en piedras concentradas; las palabras dejan huellas imperecederas, crean mundos, destruyen imperios. Ellas vuelan con alas de papel, amellan tijeras, forman laberintos y espejos, echan raíces, se multiplican, mueren y se suicidan en abismos, en la hoja en blanco.

Las palabras de arrugan, a veces se estiran, caminan por precipicios, se lanzan en paracaídas. Algunas queman, penetran, llegan al corazón, a los riñones. Explotan en mil pedazos, se fragmentan, se unen en versos, construyen puentes, metáforas, metonimias, hipérboles. Suelen hacer ruido, estruendo, hecatombe, arrasan reinos, forman tribus terribles. Aprenden a matar, a destruir ídolos, a levantar estatuas, a mirar al sol, al infinito. Viajan en años luz, Andrómeda, Orión, Osa Menor. Son cósmicas, forman materias oscuras, misterios, hoyos negros, enanas blancas.

A veces hablan con Dios, le dan nombre a las cosas, son eternas, efímeras, viven un segundo, un siglo, milenios. Forman triángulos, cuadrados, ángulos rectos, isósceles, se van por la tangente. Muchas veces son solitarias, solidarias. Forman máscaras, transparencias. Producen lluvias, lágrimas, depresión, implosión, inflación. Van al mercado, hacen colas en poemas malditos. Transforman las cosas en viento, en ebullición, en columnas, en templos. Viajan en pentagramas, confusas, semifusas, blancas, negras, esquizofrénicas, dominantes, malvadas.

Se visten de mujer, poeta, loco, mendigo, cambian de sexo, de bando, de partido. Están en libros, en periódicos viejos y nuevos, digitales, virtuales, en revistas miserables, mediocres. Descansan en estanterías, baúles, en cajas de cartón. Duermen a la intemperie, en calles, apartamentos, edificios, en ranchos, en cuevas y desiertos.

Las palabras pueden ser rescatadas, lavadas, reformadas, andar a la moda. Tienen significado, significante, pueden ser inútiles para el amor, el desamor; pueden dar valor, miedo, tristeza, pánico tal vez. Ellas nos rodean, regodean, asaltan, nos sumergen en exilios, en llanto. Pueden levantarnos para luchar, vivir, resucitar, escribir ensayos, melodías y nos dan ganas de seguir viviendo en gerundios, amando, sonriendo, soñando y liberando deseos de decir y contradecir contra el olvido, contra toda adversidad.

Estamos rodeados de palabras en este espacio, escenario, taller, en este encuentro de voces, escrituras, intentos de hacer y decir cosas que llevamos dentro y que hoy compartimos para superar el aislamiento y el olvido o la duda metódica de la existencia.

 

Argenis Díaz/ 2018. Recuerdo de un taller de ensayos.

 

Nota de la imagen: “Huelga de palabras” de Ingrid Chicote fue presentado por la Casa de Bello el 27 de septiembre de 2012. La autora fue ganadora del Concurso de Poesía de la Bienal Cruz Salmerón Acosta 2010. Los presentadores de la obra fueron los poetas Miguel Márquez y Luis Alberto Crespo.

 

Ingrid Chicote y su libro Huelga de palabras.