miércoles, 29 de abril de 2020

Rolando Quero se hizo pintor

A modo de presentación

Yo conocí a Rolando Quero cuando no era pintor. Éramos unos niños, con alto interés de estarnos bajo las sombras de los samanes, que poblaban y aun pueblan el espacio de una placita vecina a nuestras casas: la placita de la Virgen de Lourdes. Llegábamos allí siguiendo el camino que los bachacos nos habían enseñado. Decíamos en secreto nuestras pequeñas oraciones y jugábamos a ser grandes desde los diminutos platos de una vajilla de porcelana, donde reposaba el sueño de una ensalada con un trocito de carne.

Y digo que ciertamente Rolando no era pintor, pero los colores de este encarnado trópico ya habían hecho nido en esa mirada, en el ojo que posee todo el que aspire a ser un creador en el mundo de las artes plásticas. Indiscutiblemente Rolando era de esta estirpe.

Muy pronto supimos que él tenía una efervescencia de colores en el pecho. Tendría unos trece años cuando elaboró unas réplicas, tan perfectas, en óleo, y demás, en un formato significativo que pasaba del metro, que todos lo vimos como lo que Rolando ya era: un pintor. Por eso en nuestra cuadra él tuvo modelos que posaron para su obra, mi hermana fue una. En el cuadro quedó transformada para siempre en una bailarina.


No dudó y tempranamente abandonó el país para hurgar en el insondable mundo de la creación. Incorporó entonces a España en su interior donde habitan olivares, arenas, soles. Crecieron adentro otros mares con lunas y las formas misteriosas de los sentimientos junto a los samanes de la placita, los milagros de la virgen, los signos del fuego, las señales del verano en los apamates en flor. La sempiterna cercanía de nuestros muertos. La compañía de El Ángel de la Guarda invocada por todas nuestras madres.


Los primeros cuadros de Rolando fueron figurativos. En el viaje, en el tráfico se fueron trocando en formas interiores, en manchas, re-creaciones de los recuerdos, o como dice de la obra de Rolando el acreditado conocedor y crítico de artes plásticas, Gabino Matos: formas y planos seccionados en un inacabado ritmo circular, a modo de circunferencias y espirales fragmentadas, revelan un halo misterioso de significados recónditos e imposibles. Pinturas que sugieren lo infinito, lo interior, lo misterioso; una suerte de pretensión de ir más allá del dato fácil que proporcionan los sentidos.

Cuando me inclino ante el mundo que contiene un cuadro de Quero, doy con una poética donde los colores, unas veces acentúan el vértigo de la desolación. Otras, el signo se compacta en sustancias oscuras que pertenecen a otro contexto y que el afán y los trajines de la búsqueda, hacen que habite el espacio de la tela para crear otra relación marcada por el relieve de la huella, el bulto del signo, tal vez de una nube en el ocaso de una tarde en Villa de Cura o en Túnez. En palabras de Gabino: una declarada oposición a la lisura y materiales pictóricos convencionales.


Decir Rolando Quero, es decir del empeño por descifrar la urdimbre de colores, ese insistir en otras formas. Así el ojo sobre la tela vuelve hacia el pájaro, la orilla, el ala de soñar, el íntimo rumor del rojo, el aguijón oscuro de una reja. Pinturas, obras donde los trazos crean un espacio de libertad, encerrado en el infinito círculo de lo universal


Rosa Hernández Pasquier, poeta y editora. 






Obras de Rolando Quero.
Rolando Quero, artista plástico.

Rosana Hernández Pasquier, poeta y editora.

martes, 28 de abril de 2020

Ingrid Chicote: herida por el ritmo de la luna

José Pulido*

Ingrid Chicote es una perseverancia inusual: sus ojos buscan, encandilados en el día y sosegados en la noche, las huellas de lo que fue, las señas de lo que es y la premonición de aquello que será. Y todos sus parpadeos son amorosos. Es una mujer enamorada de la vida y de sus misterios. Es una poeta. Es un ave sentimental que ha caído en el fuego y trata de reponer sus alas con el tejido de las palabras.

Ella es un paisaje espiritual, es la transcripción de esos murmullos que van definiendo la intimidad y el estremecimiento particular de un sitio. Ingrid Chicote podría figurar en un mapa con características de valle poblado, de comunidad herida por la nostalgia y el olvido.

-Una mujer lava atormentada de poemas…- dice Ingrid.

