miércoles, 27 de noviembre de 2019

Al borde del estallido de Víctor Parra: Eros poético

Mucho se ha escrito sobre el amor, en especial por el que los griegos denominaron eros; de hecho tenían otras tres palabras (filía, storgué y agape) para designar lo que en nuestra lengua española llamamos por lo común amor. Es difícil de definir desde el punto de vista del sujeto amante. Sin embargo, nos atrevemos a decir que el amor (eros) es en esencia un proceso complejo lleno de contradicciones, de flujos y reflujos, genéticamente se manifiesta como expansión del ser, pero también como atracción hacia su núcleo vital. Se alimenta de muchos factores, desde el nihilismo hasta la agresividad o posesión, pero sin negar su fuerza creadora que hace fecundo al ser humano. Además, podemos afirmar con Emilio Mira y López (1965) que sobre el amor hay mucha más literatura que ciencia.

Este mismo autor nos asegura que el amor erótico no es algo que “nos llega” sino que “es un especial modo de existir que sobreviene en nuestra intimidad”. Con todo, el amor es una facultad y no un objeto, como diría Erich Fromm. Y que hay que tomar en cuenta el valor exuberante del sujeto amante. Se puede afirmar también, siguiendo al autor de El arte de amar  que “el amor erótico es el anhelo de fusión completa, de unión con una única otra persona”. Es desde ese enfoque que nos ubicamos en la lectura particular del poemario de Víctor Parra: Al borde del estallido (2009), publicado por el Sistema Nacional de Imprentas Aragua bajo el signo de la editorial El Perro y la Rana.

El acto del amor, del sexo, se convierte en un ritual, en un acto simbólico reflejado en la palabra; el yo poético es un yo erótico. Se da la polaridad, la alteridad, el reflejo en el otro de la propia capacidad de amar. La persona amada sufre una transfiguración, también el lenguaje, a través de la metáfora, la palabra sublimada, dotada de alas para volar en su propio universo poético.

En este lugar
soy hoja
perdida en el otoño
deshauciado
leño
Que la pena suscribe (33)

Predomina la verticalidad del texto, dándole a la estructura una forma fálica. El lector se ve obligado a realizar una lectura espasmódica del poema, lo cual transmite desasosiego. Es evidente la llamada raíz genital del amor, el deseo de fusión que da inicio a la fase de simbiosis, de compenetración de los dos amantes que se convierten en uno superando el aislamiento:

Nada impide
este encuentro
de dos juntos

bajo luna menguante

dos pliegues

ondulantes
somos (37)

En estos textos sexuados y en cortados versos abundan las menciones a  zonas erógenas del cuerpo: “… mi labio/ busca/su boca/ dormida/ al beso” (18); “Tu/ lengua/ que/ aborda/ Despliega/ Transita/ Detiene/ su voracidad/ contenida” (30”; “Tu/ gruta/ convida/ al grito/ del amor/ Consumado” (31);  y este poema que da nombre al poemario:

Mi boca
frágil
movimiento
traza
indetenible
prende
una
señal

Te pone
absorta

Al borde

Del estallido (53)

El poemario está impregnado del deseo persistente del alter ego femenino, el amor es hoguera que consume, leña encendida, unión que “coronas con un grito” (12). La metáfora es valle, bosque: “te doy/ mi cálido/ jardín” (49). Lo demás es explícito, nostalgia, espera, noches sin dormir: “Cuando/ no me/ veas/ Olisquea/ mi celo/ en la distancia”.

Víctor Parra asume con este poemario un reto y un riesgo a la vez. No en vano manifiesta que este trabajo es producto de más de dos años de ejercicio poético, de intentos, de flujos y reflujos, de buscar la palabra que ilumine el sendero, que identifique al lector con la vivencia, pero sin perder la calidad del texto. Lo cual es harto difícil en un tema tan manoseado como este del erotismo desde la poesía, sin caer en lo vulgar, en la palabra rastrera, en la manida grosería en que caen algunos autores con la excusa de parecer auténticos y de reflejar el color local. 


