viernes, 7 de agosto de 2020

Ana María Navarro de Pini y su sensibilidad poética

Al revisar nuestra biblioteca personal, nos encanta hallar preciosos regalos de literatura, libros que han formado parte de esos tesoros que poseemos y que a veces damos por sentado. Agrada tomar esos libros y releerlos para despertar aquellas palabras encerradas en las páginas, que con la lectura cobran vida y nos refrescan la memoria. Sobre todo si se trata de poemarios, poemas, cargados de gran sensibilidad y humanismo.

Hablo de tres poemarios de nuestra lejana amiga y hermana espiritual Ana María Navarro de Pini, de quien no hemos tenido noticias desde hace varios años. Libros que nos llegaron por vía de fraternidad, aun cuando ya habíamos conocido a esta poeta en un encuentro casual en el Ateneo de La Victoria, en los años 90, si no me falla la memoria. En todo caso, mi biblioteca personal se enriquece con estos libros que abren las alas de la poesía en estos tiempos de limitada libertad por efectos de la cuarentena por el coronavirus Covid-19, vale decir.

El primer poemario, Pórtico, 1965, que refleja esa sensibilidad poética que quienes nos iniciamos en la escritura de versos y nos atrevemos a dar a conocer tímidamente los primeros frutos de la reflexión poética.

Lo que tengo en mis manos es una fotocopia del folleto de 20 páginas, 16 textos., con introducción de Augusto Padrón, índice y dibujos, colaboración de la Escuela de Artes Plásticas Rafael Monasterios, editado por el Ejecutivo del Estado Aragua. Con imperfecciones, como toda producción de escritor o escritora que se aventura en estas lides. Después vendrá el decantamiento de la obra, siempre perfectible. Es una poesía tradicional, rimada, pero con un ritmo musical que revela las características de la poesía romántica heredada de autores reconocidos universalmente, como  la del venezolano Andrés Eloy Blanco, el chileno Pablo Neruda, o el poeta cubano José Ángel Buesa, entre otros, que leímos de adolescentes y nos inclinaron hacia la creación poética. Extraemos como ejemplo, estos versos:

Me amarás en la brisa que acaricie tu cara,

en la estela dorada y sutil de la aurora,

en la espiga hambrienta que brota de la nada

y en alegres campanas que marcarán las horas.

 

(De Pórtico. VI, Balada de amor, primera estrofa)

 El otro poemario es Retazos, es un libro de 96 páginas, impreso con la calidad de la Editorial Miranda, Villa de Cura (1989) con proemio o prólogo del poeta Ricardo Sala A. compañero de Ana María en el antiguo Círculo de Cultura y Bellas Artes de Maracay. Se trata de un “retorno al sedero de la lírica” después de una larga ausencia. Aquí se hace evidente la trilogía de elementos en la obra de Ana María Navarro, como son “el Amor, los Sueños y la Tristeza” (Salas, 1989). Sueños y soledades, amor y desamor, olvido y nostalgia también serán constantes en la poesía de Ana María Navarro de Pino.

“Sigo esperando con esta angustia que engendra soledades” (11). “Estoy de regreso de todos los caminos/ con mis sueños a cuestas, /dormidos y fríos” (19). “Esta tristeza mía tan profunda,/ que sale a juguetear de vez en cuando/ junto a las golondrina del verano” (27).

No faltarán las metáforas: “Las pupilas del tiempo me azotan inclementes, / negándole espacio a mi verdad más pura…” (39). “Aún es tiempo, regresa por tus pasos, /enciende el candelabro de los días…” (43).

El tercer poemario que tengo de Ana María es Presencia, un libro de 88 páginas, de marzo de 1990, impreso en Editorial Miranda de Villa de Cura. De nuevo la presencia del amor, “sempiterno gigante del alma, engendrador de esperanzas” (Umanés Castro, 1990); de los sueños, la tristeza, el tiempo, el silencio, la soledad y la ausencia que se transmuta en presencia. Hay una circunstancia feliz en la creación de este poemario, que revela la autora en la dedicatoria a su amado esposo, Álvaro Pini, fue “escrito en un hermoso velero (La Alzávola) viajando por el Mediterráneo”. La poeta “quisiera vislumbrar palabras nuevas/ en la historia eterna de los mundos” (25).

“Al galope el tiempo se aproxima, /trayéndole nostalgia a mis poemas” (77). Siempre el amor, presencia indiscutible en estos versos:

 

Esta forma de amar, inexplicable,

ocaso de dolores y silencios,

ha venido cabalgando en el otoño

y aunque no deja frutos ni retoños,

tiene partos de prosas y de versos.