Yo la miro recostada a la casa, en la pared que una sombra efímera protege del solazo. Es la fresca pared que nos ampara cuando conversamos de año en año. A veces lamento no verla más seguido, pero la leo siempre porque me envía sus poemas.

-Una mujer lava atormentada de poemas, piensa en sus infinitas batallas –lavar es un acto poético- limpia la ropa, se purifica la historia personal…- completa la frase.

Ella es una perseverancia que infunde respeto, porque el amor con que se comporta le quita el óxido a las herrumbres, despierta frescura en la resequedad y la hace parecer una señora extraña, martirizada y santificada en una frase, atormentada y endemoniada en la mitad de una oración.

Ella jamás pierde esa sensación de rareza que le otorga lo que está sintiendo y lo que está pensando. Es rara como un arcoiris en el verano de la carretera. Porque no puede decir lo que está pensando y lo que está sintiendo, en la tertulia de la frutería o en la reunión de padres y representantes. Tiene que escribirlo y reescribirlo, decirlo y volverlo a decir. A solas en el confesionario de la cuartilla.

-Una mujer lava, atormentada de poemas, piensa en sus infinitas batallas –lavar es un acto poético- limpia la ropa, se purifica la historia personal, no olvida miradas sobre sus vestidos, buscando enigmas, el secreto de lo oculto, a pesar del detergente, de los infinitos enjuagues, no puede evitar la herida, del ritmo de la luna…- continúa Ingrid.

Cada vez que la leo se me aparece como un espíritu encantado, como una visión apacible. Tengo la certeza de que se materializa frente a mí. Y eso se debe a que su poesía es una confesión de lo que ella es por dentro y por fuera. Uno siente deseos de advertirle que está regalando su alma a todos los ojos que lean esos poemas, que es fácil apresarla como una luciérnaga y meterla dentro de la botella de la desmemoria, de la incomprensión o de la perplejidad. Pero eso es la poesía: algo que estremece a uno y al otro y la reacción de cada quién depende del tamaño y la textura de su sensibilidad.

Estamos recostados a la pared de la casa de mi madre. Ingrid y su compadre conversan en voz baja sobre cosas del arte o de las hierbas medicinales. El compadre de Ingrid es uno de sus lectores más confiables. Es artista, escultor y tallador. Se llama Orlando Arnaldo José Pulido, y es mi hermano menor. Mientras hablan yo leo el poema que hemos estado diluyendo y extendiendo bajo el sol.



ACTO POÉTICO
Una mujer lava
Atormentada de poemas

Piensa en sus infinitas batallas

          -lavar es un acto poético-

Limpia la ropa
se purifica la historia personal
No olvida miradas
sobre sus vestidos
buscando enigmas
          el secreto de lo oculto

A pesar del detergente
         de los infinitos enjuagues
no puede evitar la herida
del ritmo de la luna

La huella eterna
       - constancia del género -
que a pesar de su antigüedad
no se cura con suturas
ni exilia para siempre
el encuentro
con los caballos míticos del alma

¿Se han dado cuenta de que ese poema es todo lo que he deseado comentar sobre la poesía y la calidad humana de Ingrid Chicote? Ese solo poema es una muestra de la intensidad con que suelta sus coletazos el pez fuera del agua; es la furia de la ternura, es el candoroso diapasón de la piedra, es la dulce presencia del calvario cotidiano, es la cruz que se comparte en la palabra.

La luna, esa soledad implícita, ha servido tanto para la consumación del verbo, que se ha pasado una eternidad a la intemperie, corriendo peligro de cursilería. Pero Ingrid ha conseguido uno de los versos más hermosos y significativos aludiendo a la luna:

A pesar del detergente
de los infinitos enjuagues
no puede evitar la herida
del ritmo de la luna

Todo el libro que Ingrid ha reunido con sus poemas ya vale la pena, porque ese verso justifica y ratifica la necesidad de conocerla, de leerla. No es fácil lidiar con la luna y salir caminando con certidumbre y gracia.

Podría seguir hablando durante muchas cuartillas sobre Ingrid Chicote, pero eso deben hacerlo sus poemas y nada más que sus poemas. Sin embargo debo insistir en algo: cuando me encuentro con Ingrid y hablamos de esto y aquello, de lo humano y lo inhumano, siento que me he desarraigado un poco. A ese pueblo de ella, que es también mi pueblo, no voy todas las veces que quisiera, porque cuando lo veo me pongo demasiado triste. Me siento como uno de los cargadores del santo sepulcro de la tristeza. Sí: ese pueblo mío tengo que mantenerlo en la memoria de la infancia para que no se me deshaga en la mirada. 