Víctor Parra. Nació en Villa de Cura, estado Aragua (Venezuela), el 27 de noviembre de 1967. Poeta, narrador y educador, egresado de la Upel El Mácaro en Educación Rural. Víctor David, como también se le llama, es también cantautor y cronista. Ha realizado talleres de poesía con Alí Pérez, Igor Barreto, Ana Coromoto Salas y William Osuna. De narrativa con Kristel Guirado. Sus trabajos han sido publicados en revistas como Hipocampo, Garabato y Expresión y en los periódicos La Antena, El Vigía y El periodiquito en su página cultural Contenido. Parte de su obra ha sido publicada en la antología Narrativa de Aragua (1970-1996) [1997], así como también en el libro Muestra de minifición aragüeña (1979-2000) de Beatriz Méster [2001]. Al borde del estallido fue publicado en el 2009 y forma parte de la colección Historias de Barrio Adentro. Serie Poesía.


Texto: Argenis Díaz
(Villa de Cura, 15/02/2010)

Referencias

https://villaliteraria2010.blogspot.com/2016/12/urbanos-andares-de-victor-parra.html


https://villaliteraria2010.blogspot.com/2016/12/presentado-el-libro-una-tarde-en-el.html



Víctor Parra Rivero, poeta y narrador.

Poemario Al borde del estallido. 2009.

domingo, 17 de noviembre de 2019

Obra poética de Eduardo Gasca fue presentada en la Filven 2019

El libro Todos los versos de Eduardo Gasca fue presentado el jueves 14 de noviembre de 2019 en la XV Feria Internacional del Libro de Venezuela (Filven 2019) por la escritora y editora Ingrid Chicote, quien aseguró que “se está reivindicando a un importante autor representante de la literatura cubista”. La obra, perteneciente a la colección Altazor de Monte Ávila Editores Latinoamericana, fue presentada en el Salón Amarillo de la Cancillería y contó con la presencia del viceministro de Fomento de la Economía Cultural y presidente del Centro Nacional del Libro (Cenal), Raúl Cazal.

Ingrid Chicote, nativa de Caracas, pero residenciada en Villa de Cura, quien es editora, mediadora de lectura y facilitadora de la Casa Nacional de las Letras Andrés Bello, explicó que este libro es el resultado de su trabajo final en el diplomado de Edición de Libros en la Universidad Central de Venezuela (UCV) en el año 2015, cuando inició la propuesta junto con Gustavo Pereira, Celso Medina, Luis Emilio Romero y Judit Gerendas, de que se publicara por Monte Ávila Editores Latinoamericana.

Considera que la obra de Eduardo Gasca tiene “un contexto social, político y cultural de carácter universal”, por lo que el aporte fundamental con esta publicación es hacerla llegar a los lectores. Todos los versos reúne la obra poética del autor.

Según sus críticos la obra contiene “un lenguaje matizado con juegos de palabras, alusiones y datos ocultos, con los cuales el autor logra un estilo caracterizado por una compleja construcción lingüística, que le da fuerza creadora a su arquitectura poética. Esta obra nos coloca frente a una estética visual y estructural, cercana al cubismo literario… Este libro constituye una de las más importantes creaciones literarias del siglo XX. En ella el lector encontrará una construcción estética, cargada de sentido, donde lo oculto y latente, lo involucran con el texto, para dilucidar los hilos de la poética personalísima del autor”. 

EDUARDO GASCA. (Caracas, 1939) Poeta, cuentista, ensayista, traductor y docente universitario Licenciado en Periodismo (UCV, 1965) y Magister en Literatura Comparada (Universidad de Washington, Seattle). Se desempeñó como docente de educación media en varias instituciones. Fue profesor en la UCV y la UDO. Dirigió talleres de creación literaria. Conforma el Consejo de Redacción de la revista Tropel de Luces, órgano divulgativo de la AENE.

