lunes, 29 de marzo de 2021

Fondo editorial #NosUneLaPoesía por su tercera y cuarta publicación

El domingo 28 de marzo, el Fondo Editorial #NosUneLaPoesía presentó dos nuevos títulos: Graffiti y otros poemas, del venezolano José Argenis Díaz y Encuentro con los ausentes (selección poética), del poeta colombiano Conrado Alzate Valencia, a través de la aplicación WhatsApp y redes sociales. Ambos autores son miembros del mencionado fondo editorial y parte de su producción aparece en la selección de poemas #NosUneLaPoesía, edición digital (2021).

José Argenis Díaz (Villa de Cura, Venezuela, 1954). Poeta, cronista y ensayista. Es miembro activo y directivo de los grupos Senderos Literarios y Villa Literaria Zamora. Se ha desempeñado como redactor cultural en diarios regionales y ha publicado trabajos poéticos, ensayos y artículos de opinión en diversos diarios y revistas.

Conrado Alzate Valencia (Caldas, Colombia, 1962). Poeta, ensayista, gestor cultural y editor. Ha publicado varios libros en los géneros: poesía, cuento y ensayo. Ha dado a conocer su obra en antologías, revistas, periódicos y páginas electrónicas de Colombia, Venezuela, Perú, Ecuador, Chile, Argentina, México y España.

Estas publicaciones del fondo autogestionario #NosUneLaPoesía cuentan con la colaboración de la Asociación Civil Madriguera ediciones y el grupo Senderos Literarios.  Celebremos estas dos nuevas publicaciones a través de este fondo editorial #NosUneLaPoesía.

En el marco de esta presentación también fue presentado al público el libro Mi tío el escritor. Manuscrito de Jesús María Díaz Carmona, obra del escritor Argenis Díaz que incluye un relato que constituye un legado familiar del poeta, prólogo de Ingrid Chicote y comentario crítico narrativo de Víctor Parra, así como fotos del álbum de la familia Díaz.

 

Sobre Graffiti y otros poemas

 "Los sueños no deben pasar con la adolescencia, ellos deben marcar tu vida"... Asistido por el eco imperecedero del poeta soñador, reencuentro sin tregua las calles de la adolescencia... Mi cuerpo erguido desfila ante el liceo Ribas, aunque internamente tarareo una canción de Silvio Rodríguez

¿Te molesta mi amor? Mi amor... Es mi prenda encantada, es mi extensa morada, es mi espacio sin fin...

 Remendado llegué a estos tiempos inverosímiles, plagados, desteñidos, contaminados... Un tornado donde inclusive subsisten aquellos sueños juveniles que hoy lucen utopías... Cuan necesario es hacerse a temprana edad de unas alas de papel. Y tejerse con los mejores materiales, porque un corazón metálico si tendrá la fortaleza para llegar a todas las estaciones del viaje... Las paredes de la urbe ¡tatuadas!, innumerables Graffitis dentro de los cuales crujen leyendas, aromas, sudores... Son signos que siguen latiendo a lo largo de los años. Nunca estuvimos seguros por cuál muro de esta histórica ciudad brincaría el lobo feroz, pero caminamos con la convicción de que solamente el amor engendraría melodías, que únicamente en esa fuerza y belleza universal podríamos esplender y refugiarnos, una y otra vez... 

Soy el sendero que se reescribe por la avenida Loreto, la cerveza que no me encuentra ya en la plaza junto a la emisora, y el temblor valle adentro que revivo entre amarillos y verdes, porque hasta los semáforos están cargados de abrumadoras melancolías. Seguiré caminando entre los árboles que imploran oxígeno, mientras la mirada solitaria estará enmarañada en los familiares idos, las luchas continuadas, las asperezas inevitables... Tuve que repensar tantos ilustres escritores para sostenerme cuando la tormenta rugía. Y lo único que logré tatuar en mi pectoral fue un choreto "te amo"...

Jairo Ramírez, poeta y docente venezolano.

Fotos: Fondo Editorial #NosUneLaPoesía.


https://villaliteraria2010.blogspot.com/2021/01/fondo-editorial-nosunelapoesia-publica.html

Graffiti y otros poemas de José Argenis Díaz. 2021.