Por eso transito constantemente la poesía de Ingrid Chicote. Ella contiene, en clave de cariño, uno de los paisajes espirituales que prefiero mirar.

Prólogo al poemario inédito Lomo de nubes
(selección poética) de Ingrid Chicote. 2009


*Escritor, periodista, narrador y poeta villacurano.

sábado, 25 de abril de 2020

Breve biografía de Aquiles Nazoa

Por José Manuel Morgado.

*** El poeta "Jotaeme", como lo llamaban sus amigos, conoció a Aquiles Nazoa en Villa de Cura, donde este vivió poco tiempo, y los unió la amistad nacida de la poesía y las luchas sociales. Por ello, entendemos, que 10 años después de la muerte del "Ruiseñor de Catuche", en 1986 salió publicado el libro de Morgado, Jazmín y Cariaquito (Para Aquiles Nazoa), en una edición auspiciada por un grupo de amigos del autor. Tengo la dicha de tener autografiado un ejemplar del libro que recibí en su taller de tipografía, ubicado en la calle Páez de Villa de Cura.. He aquí transcrita esta breve biografía de Aquiles Nazoa al estilo de José Manuel Morgado y el poema "Tú", como parte de ese homenaje... 

Aquiles nació una mañana de mayo, mientras San Isidro Labrador, que le iba a servir de partero a su mamá, se encontraba bajo la lluvia llenando de semillas los surcos de su pequeño conuco. Su llanto, que más que llanto pareció un sollozo, fue el primer verso que Aquiles le hizo al mundo. A la mañana siguiente, desplegadas como banderitas blancas, amanecieron los pañales saludando al hermano Sol que le sacaba brillo en los corrales de los pueblos rurales a los piñones y paterratones.

Aquiles no fue creciendo como los demás niños, hacia arriba, sino hacia el corazón de las personas, Cuando tenía cinco años se estrenó su primer sombrerito. A veces, a su mamá le parecía que no era un sombrerito lo que llevaba Aquiles en la cabeza, sino una flor, porque siempre se le posaban en él las mariposas.

A los diez años se “jubiló” por primera vez. Que así era como se le decía a la mala maña de salir para la escuela y coger para otra parte. Ese día en que se jubiló, Aquiles cogió para el río a bañarse, y como para llegar a él había que caminar un rato por el fresco túnel de verdes y trozos de cielo de un largo callejón, Aquiles se ponía a contrapuntear con los pajaritos que se le cruzaban en el camino. Cuando llego a la orilla del río, que tenía un agua muy cristalina, se puso a hacerle chistes a las sardinitas y a los cangrejos. Una paraulata ojo e’ candela que bajó al río por la tarde a beber agua, le dijo en el dialecto de su canto, que Aquiles conocía, que se fuera para su casa porque estaba empezando a oscurecer. A su regreso por el callejón, fue dejando migas de pan sobre el camino para que al día siguiente los pajaritos supieran donde vivía él.

Cuando Aquiles salía con su papá, sentado en la parrilla de la bicicleta, gozaba mucho oyendo el sonido de los resortes del asiento cuando su papá le ponía más empeño al impulso de darle a los pedales en las subidas. Y el día que un “gomecista” le despachurró con su carro la bicicleta a su papá, nació el primer verso triste de Aquiles.

A los quince años se enamoró por primera vez. Se enamoró de una muchacha que no tenía ojos… Lo que tenía en la cara era un par de luceros que se le habían caído de la noche del pelo. Antes, hacerle el amor a una muchacha no era lo que significa hoy día. La primera palabra de amor que le dijo Aquiles no se supo cuál fue, porque se la dijo tan cerquita que se volvió beso.

A los veinte años, cuando según él parecía un añoso ciprés, de lo flaco que era, escribió su primer libro de versos, o mejor dicho, voló por primera vez, porque Aquiles desde ese entonces pasó a ser “El Ruiseñor de Catuche”.

Aquiles se casó dos veces, o mejor dicho, tres. Porque su primera mujer fue la Poesía. Su segunda mujer fue Estrella, que se apagó de pronto. Y por último, como un San José, retoñada de poemas su “fragante vara”, se unió a María. Por las  tardes jugaba con las manos de ella como un malabarista, y el Sol, indiscreto como un fotógrafo furtivo, les tomaba fotos a medida que se alejaba.