Tradujo parte importante de la obra de István Mészáros, publicada por diferentes editoriales nacionales e internacionales. Es traductor de la obra de autores como Edgar Allan Poe, Val Ross, Piotr Kropotkin, John Green, Sharon Smith, T.S. Eliot, James Joyce, Max Jacob y Gerald Kamper, entre otros. 

Parte de su producción literaria ha sido publicada en medios nacionales e internacionales, aunque mucha de su obra ensayística se encuentra inédita. Tiene un premio de poesía de la Universidad del Zulia (LUZ) con Canción de Morgan el sanguinario (1968)

Entre sus libros publicados se encuentran: Cuentos del camino largo (1969); Literatura de la tierra baldía: John Updike (1969, ensayo); Canción de Morgan el sanguinario (1972); Poemas y otras parodias (1981); Ave del paraíso y otras caídas (1993, cuentos); Todos los cuentos (AENE, Porlamar, 2004), reeditado por Monte Ávila Editores, Caracas, 2010.

Referencias

Diccionario abreviado de escritores venezolanos (1900-2003). Quienes escriben en Venezuela, publicación del Conac, 2004
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Eduardo Gasca, Ingrid Chicote y el viceministro Raúl Cazal.

Ingrid Chicote, Eduardo Gasca y viceministro Casal.

Eduardo Gasca. Todos los versos. 2019.

Por los senderos literarios

I
Hubo un tiempo gris, casi todo los años ochenta y noventa fueron claroscuros, incluso la juventud, las ganas de hacer que la tierra rotara sobre su eje pero de forma inversa. Quizás con la esperanza de conseguir una mecánica diferente acerca del funcionamiento del mundo humano; sí, ese mismo mundo que engloba los sistemas políticos, sociales y económicos de la atestada humanidad.

Apenas se abría una ventana en la casa de las ideologías, de allí la brisa soplaba a nuestro favor, de su interior salían aires de cambios profundos; la guerra fría terminaba de sacudir su horror entre espasmos e infernales laberintos de la Glasnost y la Perestroika, y aquí muy cerquita de nuestros patios los gallitos cantaban la canción de los elegidos.

Venezuela era un país asediado por la indiferencia, por el plasma de los sesudos, que acordonados en el anillo de su status quo mantuvieron al margen (marginado) al universo de las letras. Aquellos gobernantes ochenteros, fueron incapaces de elevar la nariz de su porta aviones y darle la cola al que se ahogaba en los más bajos estratos de la pobreza extrema.

Fue así como se aproximaba los ideales de unos jóvenes hambrientos de justicia y paz literaria. Nace entonces un grito dantesco que le dio cuerpo a un hilo literario que fue tejiéndose en la madurez de sus integrantes: “Desde la desesperación hasta el aniquilamiento nuclear”. Nace entonces el nombre de Senderos Literarios, conformado por insipientes poetas que vieron el amanecer muy temprano, primero que muchos: William Hernández, Miguel A. García, Eleazar Guerra, Ramón A. Sirit, Margarita Berroterán, Rafael Serrano Toro, Macanoli Natera, entre ellos, Romy Bompart, quien les escribe.

Aprendiendo literatura, narrativa, poesía, mientras se inventaba en el abismo de nuestra conciencia un perenne constructivismo, parecía la norma pedagógica para emerger de nuestra ignorancia.

Los talleres necesarios, las visitas a las capitales y los pueblos de nuestro pueblo, aunque la palabra ya pisoteada resalta el quehacer cotidiano del poeta, nace así también una especie de pregonero que logramos publicar llamado la “Magia Cotidiana”. Y en los lugares más recónditos de nuestra geografía fuimos sacando lo más preciado del corazón de los in visibilizados y construimos un suplemento literario muy autóctono llamado “Conuco”.

II
Desde el primer manifiesto promulgado hasta las publicaciones consagradas de Senderos Literarios, La Magia Cotidiana y Conuco; la población de El Consejo, del estado Aragua, jamás permaneció oculta ni intransitable, fue el empalme de aquella huella dejada por el poeta Rafael Revenga, un ilusionista de la palabra y calcinador de la condición pura y humana de nuestra geografía.