(De: Presencia. El nuestro, VII, p. 86)

 

Pero volvemos a Retazos, donde adelanta intuiciones y porvenires, muerte:

 

Y cuando duerma en la postrer morada,

donde no existen grandes ni pequeños,

estoy segura que algunas mañanas

un poeta triste cantará mis versos.

 

Continuará el camino de los días,

Habrá nostalgia en muchos pensamientos,

quizás entonces mis viejas poesías

llenarán de lágrimas el viento.

 

Son lágrimas de amor, tengo mi huerto

y un hermoso jardín de rosas lilas,

que cultivé con manos de poeta,

no pensando jamás en sus espinas…

 (El Último Viaje (p. 92)

 

Biografía breve de Ana María Navarro

Ana María Navarro, poeta, articulista, locutora y artista plástico. Nació en la provincia de Santa Clara, Cuba, un 9 de octubre (año ¿?), hija de padres españoles, la menor de 14 hermanos. Creció y estudió en Maracay y Caracas. Se ha desempeñado como locutora y productora por más de 19 años, columnista de opinión y fundadora de varias organizaciones de periodistas: ONAPED, ANACO. Fue miembro de la Organización de Periodistas de Opinión (APOV) y del Círculo de Cultura y Bellas Artes de Maracay.

Como artista plástico ha expuso algunas de sus obras en la Galería Lisandro Alvarado y en exposiciones colectivas en las recordadas galerías de Cadafe y Corpoindustria. Como poeta participó en varios recitales y encuentros con el grupo Senderos Literarios de La Victoria.

Ha recibido los premios: Mara de Oro (1971), Espectáculo Internacional (1969), Aragua de Oro (1979).

Ha publicado: Pórtico (1965), prólogo de Augusto Padrón; Caminos (1968), prólogo de Ricardo Sala A. y Samuel Ríos C.; Presencia (1990), prólogo de Raúl Umanés Castro y tiene inéditos Sonetos de otoño y Un día en la vida de Anastacia (cuentos).

Sobre la obra de Ana María Navarro se han escrito variadas opiniones.

“Ana María Navarro es una joven de gran sensibilidad. Tiene capacidad para llegar a ser una buena poeta – o poetisa -. Yo no la conozco, pero sus poemas me sorprendieron: fineza, elegancia, sensibilidad, pasión lírica y cierto conocimiento del oficio de escribir versos”. Lubio Cardozo (de carta a Jorge E. Bolívar, 3 de julio de 1969).

“Su poesía revela un estado de alma en perenne lucha consigo misma y con el complejo mundo de sus reacciones sentimentales. Sus versos rezuman algo de las imperfecciones stornianas”. Leoncio I. Páez (del prólogo de Caminos, 1968)

“Ana María Navarro no juega al escondite con el motivo esencial de sus poemas. Sin prejuicio alguno sale a su encuentro, lo reclama a pleno corazón y lo enarbola a los cuatro vientos con vigoroso orgullo de mujer joven y hermosa”. Augusto Padrón (del prólogo al poemario Pórtico, 1965).

“Ana María Navarro es una dama de inquietudes inquietantes, siempre en movimiento en las manifestaciones de su magia poemática. Ella es como el espíritu de las aguas en el incesante oleaje del mar y la corriente de los ríos”. Elías Rodríguez Arguello.

Del poemario Presencia, Raúl Umanés Castro expresa: “Poemario hermoso del amor donde las metáforas destellan certeras y atrevidas, cual rutilantes piedras preciosas en este riquísimo joyel que Ana María Navarro de Pini nos regala con el sugestivo nombre de “Presencia”, y que constituye la reafirmación de sus indudables dotes poéticas, su exquisita sensibilidad femenina y su destreza en el manejo exacto y pertinente de la figuras literarias, desde las más deslumbrantes metáforas hasta las más plásticas humanizaciones”. Febrero de 1990.

Hemos querido así rescatar del olvido a esta poeta (o poetisa), cuyos textos nos trasmiten la persistente presencia del amor, la tristeza vital, el tiempo poético que es infinito, la esperanza y la nostalgia de la palabra que nos habita y nos invita a trascender en el acto creador y en la memoria de los futuros lectores. La poesía si nos salva de algo es del olvido perenne.

 

Texto. Argenis Díaz.

Imágenes escaneadas por Argenis Díaz.

Referencias

Presencia. Ana María Navarro de Pini. Impreso en Editorial Miranda. 1990.

Retazos. Ana María Navarro de Pini. Impreso en Editorial Miranda. 1989.

Pórtico. Ana María Navarro. Editado por el Ejecutivo del estado Aragua. 1965.

Ana María Navarro, poeta.
 

Ana María Navarro, de Pórtico. 1965

Libros de Ana María Navarro.


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