A los [casi] cincuenta y seis años*, un día de Abril de 1976 Aquiles se montó en su carrito azul que él tenía y se fue para Puerto Cabello a visitar a unos amigos, pero se equivocó de carretera y en vez de buscar para Puerto Cabello buscó para la Muerte.

Cuando lo exhumen, cuando lo rescaten de ese deprimente panteón donde está ahora y lo sepulten al lado de Xiruma, le voy a llevar – si estoy vivo – una matica de helecho…


TÚ…

Sal, pues, a la mañana y a las flores
a recoger tu voz y tu sonido.
Aquiles Nazoa

Tú que pusiste a volar
los pájaros de la luz;
tú que supiste mirar
la vida por el trasluz;
tú que exprimiste el añil
para tu cielo formar
y tesonero y febril
trabajador de lo bello
a la piedra en el cantil
le sacaste su destello;
tú que en la albísima rosa
de José Apóstol cubano
con un gesto de tu mano
posaste tu mariposa
con las alas desplegadas.
Y tus palabras como hadas
con varitas de colores
llenaron de resplandores
tus libros de poesía;
tú que a tu amada María
con tu mejor emoción,
como una flor, cada día
le abriste el corazón;
tú que alentado tu amor
por su frescura de helecho,
le celebraste en tu pecho
su aniversario al color,
yaces, Aquiles, inerte
poeta de la ternura,
en ese panteón de muerte
de deprimente negrura…


Jazmín y Cariaquito (Para Aquiles Nazoa. Villa de Cura 1986.

Transcripción: Argenis Díaz
Foto reproducida del libro Jazmín y Cariaquito. 1986.
*Corrección del original que dice "cincuentiseis". Los corchetes son del transcriptor.

Aquiles Nazoa, con sus hijos Claudio y Mario
Nazoa Laprea, en una plaza de pueblo.

Portada del libro, elaborada por:
Laura Eloísa Díaz.

martes, 21 de abril de 2020

Trino Celis Ríos: una voz del paisaje poético

De Trino Celis Ríos, poeta y periodista, muy ligado al paisaje poético aragüeño, incluso reseñado por el poeta Miguel Ramón Utrera en su recopilación de Poesía de Aragua, teníamos la noticia de que había nacido en Villa de Cura, según la crónica local villacurana, respaldada por el historiador Oldman Botello. Sin embargo, un nuevo elemento de índole documental viene a trastocar ese postulado histórico para arrojar nueva luz sobre el origen o nacimiento del insigne intelectual y hombre público. El documento en cuestión lo anexamos a este artículo...

Trino Celis Rios. Poeta y periodista, nacido el 16 de abril de 1890 en Caracas; fallecido el 15 de enero de 1952 en Maracay. Hijo legítimo de Fausto Celis Ríos y Adelina Ríos. Refiere Botello que "su educación fue la enseñanza impartida por las hermanas Rivas Castillo" en Villa de Cura "y luego en Caracas en el Colegio Alemán, así como las lecturas que se prodigaba y el ejercicio permanente de la poesía y del periodismo, cuya producción vertió en diarios y semanarios de aquellos días".  En sus escritos utilizó varios seudónimos, entre ellos: P. Quiñones, Simbad el Marino, Quitilus Varo, Florismarte de Hiscarnia y Fernán López en sus crónicas, versos y glosas. Lo que podemos inferir de lo que afirma Botello es que parte de la infancia del poeta Trino Celis Ríos trascurrió en Villa de Cura, y que regresó varias veces a este pueblo donde era ya conocido y finalmente se residenció en Maracay.

Trino Celis Ríos se desempeñó durante más de 30 años como funcionario del Gobierno de Aragua, esencialmente como Director de Política; también ejerció la Dirección de Cultura del estado, estuvo junto al villacurano Aníbal Paradisi hasta el momento de la muerte del poeta. Varias veces ocupó interinamente la Secretaría General de Aragua en ausencia del titular, así como también la Dirección del Censo en 1919, cinco veces senador y diputado al Congreso, miembro de la Corte Superior de Aragua, Fiscal del Ministerio Público, Inspector Técnico de Educación, director ad-honorem de la Biblioteca Pública de Aragua en 1930 y jefe de Prensa de la Gobernación de Aragua que fue su último cargo público, del cual se separó en 1950 porque no quería ser censor, como lo exigía la dictadura militar. Nunca solicitó prebendas, honores, ni recompensas por sus servicios al Estado y a la cultura popular.