Encuentro con los ausentes de Conrado Alzate Velencia. 2021


Mi tío el escritor de José Argenis Díaz

Conrado Alzate Valencia, autor de Encuentro con los ausentes (selección poética)



sábado, 27 de marzo de 2021

Crítica narrativa sobre el cuento de Jesús María Díaz Carmona

 Víctor Parra Rivero*

 A mis manos llegó vía correo electrónico un interesante cuento o relato largo de Jesús María Díaz Carmona, tío del estimado amigo poeta Argenis Díaz. Debo manifestar que me causó sentimientos y emociones encontradas, ya que este interesante narrador tomó el rumbo del suicidio a una edad temprana. Argenis hilvana en páginas para los lectores una especie de presentación de la historia de su tío, observada por un Argenis adolescente, desde su óptica personal de las vivencias de su infancia y nos muestra su madera y su fuelle de futuro poeta en ciernes. Allí él hace una descripción exhaustiva del personaje, cuando describe el viejo radio, y la historia de Jesús de Nazaret, como se ve, en tiempo de Semana Santa.

Después hace énfasis en las antítesis que veía su imaginación en ese lago de la ambigüedad de los tiempos pueriles: santo o verdugo; ángel o demonio, y nos muestra una sobriedad en cuanto a las descripciones del mobiliario y presencias humanas: mesas, cervezas, amigos del tío; revistas, cartas de amor y hasta los aspectos fisonómicos de ese personaje escritor llamado Jesús María Díaz Carmona.

Pero en esta presentación, Argenis le idealiza como el padre que nunca tuvo en su niñez, y le recuerda como la persona que le explicó que los rayos del sol al pasar por las gotas de agua, como a través de un prisma, se descomponen y de allí el arcoíris. Desde su pequeño mundo, lo veía alzando papagayos en el cerro junto a él, pero a pesar de las cosas inocentes, sencillas, salieron a flote sucesos lamentables como el suicidio, cosa que le marcó con garras de dolor su niñez pobre, pero abundante en calor y color poética. A partir de allí, podemos afirmar con certeza que esa carta que Argenis imaginó hizo el tío escritor, suicida, es dentro del mundo del subconsciente la idealización que profesaba hacia Jesús María Díaz Carmona.  

Como lo expresa Ingrid Chicote, en un prólogo a propósito de este cuento que lleva por título Destino Trazado: “Que la vida y la muerte son lo mismo”. Coincido con ella al respecto ya que el suicidio se llevó a los lugares de la muerte a Jesús María y su sobrino Argenis lo rescató de viejos infolios y crónicas, es la permanencia en el tiempo y el espacio de ese “destino trazado” y lo trae a la existencia física como un rescate de la muerte y del olvido.

Al iniciar este trabajo crítico sobre la obra de Jesús María Díaz Carmona pude constatar que Destino Trazado es un cuento denso y largo en cierto sentido. No hay desperdicio en su trama, o argumentos, ya que se encuentran presentes los elementos de un inicio, un nudo y un desenlace. Muy bien hilvanada su concepción como cuento, es de una estructura lineal, donde no se evidencian rasgos pertinentes de la literatura fantástica, con personajes difuntos, con su “realismo mágico”; más bien son estos personajes reales, de carne y hueso. No está concebida la historia como “la serpiente que se muerde la cola” Por lo tanto, no obedece a la elaboración de una escritura cíclica cuyo fin es igual al principio o el principio igual al final.

Más bien, la obra está ajustada a un punto de vista narrativo en tercera persona, lo que se conoce como narrador omnisciente, que todo lo sabe, todo lo ve, todo lo describe como una especie de dios instalado a los pliegues del párrafo escrito. El narrador, Jesús María Díaz Carmona, despliega con verdadera maestría, a través del texto en la página de inicio, un conjunto de imágenes móviles y visuales: el carro en la carretera, que atrapan al lector desde el comienzo de las primeras líneas.

De forma inusitada, este narrador hace un salto y pasa el párrafo a un punto de vista narrativo de primera persona, cuando conversa con el personaje principal Martín Márquez. Posteriormente, a Martin Márquez, o da lo mismo decir Jesús María Díaz Carmona, lo vemos involucrado en una muda de temporo-espacial, en una especie de monólogo interior en sus pensamientos, en sus adentros, donde denota el fluir de la conciencia y del cual es arrancado por el chofer que lo conduce hacia la finca San Jordán del tío don Víctor Márquez; le habla y lo saca del recuerdo a la realidad al arribar al lugar, los llanos.  Luego de esa ruptura temporal entra como narrador protagonista cuando habla y sostiene diálogo con el chofer.