Empezamos a corretear por los pasillos aledaños de El Aragüeño, El Carabobeño, el diario Avance, El Clarín, periódicos y revistas nacionales. Ávidos por llevar los versos al nivel audible y digerible a los estudiantes, campesinos e intelectuales, sin distinción de géneros. Ya los teatros, las universidades, las cárceles, las calles y los autobuses, se convirtieron en nuestro santuario, la declamación, la lectura, la pegada directa a la conciencia del espectador era nuestro fin; alcanzábamos llegar hasta las fronteras de nuestros límites, sin recursos económicos y con el hambre de concientizar a cuestas.

Fuimos verdaderos poetas de “la desesperación y del aniquilamiento nuclear”, quizás únicos en su género, deambulamos sin pretexto para salvar al hombre de su extinción, de su exilio de la conciencia, cobijados con la visionaria idea de contar con un futuro vivible.

Tenemos historia escrita, vivida, consagrada. Aunque el mundo externo no mejora en su afán de auto liquidarse nosotros alcanzamos el regocijo espiritual de haberlo intentado por treinta años en franca lucha, así lo siento y lo pregono. Esa emoción me hace intentar describir en pocas palabras lo que significaron aquellos poetas para mí.

Williams Hernández, motivador, líder que descalzo llega hasta al infierno si es preciso para salvarte. Miguel A. García, fortaleza, árbol que camina y crece hacia el averno de la tierra para sacar lo mejor de ti. Eleazar Guerra, ideólogo, lámpara que fascina con la palabra sencilla para alumbrar los rincones desfasados de la mente. Ramón Sirit, lógico, altruista que dejaba su futuro en reposo hasta alcanzar la liberación del ser esclavizado. Margarita Berroterán, onírica, cobija de amor y compasión que arropa los cuerpos despojados de la sociedad. Macanoli Natera, vital y necesaria, fuente cristalina que seguirá fluyendo hasta que el mar se solidifique en la próxima edad de hielo. Rafael Serrano, perseverancia y yunque del sistema, resucitado, emergido y elegido del pueblo fantasma.

III
Nos distrajimos por veinte años y los oportunistas prostituyeron la canción necesaria.
En aquella década, principios de los ochenta, mediados de los noventa, creíamos fielmente que el mundo nos arrastraría con su excremento, quizás por eso nos distanciamos en el universo critico de las ideas, pero no sólo de palabras sino de acción. Es importante resaltar el enorme peso que rodamos en la conciencia, al estilo crudo y rudo de Sísifo porque los hombres que cultivan altos valores y principios nunca dejan de luchar y empujar a la humanidad hacia territorios posibles.

En mi caso, o mi ocaso, el aporte moral y ético de mis hijos Romy y Rosmary, mi esposa, Miriam, fueron determinantes para bifurcar en el sendero la búsqueda de la dignidad por encima de la calidad de vida, habiendo por supuesto alcanzado ambas, reposo en silencio bajo el estupor encrespado de la poesía, el cuento y la narrativa libre. Es mi karma, mi cruz, la piedra que rodaría eternamente mientras el aliento de vida me sobre en las ideas.
Desde aquellos primeros versos hasta estos párrafos libres he considerado mi crecimiento global como una consecuencia de haber conocido y compartido en Senderos Literarios con personas terrenales capaces de reinventar el universo.

Publicaciones destacadas en los inicios de Senderos Literarios

De un pasado libre a un presente esclavo (ensayo), Eleazar Guerra. Agosto de 1987. El sol nos cubre rojo (poesía), Miguel Angel García. Febrero de 1988. La mujer, ¡hasta cuándo segundo sexo! (ensayo), Ramón Alexander Sirit. 1988. Las estrellas confinan un drama (poesía), Williams A. Hernández. Octubre de 1988. La Rosa (narrativa en prosa), Romy Bompart Piñango. Mayo de 1989. La iguana rosada (poesía), Margarita Berroterán. Septiembre de 1989. Los asaltantes (narrativa), Rafael Serrano Toro, Barrabás. Diciembre de 1989. Marao, cuentos del llano (narrativa), Pedro Ron. Julio de 1991. De espaldas al silencio (poesía), Argenis Díaz. Julio de 1992. Zona de descarga (poesía) Macanoly y Lissette. Diciembre de 1992. Cinco noveles autores aragüeños (narrativa / poesía), Julián Castillo, Rómulo Aponte, Yadira Pérez, Miguel Prado y Henry Colmenares. Septiembre de 1993. Dios y otros mitos (narrativa), Jorge Gómez Jiménez. Septiembre de 1993.