El poeta se casó en primeras nupcias con María de los Ángeles Rodríguez, hija del general Pedro José Rodríguez, quien desempeñó la presidencia de Aragua en 1911. De esa unión nacieron Yolanda y Darío Celis Rodríguez. Luego contrae matrimonio con Trina Castresana, quien murió en 1943. Fue también su hija doña María Elba González, nacida el 5 de febrero de 1921.

Según nos cuenta el poeta Elías Rodríguez Argüello en su obra Perfiles de Luces que Trino Celis Ríos le confesó que siempre fue un asiduo lector de los grandes maestros de la poesía como Baudelaire, Amado Nervo, Rubén Darío, entre otros, y del poeta aragüeño Sergio Medina. Por su parte, Miguel Ramón Utrera, en Poesía de Aragua (edición 1992) dice de este poeta que en su temática “predominó el influjo del paisaje aragüeño, integralmente: valle, montaña y costa fueron manantial inagotable de emoción para su espíritu…” Tuvo la facultad de conciliar armoniosamente diversas tendencias literarias y adaptarse a los cambios en los modos de expresión poética. 

En muchos de sus textos predominó la forma del soneto, entre éstos “Estío Aragüeño” donde menciona la “mustia floresta”, “un tropel de cigarras cantoras” y los “bucarales” del paisaje local. En fin, detectamos en su obra una voz del paisaje poético aragüeño que nos llega del pasado siglo y una sólida muestra de lo que constituye nuestra tradición literaria aragüeñaPerteneció a la generación de poetas de la estirpe de Carlos Blank, Rafael Briceño Ortega, Sergio Medina, Pedro Brea, Manuel Morales Carabaño, Miguel Villasana, Napoleón Acevedo y el mismo Augusto Padrón, entre otros.

De su obra literaria se publicó Poemas (selección póstuma), edición de la Biblioteca de Autores Aragüeños. Imprenta Nacional. Caracas, 1964. Esto fue gracias a su hija Yolanda Celis Rodríguez y su amigo el poeta Augusto Padrón.

A finales de 1971 fue creada la Unidad Educativa Nacional (Liceo) con el epónimo de Trino Celis Ríos, en homenaje a este ilustre personaje aragüeño. Ubicado en la Calle Bolívar de Palo Negro, se creó por decreto presidencial de Dr. Rafael Caldera, a partir del 1° de Octubre de 1971. Se inició con nueve secciones, una seccional y diecinueve profesores; su director fundador fue el profesor Jorge Jacobo Peña y el subdirector fundador fue Luis Caruso.

Nota: fue corregida la fecha de nacimiento con base en evidencia documental publicada por el historiador Johnny Hernández Calvo el 17 de junio de 2020 en la página de facebook A. C. Villa Literaria Zamora. Anexamos imagen de la fe de bautismo de Trino Celis Ríos, cuyo texto original dice:
“/Al margen: Trino Tolibio Celis 327/ El diesiseis de abril de mil ochocientos noventa y uno, yo el Cura Rector interino de la parroquia Santa Rosalía de Caracas, bauticé solemnemente según el Ritual Romano, á un parvulo que nació el diez y seis de abril del año pasado, [Entre renglones: y le puse por nombre Trino Toribio] hijo legítimo de Fausto Celis Ríos y Adelina Ríos. Fueron sus padrinos Trino Celis y Teresa de Celis – a quienes advertí el parentesco y obligaciones de que certifico=Dr. Francisco Marvez (Rúbrica)”.
Del texto se desprende, entonces, que Trino Celis Ríos no nació en Villa de Cura o en Maracay, estado Aragua, sino en la  parroquia Santa Rosalía de Caracas.

Texto y diseño de fotos: Argenis Díaz/ Texto actualizado, junio 2020.


Estío aragüeño

Arde en amores la mustia floresta;
cálido soplo estremece las horas
y en el bochorno estival de la siesta
vuela un tropel de cigarras cantoras

Alada vibra en el aire la orquesta
de violoncelos y flautas sonoras.
Es el preludio que anuncia tu fiesta
-¡Oh, sembrador!- en cercanas auroras.

