Compadre JM, estas calles ahora están tristes por tantas ausencias. No es lo mismo ver esas ventanas cerradas, por donde antes se asomaban unas caritas pintadas, ojazos negros que nos miraban con picardía, voces de niñas que nos cantaban canciones de amor. No es lo mismo ahora cuando no hay árboles que antes nos lanzaban perfumes y olores de pájaros, y oías a lo lejos a Leonardo Fabio que decía: “Ella, ella ya me olvidó. Yo, yo la recuerdo ahora. Cómo no recordarla, si en cada primavera…” y ella aparecía como un fantasma en la esquina y todos conteníamos la respiración, porque ese caminado nos aceleraba los latidos del alma. No es lo mismo ahora cuando ya no existen las viejas casas ni los cines, sino unos horribles galpones chinos.
No es lo mismo ahora, estas calles donde en otras horas la luna se asomaba por esas ventanas de colores y les cantábamos serenatas sin guitarra a las muchachas. Sí, poeta, ahora esta calles de múltiples historias están tristes por tantas ausencias. Por ejemplo, no estás tú, el más grande, o el poeta viejo como te llamé en ese escrito que tanto te gustó; gracias por dejarnos esa hermosa obra “Diciembre, sonetos y otras cosas”. No sé tampoco donde están Aly Pérez, Pedro Ezequiel, Cordero, Cejota, Ana Belén, Moronta. No es lo mismo este diciembre ahora que no hay niños jugando en las calles, ni se oye a lo lejos esos grupos de parrandas.
Sí, son muchas las ausencias. No puede ser lo mismo ahora que falta en esta calle Miranda por donde siempre pasó mi madrina Beryení, a quien le pedía la bendición y su voz dulce salía de las rejas y se alargaba hasta llegarme al fondo de mi alma: “Dios te bendiga mi amor”… Supe que se marchó a otros planos a llevar la filosofía de la alegría con su sonrisa eterna a flor de labios.
Son muchas las cosas que han desaparecido en estas calles que uno cree que algún espíritu malvado se robó el verde de los árboles y se llevó para siempre la alegría que antes se notaba en todos estos hombres y mujeres. Son muchas las ausencias. Y ahora estas calles están solas porque los amigos se fueron. Porque ya nadie se asoma por las ventanas y porque las paredes están pintadas de tristeza. Y tantas ausencias es estas calles hacen que a uno el corazón se le llene de cenizas.
Texto: Chencho Adames.
Reproducido de El Cotejo Mocho
Cueva Literaria, diciembre de 2016
Calle Comercio de Villa de Cura. |
1 comentario:
Hermoso este comentario, que mas que un comentario es una honda reflexión sobre la ausencia de seres queridos, cosas que ya no están, nostalgia por tiempos idos nacida del alma con todo el sentimiento como sólo lo podemos hacer personas de bien. Te felicito Chencho porque yo también siento esa ausencia y agradezco al amigo Argenis por hacernos llegar esta pieza. Saludos Yvoni Peña
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