miércoles, 9 de noviembre de 2016

Sobre el poemario Alas de papel: La palabra alada

“Palabras sin pensamientos
no van al cielo”
(Hamlet-Shakespeare)

Ricardo Sala A.

Argenis Díaz ya nos había entregado un poemario: “De espaldas al silencio”, y cuando lo leímos, hace aproximadamente cuatro años, sentimos la necesidad de comentarlo, de sumergirlo en ese mar infinito de apreciaciones connotativas a que obliga el análisis del lenguaje poético, siempre en constante e impredecible movimiento renovador. Ese lenguaje que desafía precisamente el análisis, por que, como primera dificultad, no existe ni tan siquiera una unificación de criterios, una definición universalmente aceptada de la poesía.

Hecha la aclaratoria anterior, adentrémonos en el pequeño universo creador del amigo Argenis porque cada creador, - y ahí reside la mayor dificultad analítica, - posee, efectivamente, su pequeño universo, creado con la magia de la palabra, de su palabra, sazonada con aguda observación, empolvorada de experiencia, coronada con cambiante entorno y servida, no obstante, en bandeja polisémica.

Y este deambular, impreciso y ligero por el laberinto de la palabra viene a cuento, porque tengo la impresión que es esa una de las búsquedas poéticas de mayor arraigo en la obra de Argenis.  El mismo nos lo revela en el pórtico de “De espaldas al silencio”: “Prendí imágenes/coseché metáforas/ Hice de la palabra/ medida de las cosas/ lo verdadero del mundo/ presencia muda de otras voces”

Mas es un conjunto de poemas inéditos de Argenis que han llegado muy recientemente a mis manos, reunidos bajo el título de “Alas de papel”, los que han motivado a la relectura de su anterior poemario y los que alumbran y guían estas líneas, las cuales pretenden expresar algunas opiniones e interpretaciones muy personales, con torno a su discurso poético, que lo imaginamos volando alto y bajo y aterrizando felizmente, aún con la fragilidad de esas alas de papel”. Alas de papel que bien pudieran personificar las palabras metafóricamente dúctiles. Tal vez por eso nos dice Argenis: “No cuelgues el poema/ déjalo flotar en el vacío”.  En ese vacío, en ese misterio que nos rodea y que escudriñamos y adaptamos a nuestra existencia, a nuestra manera de pensar.  En ese halo de misterio que motiva la búsqueda y es cuna de inspiración poética… Pero, la palabra, -en el caso de Argenis no hermética. flota, emerge “incólume/ sin trampa artificiosa/ libre/ sobre el angustioso silencio/ cómplice de la oscuridad/ donde reinan soterrados/ ángeles caídos”.  Hay angustia.  Hay angustia expresiva.  Protesta. Inconformismo.  Aún dentro de sus convicciones religiosas, que respetamos… “hombres mitad hombres / de infinitos tormentos/ por los siglos de los siglos”. 

Y la palabra se revela.  No sucumbe, porque es inmortal. Es símbolo de vida eterna.  No es de extrañar, entonces, que el poeta escriba: “busco la palabra viva” –esa palabra que (…) “me haga ser, después de ser/ hombre” O que permita “vociferar al viento/ yo soy/ cree en mí/ hazme tu verdad” Argenis, en lenguaje directo y depurado exento de esa pedantería tan propia de escritores mediocres que disfrazan su mediocridad en discurso ridículo, extravagante, exageradamente florido, todo en aras de exteriorizar conocimientos que con frecuencia no pasan de ser débil y falso atavío, sella pacto de sinceridad y sencillez.  

Sus afanosas lecturas buscan afianzar los vocablos, y por ende el lenguaje “libros, libros, libros, palabras sueltas, muertas/ en la memoria/ solas en la hoja en blanco/ esperando su voz su sonido/ su inalterable grito en el silencio”.  Y palpamos un dejo de ansiada soledad en compañía.  Y el ángel “con alas de papel”, también busca otros rumbos, los cuales no analizamos para ceñirnos al título de este escrito. Tal proceder no nos exime de destacar su voz de protesta (palabras al fin), que denotan inconformismo, descreimiento, pero, al mismo tiempo y casi paradójicamente, arraigada fe.  Conjunción de circunstancias. De contrarios. Develación del alma poética.  Sensible.  Y aunque Argenis nos diga. “Todo está dicho/ alguien antes de mí/ tomó la palabra”, no coincidimos con él, pues la reiteración del tema no está por la inmersa, inmensurable riqueza de la “palabra” y por la circunstancia, ya dicha, que cada creador tiene, o lleva en su interior, un minúsculo universo que lo identifica.  Hasta el calificativo de “epígono” resulta frecuentemente inadecuado.

Argenis explora otros horizontes (repetimos); pero afianza mi criterio inicial el XIV de los dieciséis poemas que han llegado a mis manos (suponemos solo es parte del poemario), que dice: “Hoy vuelvo/ a la palabra cósmica/ a la soledad/ de un sendero planetario/ girando siempre/ en un solo sentido”. En ese vuelo con “alas de papel”, inconformistas, protestatarios, débiles e indestructibles a la vez. Denunciatorias del inhumano entorno, de la ceguera que caracteriza a buena parte de la sociedad y en busca permanente de la palabra como fuente de trasmisión del pensamiento, como enriquecimiento del intelecto y como alimento crucial del discurso poético, del buen discurso poético.


Poemario Alas de papel. Colección Conuco N° 7.  1997.
Ilustración: Marco Antonio Torrealba



Ricardo Sala Arija. Poeta, ensayista, articulista y contador público. Nacido en Barcelona, España, el 14 de abril de 1928; fallecido en Maracay (Venezuela), el 11 de junio de 2009.
 
Desde 1951 vivió en el estado Aragua, donde desarrolló una intensa labor intelectual como miembro del Círculo de Cultura y Bellas Artes de Maracay, la Asociación de Escritores de Aragua y la Peña Literaria Cahuakao (Cagua), entre otras agrupaciones. Participó en los talleres literarios de Maracay, coordinados por el poeta Adalberto Pérez Ramírez, junto al Luis el Indio Quirife y Carmen Campos Pino, entre otros poetas de la región.

Sus primeros poemas los publicó en la página literaria "Orígenes" dirigida por el poeta e historiador Adalberto Pérez Ramírez en el diario El Aragüeño. También obtuvo un galardón en el Concurso Nacional de Poesía Orígenes, coordinado por el mismo Pérez Ramírez en el departamento de Literatura del Pedagógico de Maracay.
 
Publicó los poemarios Lluvia (1983), Dispersa (1985), Personajes y vivencias (1987), En tres tiempos (1988); Soliloquios (1989), Divagaciones (1995); Tránsito luminoso (ensayo, 1992), El llanto de un poeta (2008), una lectura del “Llanto por Ignacio Sánchez Mejías” de Federico García Lorca (ensayo), libro ganador de mención especial en la Bienal de Literatura Ciudad de la Juventud 2001, La Victoria; Anotaciones sobre literatura aragüeña (2009). El poeta Manuel Cabesa publicó en su homenaje: Lorquianas: una mirada a la obra poética de Ricardo Sala A. que fue presentado en el marco del VI Festival Mundial de Poesía 2009, en Maracay, Aragua, Venezuela.

Referencias

http://www.letralia.com/212/0611sala.htm

Poesía de Aragua (1966 - 1996). Maracay. 1997.

Foto tomada de Letralia.


Ricardo Sala A. (1928 - 2009)




1 comentario:

Unknown dijo...

Donde puedo conseguir la poesía de Ricardo Sala A?