¡Los bucarales se incendian! Las rúas
abren las fauces con sed de garúas
bajo el ustorio sopor del estío.

Y en su fiebre del sol meridiano
echa en la alforja mendiga del llano
sus miserables limosnas el río.

Trino Celis Ríos.

Referencias
Efemérides del Estado Aragua. Adalberto Pérez Rodríguez. 2012.
El siglo. Columna: Curucuteando el Arcón. Trino Celis Ríos. Oldman Botello. 2002.
Perfiles de Luces. Elías Rodríguez Argüello. 1998.
Poesía de Aragua. Recopilación de Miguel Ramón Utrera. Maracay. 1992.
 
Trino Celis Ríos (1889 - 1952)

Copia de fe de bautismo de Trino Celis Ríos.
Publicada por Johnny Hernández Calvo. 2020.


sábado, 11 de abril de 2020

José "Chino" Rujano: Compositor y promotor del joropo central

José Antonio Rujano Márquez, conocido como “el Chino Rujano". Compositor, cantador, promotor, organizador y animador de joropo central. Nace en Zea, población del estado Mérida enclavada entre las montañas del Parque Nacional General Juan Pablo Peñaloza y los ríos Escalante y Guaruríes, estado Mérida, el 19 de febrero de 1952. A los 9 años llega a Palo Negro, Aragua, donde cursa estudios de Primaria en la escuela Cacique Charaima y se gradúa de bachiller en el Instituto Andrés Bello. También realizó cursos de Contaduría y Procesamiento de datos y talleres de folclor y música. Productor Nacional Independiente N° 15797, socio de Sacven N° 7594 y Ciaca N° 99. Fue taxista por muchos años en una línea de Palo Negro. 

Tiene una extensa producción musical con más de un centenar de temas grabados e inéditos; ha sido un entusiasta promotor del joropo central en diferentes emisoras de radio de la región. Además, ha impartido talleres sobre esta música tradicional de los estados Aragua, Carabobo y Miranda en varias comunidades. El Chino Rujano, como lo conocen popularmente en el gremio de cantadores y joroperos, goza de gran credibilidad y respeto por parte de este colectivo cultural. Ha cantado con “arpistos” de la talla de Alfredo Sánchez, Dany Pérez, J. J. Rodríguez y Raúl Borges, entre otros.

Desde el año 2018, el Chino Rujano comenzó a tener interés en la Biblia y empieza a reunirse con los Testigos de Jehová. Participaba activamente en sus reuniones y emprendió un estudio sistemático de la Biblia con la congregación Oeste de Villa de Cura, donde forjó una estrecha amistad con “los hermanos” como los llamaba. Su familia le dio todo apoyo en estas actividades.

Falleció de manera inesperada el 31 de octubre de 2020, en su casa de Mata de Café, Villa de Cura, Aragua. Venezuela.


Producción musical

Amanecer Aragüeño. Cuatro voces, cuatro estilos. Cantadores: Leo Ramírez, Víctor Bonací (El Cardenalito), Francisco Aponte y el Chino Rujano; arpistos: J. J. Rodríguez, José Cordero, Juanito Báez y José Codero. Temas: Vengo a pedir tu mano, Para ti Aragua, Canto para mi niña.

Tres voces al pie del arpa. Cantadores: Leo Ramírez, Felix Sánchez y el Chino Rujano; arpistos: Félix Vargas, Raúl Borges y Dany Pérez. Temas: Mi Catirita, Yo bailo y canto joropo, Décimas a Turmero y Sentimiento.

 Volumen 3. Homenaje a Barbarita Díaz. “La Propia”, Amor Eterno (Letras del Chino Rujano). 

A Pablo Guillén “El Incansable”. Temas: Vivencias de un amor, El Apechugado, La niña joropera. 

Honor a los arpistas. No hay quinto malo. Homenaje a William Castillo. Temas: He perdido tu querer, Yo soy un negro bembón.

 A las joroperas de Güigüe. Temas: Milagro, Amor de cantador. 

Ayer, hoy y mañana. Temas: Carelinda, Falso Querer, La burra de El Chino Rujano y Voces de mi tierra (programa de Chúa Zapata). 

Venezuela Soberana. Princesita del joropo central. Producción de El Chino Rujano; canta María José. Temas: Cabalgando mi futuro, A Jesús de Nazaret, Popurrí infantil (Arreglo de El Chino Rujano), A doña Romelia Falcón, Mi Osito. 