 Tal como acotaba en los inicios, en la historia en referencia pude constatar que había una estructura lineal en la concepción o construcción narrativa: un inicio, cuando Martín Márquez va por la carreteras del llano sumergido en los recuerdos de su vida  en Caracas donde perdió dinero, casa y amigos, hasta el momento que ingresa a la finca, donde el tío Víctor Márquez proyecta para el sobrino el trabajo duro, porque no tenía descendencia de hijos y se proponía formarlo como hombre de llano, acostumbrado a las faenas del campo.

Luego entra en acción el nudo, cuando Martin quema la ropa de la ciudad   y   adopta y comienza a utilizar la vestimenta apropiada o adecuada a la ruda faena del llanero. En contacto con el caporal Samuel, aprende a montar a caballo, a enlazar el ganado y marcar reses; al principio, es motivo de burla, pero su perseverancia y deseos de aprender logran las metas propuestas, se dio una golpiza con Raúl, el carretero, saliendo vencedor y ganando la admiración de los parroquianos. Pero también sostiene relaciones amorosas con Cecilia, una muchacha humilde, y con Mariela Maldonado. Gana el favor del tío, cuando este se entera y percata de que salvó el ganado de morir en la inundación, rescatándolo con arrojo y valentía.

Sucesivamente, el clímax de la anécdota se presenta en el enfrentamiento que sostiene con un hermano de Mariela llamado Manuel Maldonado, es entonces cuando confluye un desenlace en el cual Martin es testigo de la lectura del testamento de don Víctor Márquez donde lo designa su único heredero. Simultáneamente, este le hace la petición de manos a don Manuel Maldonado de su hija Mariela y allí conoce la verdad esta dama de los amores de Martin y Cecilia. De nuevo, Manuel y Martin se guindan a golpes en la finca; ya agotados, Manuel le manifiesta que no lo mató porque no quería ver huérfano el hijo de Cecilia. Martin se dirige, entonces al rancho de Cecilia y se la pide a don Emiro en matrimonio, enmienda y rectifica así el error del engaño a la muchacha y la pérdida de su honra.

Podemos evidenciar que la obra está concebida en un espacio abierto, con un tiempo dinamizado por las actividades de los personajes, donde prevalecen más que todo las acciones del protagonista: montar caballos, enlazar reces, ir a botiquines, visitar a las novias, Cecilia y Mariana. Este último aspecto se nota que son mostrados en espacios cerrados donde el actor principal realiza efímeros escarceos. Imágenes abundan, sobre todo las visuales, con descripciones del paisaje: sol, cielo, flora y fauna. En cuanto al habla hay algo de expresiones coloquiales o lenguaje común del pueblo en contraste con el lenguaje culto del caraqueño Martin Márquez, cuando enamoraba a las dos muchachas del pueblo.

A mi parecer, estamos al frente de un escritor influenciado quizás en las lecturas de Gallegos, cuando plantea en su escritura, a la inversa, el paso de la civilización a la barbarie, en vez de la barbarie a la civilización. Resulta paradójico, pero la civilización en la ciudad está llena de barbarie y aire viciado, con ríos que sirven de depósito de residuos fecales e industriales. Ese mismo río, con construcciones de casas y canales que le quitan el cauce, produjo aquella tragedia que dio corporeidad al relato de Jesús María. Aquí Martin vuelve hacia una barbarie más sana, civilizada si se quiere, como antítesis de su experiencia citadina, y nos remite, sin ninguna pisca de duda, al recuerdo del poeta Lazo Martí con su “es tiempo de que vuelvas: es tiempo de que tornes” al lar, al origen de esta tierra que amamantó nuestros más caros anhelos.

En todo caso, lo precedente es una lectura panorámica del relato de Jesús María Díaz Carmona y mis apreciaciones personales al respecto. Les invito a que disfruten de la lectura de esta obra que constituye un legado no solo para la familia de nuestro poeta amigo, José Argenis Díaz, sino para las letras villacuranas, hasta ahora inédita y que sale a la luz gracias al empeño del poeta en darla a conocer.

*Poeta y narrador villacurano.

 

Jesús María Díaz Carmona

Libro: Mi tío el escritor. 2021.