Romy Bompart Piñango /2016.

Primeros integrantes de Senderos Literarios.

Miembros de Senderos Literarios en el tiempo.

Publicaciones de Senderos Literarios en el tiempo.

lunes, 11 de noviembre de 2019

Amador Bendayán: un villacurano universal

Amador Jacobo Bendayán, actor, comediante, locutor, animador de televisión y productor cinematográfico que tuvo una dilatada trayectoria nacional e internacional. Nació en Villa de Cura el 11 de noviembre de 1920. Hijo de comerciantes judíos de origen marroquí que llegaron a Venezuela en 1919. Cuando tenía ocho años su familia se mudó a Caracas, donde realizó sus primeros estudios en el Instituto Bolívar del educador y abogado, nativo de Caicara de Maturín (Monagas) Rafael Naranjo Ostty. Bendayán era de baja estatura (medía 1,54 m), pero de un extraordinario carisma entre el público venezolano y latinoamericano.

Comenzó su carrera como locutor de radio en radio en 1937. En 1939 inició su participación como humorista en el programa radial de talentos La Voz de la Philco, trabajando en dicho programa hasta 1949. Luego participó en el programa El Bachiller y Bartolo, con el actor cubano Abel Barrios, el cual duró hasta 1959, participando simultáneamente en el programa: La Bodega de la esquina (1959 – 1960). Trabajó en Radio Continente y Radio Caracas Radio (RCR).

Realizó las películas: Misión Atómica (1947), Yo quiero una mujer así (1951), Seis meses de vida (1951), Yo y las mujeres (1959), Si yo fuera millonario (1962), Napoleoncito (1964), Escuela para solteras (1965), Departamento de soltero (1969) y Ok Cleopatra (1971).

A partir de 1954, Radio Caracas Televisión (RCTV) lo contrató. En 1960 condujo en Venezuela una parodia noticiera The Amador News. Trabajó allí un tiempo y luego fue contratado por Venevisión y en 1972 comenzó a conducir el programa Sábado Sensacional. Sufría de diabetes mellitus, por lo que se ausentaba de la televisión muchas veces y esta era cubierta por el locutor zuliano Gilberto Correa. Cuando regresó se puso de moda el eslogan: ¡Ánimo, Amador!; ¡Animo, Amador!

En la clínica donde agonizaba no le permitían más visitas que las de sus familiares y amigos cercanos como Gilberto Correa y Ricardo Peña, productor de su show. El viernes 4 de agosto de 1989 falleció en Caracas y el sábado 5 de agosto Gilberto Correa en un programa en su honor, leyó sus últimas palabras dirigidas a su público. Se le sepultó de acuerdo a los rituales de la religión judía.

Amador Bendayán fue un mecenas para muchos jóvenes venezolanos que se iniciaban en la televisión y el cine de aquellos años. Fue uno de los pioneros de la defensa de los derechos de los artistas en Venezuela. Fue por iniciativa de Amador Bendayán que el Centro Simón Bolívar donó un terreno y se construyó la Casa del Artista, ubicada en Quebrada Honda, en Caracas. Fue concebida como un centro de formación y mejoramiento profesional de los artistas venezolanos y funciona desde el 13 de enero de 1989, donde además se ubicó el Teatro Amador Bendayán, complejo cultural que lleva ese nombre en honor a su fundador y primer presidente.