A Magín el bailador. La reina del joropo central, Me llamo María José, A Magín, El Trompito y El Tongoneaíto.  

El Chino Rujano y Alfredo Sánchez – solista – Temas: El golpe llorao, Recuerdos de mi madre, No sé qué te pasa. 

11. Temas: El cinturón y Vanessa (Ismaelito Vargas y José Cordero).

Programas de radio

Venezuela tierra mía, con el Eloy Merchán y Pedro Blanco. Radio Maracay AM. 1987 – 1993.
Fiesta Criolla con YVLQ La Victoria, con Freddy Silva. 1988 – 1989.
Centro Llano. Aragüeña 650 AM. 1994 – 1997.
Radio Continente. Eloy Merchán. 1995. Zamoranos 94.7. 2003. Radio Garabato 2010. Impacto 97.9.

Certificados y Reconocimientos

Como animador de eventos criollos. 1989.
Orgullosamente venezolano. Aura del Valle y Elpidio Barreto. 1989.
Belemeño de Oro. Homenaje a Salvador Rodríguez. 1992.
Segundo Festival Nacional Profesional de música venezolana San José de Oro 1995, segundo lugar como cantador, al arpa de Winder Aponte.
Fundación Cultural. IV Festival Zapatilla Central. La Negra Esperanza. 1995.
Alcaldía de Mariño. Aporte a la enseñanza del joropo central. 1999.
Unidad Educativa Creación Mariño. Ponente de joropo central. 2000
Pedagógico Maracay. Difusión y promoción de cultura popular. 2000.
Trabajo de grado. Yumak Aponte y María Conchita Romero.
Primer Festival de los Zamoranos. 2003.
Alcaldía de Bolívar. San Mateo. Segundo Encuentro del Joropo Central. 2007.
IAEM. Primer Festival Nacional del Joropo. 2007.
III Encuentro de Joropo Central. Alcaldía de Bolívar. San Mateo 2008.
Fundación Pueblo y Tradición. Primer Congreso del Joropo Venezolano. Maracay. 2008.
II Seminario Nacional de Joropo. Secretaría de Cultura de Aragua. 2008.
Orden Fundación Joropo Central al programa “Así es el joropo central”. 2010.
Voces de mi tierra. Chúa Zapata. Colaborador. 2009.
El Indio de Oro. Animador. Centro Social Las Mercedes. 1993.
Galardón El Aragüeño de Oro. Animador y difusor. 1994.
Centro Llano. Fundación de Desarrollo Cultural.1996.
Al programa Centro Llano. Prefectura. 1996.
Unidad Educativa Nacional Mariño. 2002.
Fundación de Cultura Municipal Mariño. 2003.
Unidad Educativa Estadal Casanova Godoy. Como bailador. 2007.
Certificado. Apreciación de la música tradicional y popular. Conatel. 2007.
Fundación de Cultura de Ribas. Festival de Joropo Central. 2008.
Encuentro Cultural Higuaraya Capanaparo. Homenaje a Chúa Zapata. 2009.
Joropo Central y Llanero. CCHC. 2009.
Comunidad Organizada de San Francisco de Asís. Garabato. 2010.
Garabato 104.1. Programa de radio. 2010.
Radio Aragua 1.010 AM. 2010.
Misión Cultura. Evento. 2018.
Baile de la Marías (placa). Como Tallerista. 2011.

Texto y algunas fotos: José Argenis Díaz.

José "Chino" Rujano

Chino Rujano, cantador.

José "Chino" Rujano recibe reconocimiento. 

El Chino Rujano con Ricardo Barazarte y una joven joropera.
Algunos reconocimientos de El Chino Rujano
José Argenis Díaz y José Antonio Rujano.

Promoción en YouTube: Muestra de Joropo Central en Villa de Cura, municipio Zamora. Aragua, Venezuela. 2019.



miércoles, 8 de abril de 2020

Oswaldo Antonio González: docente, poeta y dramaturgo

Oswaldo Antonio González. Docente, artista, dramaturgo, cuentista, poeta, actor y director teatral; locutor y productor radial. Nacido en Los Teques, estado Miranda, el 30 de octubre de 1963. Licenciado en Teatro, mención Gerencia y Producción. Docente en las cátedras de Proyectos de Arte Comunitario y Performance y otras tendencias de Arte Contemporáneo en la Universidad Nacional Experimental de las Artes, Unearte.

Vivió varios años en Villa de Cura donde fue, junto con el maestro Orlando Ascanio, cofundador del grupo Teatro Estable de Villa de Cura (1982). Participó en el Taller Literario de Villa de Cura, donde compartió con sus compañeros de taller la publicación colectiva Lapidario (1991), editada por la Alcaldía del Municipio Zamora. Ese mismo año participó en el 1er Encuentro Regional de Escritores de Aragua.

Como actor trabajó bajo la dirección de Orlando Ascanio. Fundó junto a otros el grupo Cerrado Teatro (1990), del cual fue actor y director. En Miranda trabajó en el Teatro Nacional Juvenil y se desempeñó como promotor del Instituto de Arte y Cultura de ese estado. Colaboró en varias revistas y diarios de Aragua y Miranda. Condujo por varios años, junto con Lisett Torres Olmos, el programa radial Voz de los Creadores del Sistema Radio Nacional de Venezuela y el canal 103 de la Televisión satelital de CANTV. Esta actividad le permitió entrevistar y compartir con personajes como: José Gabriel Núñez, Paúl Gillman, Tata Guerra, Memo Morales, Perucho Conde, Luis Alberto Crespo, Orlando Watussi, Hugo Blanco, Humberto Orsini, Román Chalbau y Yolanda Moreno, entre otras celebridades.

Fue Miembro del Colectivo Editorial La Mancha, desde el año 2009 y coordinador de la Fundación editorial de El Perro y la Rana, entre otras actividades. Por toda su trayectoria recibió incontables reconocimientos de instituciones públicas y privadas.

Como artista visual, también incursionó en el arte digital produciendo algunas obras ganadoras, entre ellas: Cuervos. Apuntes sobre una gestión cultural II, 2019; Comeremos flores - Líneas de acción, 2019 y Verde sobre placas de rayos x, 2019.


Reconocimientos


Premio Concurso Nacional de Literatura Stefanía Mosca, Mención Ensayo. Fundarte – Alcaldía del Municipio Libertador. 2019.

Premio Concurso Nacional de Dramaturgia Gilberto Pinto. Fundación Casa Nacional de las Letras Andrés Bello. 2016.



Premio VII Bienal de Literatura Infantil. Contraloría General de la República –COFAE. 2015.

Jurado del Premio Municipal de Poesía Cecilio Acosta. Alcaldía del Municipio Bolivariano de Guaicaipuro. Los Teques. 2014

Jurado del Premio Municipal de Teatro César Rengifo. Concejo del Municipio Bolivariano Libertador. Caracas. 2012.

Orden Ciudad de Villa de Cura 1° clase. Concejo Municipal de Zamora. 2002.

Mención de Honor en el Concurso “Semana de la Juventud” de la Ciudad de La Victoria en la mención narrativa. 1998.

 
Mención de honor en la Bienal Pedro Buznego Martínez, otorgada por la Casa de la Cultura de El Consejo, estado Aragua en la especialidad de poesía. 1997.

Orden Samán de Aragua. Gobierno de Aragua. 1996.

Premio en la Bienal de Literatura “Miguel Ramón Utrera” en la mención dramaturgia, otorgado por la Secretaría de Cultura del Estado Aragua, Maracay. 1995.


Publicaciones

Cran Eola y sus Amigos en: Esta Historia Continuará. Dramaturgia. Caracas: Fundación Casa Nacional de las Letras “Andrés Bello”. 2016.

Cuentos para curarse de la risa. Narrativa para niños. Caracas: Contraloría General de la República - COFAE. 2015.

Zona muerta. Poesía. Caracas: Editorial La Mancha. 2010.

Cuatro monólogos sin logos. Teatro. Caracas: Editorial El Perro y La Rana. 2009.

Apagar resplandores. Poesía. Villa de Cura: Blakamán Editores. 1999.

El femenino arte de perder, obra de teatro. 1995.

Voces, cuentos (1961).

Aparece en el diccionario abreviado de escritores venezolanos (1900-2003) Quienes escriben en Venezuela, publicado por el Conac (2004).

Falleció en Los Teques, estado Miranda, el 3 de abril de 2020. 


Texto: Argenis Díaz.
Foto de Internet

Oswaldo Antonio González (1963 - 2020)

Oswaldo Antonio González, poeta (1963-2020).
Foto escaneada del libro El femenino arte de perder (dramaturgia). 1995.