Texto: Argenis Díaz

Referencias

Efemérides del Estado Aragua. Adalberto Pérez Ramírez. Editorial Horizonte C. A, 2012.

https://www.venezuelatuya.com/biografias/amador_bendayan.htm

Facebook de Raúl Aular Flores: https://www.facebook.com/permalink.php?story_fbid=784973335294395&id=100013452068641 

Sitio de la imagen:
https://800noticias.com/amador-bendayan-el-gran-animador-que-murio-hace-25-anos


Amador Bendayán (1920-1989)


sábado, 9 de noviembre de 2019

Alfredo Sánchez: del joropo central a lo universal

Desde niño me llamó mucho la atención el cantar de los pajaritos sabaneros, el mecer de la palma y el sonar de los ríos... en fin, la naturaleza, además esto es un don que Dios me dio.
 
Alfredo Victorio Sánchez, músico, compositor y arpista, invidente; nació en la población de Pao de Zárate, municipio José Félix Ribas del estado Aragua, el 8 de noviembre de 1948, villacurano por adopción. En la actualidad reside en el sector Las Mercedes de Villa de Cura con su esposa, Enma Díaz de Sánchez y sus hijos. 

Motivado por varios arpistos de la zona agrícola donde vivía y con un talento natural, se inicia desde niño en la música central. Su primera arpa, se la donaron sus vecinos, quienes la compraron luego de un evento profondos, debido a que sus padres no se la podían comprar, a pesar de que su costo era de solo 120 bolívares para la época. Lorenzo Verenzuela fue el ebanista que fabricó el arpa de Alfredo Sánchez.


Para el año 1959, con apenas once años de edad, ameniza fiestas familiares, donde se da a conocer en la ejecución de este instrumento y en el género musical de joropo central. Su niñez y juventud transcurren en El Pao de Zárate. Con el apoyo de sus vecinos y familiares viaja a Caracas donde cursa estudios en el Instituto Venezolano para Ciegos, y comienza su preparación con el sistema braille y música.

A su regreso de Caracas se residencia en la ciudad de Villa de Cura (1969), donde es recibido como hijo adoptivo en la parroquia Las Mercedes de Villa de Cura, desde donde ha desarrollado una intensa labor artística y musical extraordinaria debido a su fina sensibilidad auditiva.

Alfredo Sánchez es un músico polifacético (universal) que ejecuta varios instrumentos, además del arpa: cuatro, guitarra, mandolina, acordeón, teclado, piano y las maracas. Con más de un centenar de composiciones musicales en el género de Joropo Central y más 50 temas en estilo clásico, entre las que se destaca “Sonatina para una Reina”, la cual fue grabada en el año 1975 en un disco de 45 revoluciones bajo la motivación de Luis Lafer, un musicólogo húngaro quien le solicitó grabaciones musicales en este estilo. Con una trayectoria musical que sobrepasa los 50 años, ha grabado nueve discos costeados por él mismo, o sea por autogestión. 

Ha recorrido todo el territorio venezolano presentándose en diversos espacios, tales como: el Poliedro de Caracas, Teatro Teresa Carreño, Teatro de la Ópera de Maracay, con participación en festivales y bailes populares. Ha compartido escenario con reconocidos arpistas y cantantes como: Nemesio Ramírez, Silvino Armas, Orlando Villamizar, Salvador Rodríguez, Pablo Emilio Ramírez, entre otros.

Es fundador de la organización musical TUNIFA (Todos Unidos por la Familia), cuyo objeto es el rescate y la proyección de nuevos talentos, que necesitan el impulso inicial para alcanzar sus metas y producir sus grabaciones discográficas. De esta manera, Alfredo Sánchez ha querido recompensar a la comunidad por la ayuda que él mismo recibió en su momento.

Entre los que se han beneficiado con este proyecto, se puede mencionar a Joel Lara, Martín Paredes, Jesús Villegas, Ramón Cabrera Medrano, Pedrito Ochoa, Juan Ochoa, Gilberto Carrizales, Santana Patiño, Domingo Borges (El Aragüeño) Rufo Zabala, Rafael Tovar, Carlos Vera, Alexis Martínez, Jesús Villegas, José Antonio Pacheco, entre otros.


Su prodigioso don para la música lo ha llevado a escenarios internacionales, llevando la música central y otros géneros a países como Cuba, Francia, Holanda, Ámsterdam, Leiden, Rótterdam y Utrech, en ocasión de celebrarse el XXVI Festival de Música Antigua.

Ha participado en congresos y presentaciones en diversas instituciones culturales y educativas, bailes de joropo en clubes, comunidades y plazas públicas, ambulatorios, casas de albergue para adultos mayores, encuentros de saberes, espacios permanentes y programas musicales en emisoras de radio locales y regionales.


Reconocimientos: (Placas) Samán de Aragua, Zamora de Oro, Cantalicio de Oro, Canario de Oro y Coleador de Oro. 
 
Certificados: Pedagógico Rafael Escobar Lara, en representación del joropo central, 2000; Casa de la Cultura Rafael Bolívar Coronado de Villa de Cura, colaborador, 2001; Cerdic, municipio Sucre, por su trayectoria y divulgación del Joropo Central, 2002; Funterdad, colaborador en beneficio de la tercera edad, 2005; UEE Casanova Godoy, Gran Baile de Joropo Central, 2007; Alcaldía del municipio José Félix Ribas, Festival de Joropo Central Semana de la Juventud, 2008; 
 
Concejo Municipal de Bolívar, colaborador en el III Encuentro de Joropo Central, 2008; Fundación de Joroperos (as) y afines de la Música Central del Municipio José Félix Ribas, Orden Salvador Rodríguez en su Única Clase, divulgación y enseñanza del toque del arpa central, 2009; Universidad Bolivariana de Venezuela (UBV), IV Festival de la Voz Universitaria, 2010; Centro Cultural Higuaraya Capanaparo, programación aniversario, 2011.    
Reconocimientos por su colaboración en diversos talleres: UEE Prisco Pérez Monasterios, taller Dificultades en el Aprendizaje, octubre 2004; UEE Prisco Pérez Monasterios y Casa de la Mujer, taller Violencia Intrafamiliar, febrero 2007.
 
La Alcaldía de Zamora le entregó la Orden Rosa Amelia de Chapellín por promover la cultura musical en el municipio Zamora, a través del joropo central y otras corrientes artísticas autóctonas de nuestro país, en ocasión del III Congreso del Joropo Central realizado en la Casa de la Diversidad Cultural de Aragua, San Mateo estado Bolívar, 2017.
 
El sábado  23 de noviembre de 2019 se realizó el primer encuentro de Joropo Central en homenaje al destacado arpisto Alfredo Sánchez “El Tesoro de Aragua” en la sede de la Dirección de Desarrollo Social de Villa de Cura en el estado Aragua. El alcalde del Municipio, Rodulfo Pérez, junto a su esposa, Nelly Carrillo y la directora de Cultura, Eva Arteaga le entregaron una estatuilla alusiva al encuentro que fue animado por el “Chino” José Rujano.

En este encuentro, La Negra Esperanza, conocida joropera ragüeña, resaltó: “se hizo justicia y estamos honrados de estar aquí rindiéndole homenaje al mejor de los arpistos del Joropo Central, quien ejecuta 14 instrumentos pero su amor es el arpa, nuestra arpa aragüeña”.

 

Texto: Argenis Díaz/ actualizado, noviembre 2020.

Fotos de la página de Facebook de José Meléndez.

Referencia

https://steemit.com/cultura/@yujomar/alfredo-sanchez-arpista-invidente-talento-venezolano 

https://www.vtv.gob.ve/personas-homenajearon-alfredo-sanchez/

Alfredo Victorio Sánchez, arpisto.
                             
 
Alfredo Sánchez guitarrista.
  

Alfredo Sánchez, en el teclado. Foto: Argenis Díaz.

Alfredo Sánchez y Valentín Barrios (El Niche de Aragua).

Alfredo Sánchez recibe estatuilla del alcalde Rodulfo Pére. 2019.