sábado, 29 de junio de 2019

Mi experiencia como periodista empírico y cultural

Mi contacto con el periodismo, o más bien con los periódicos, comenzó a finales de 1978 con el quincenario que fundó José Seijas ese mismo año, El Vigía, por supuesto en Villa de Cura. Yo vivía en ese entonces en la calle El Socorro, entre La Romana y Los Colorados, y trabajaba de cajero en Automotriz Alameda, Av. Lisandro Hernández. Fueron mis primeros pasos como articulista. El Vigía se repartía de manera gratuita entre los villacuranos y zamoranos, en las calles, plazas y avenidas. Allí escribí por varios años, sobre cultura general, religión y literatura. Además trabajé poco después con Seijas, cobrando la publicidad a los negocios que anunciaban en el quincenario. Este era muy leído por sus interesantes informaciones, artículos y chismes que despertaban muchísimos comentarios entre sus lectores.

Luego comencé a trabajar en San Juan de los Morros, en una mueblería (La Liberal) y posteriormente en un banco (Ítalo Venezolano). Empecé entonces a llevar mis artículos a la prensa guariqueña, en especial a un diario recién fundado, La Antena, aunque también me publicaron La Prensa del Llano y El Nacionalista, todos de San Juan de los Morros, cada medio con sus respectivos lectores.

Un día, el director de La Antena, Francisco García Sívoli, me llamó para que trabajara en la redacción del diario como adjunto a la dirección. Así comencé a redactar noticias locales, colaborando con el famoso periodista Miguel Quintana que venía del diario El Nacional. Bajo su guía comencé a incursionar en el periodismo, pero sin firmar las notas, porque yo no era periodista y el Colegio de Periodista, por supuesto, no lo aprobaría. Ahora recuerdo lo que dijo Gabriel García Márquez una vez: el periodismo se aprende en las salas de redacción, palabras más o palabras menos.

Así empecé a escribir para comer, porque por primera vez me pagaban por hacerlo. Me pasó algo parecido, salvando la distancia de los años y el siglo, a lo que vivió Rafael Bolívar Coronado en España, solo que yo no inventé un seudónimo extraño; firmaba mis artículos con mi segundo nombre y mi apellido: Argenis Díaz, pero mis notas de prensa eran anónimas.

Al poco tiempo, empecé a incursionar en el periodismo cultural, a través de una página literaria llamada Raíces en el mismo diario La Antena, junto con Yuri Buaiz, Wilmer Quintana y Fernando Olivo (ilustrador). Con el tiempo quedé solo en la coordinación de la página hasta que llegó a La Antena Ingrid Chicote, que se convirtió en mi colaboradora estrella y me ayudó mucho hasta que Raíces dejó de salir por circunstancias cambiantes de la vida. En este medio también me tocó compartir con el prolífico escritor y tocayo Argenis Rodríguez y con el periodista y filósofo Luis Salas. Trabajé en este medio desde 1993 a 1996.

Después de abandonar La Antena, ingresé al semanario de Frank Lozano (Hoy, Diario del Sur, que luego cambió el nombre a Hoy en Aragua) donde realicé los mismos oficios como redactor y reportero, además de inventarme otra página literaria, llamada Laberinto (1997-1998 y 2009). En parte de ese tiempo hasta me denunció el CNP como “enemigo público” número uno, aunque ese número también lo repartieron entre el director Frank Lozano y otra redactora de un periódico de La Victoria. En mi defensa escribí y me publicaron una serie de tres artículos, incluido uno con el título “Periodismo somos todos”. Yo escribía para comer y no para competir o quitarles el trabajo a los periodistas colegiados; para ejercer ese oficio los dueños de esos medios me contrataron y me gustaba lo que hacía, me sentía como “pez en el agua”.

Como todo, y en busca de mejoras salariales, y gracias al amigo y poeta Williams Hernández, comencé a trabajar como contratado con la Secretaría Sectorial de Cultura de Aragua. Allí trabajé en la Coordinación de Literatura junto a mi amiga poeta Yadira Pérez. Y saben qué me toco seguir redactando notas de prensa para distintos medios y luego guiones para el programa de televisión Arawak Cultura en marcha, que se producía en la Secretaría de Cultura, bajo la acertada dirección de la periodista Adriana Gutiérrez, en la gestión de Williams Hernández como secretario de Cultura.

Claro, a lo largo de todo este tiempo también llegué a publicar en otros medios impresos como El Periodiquito, El Aragüeño y hasta en El Siglo, en alguna oportunidad; en el periódico Zamoranos, en Portavoz de Aragua, revista-periódico de Javier Herrera y otros medios impresos. Además, en revistas como Expresión de Villa de Cura, Huellas de Senderos Literarios y Laberinto de la Fundación Villa Literaria, de la cual fui director-editor. 

En resumidas palabras, esta ha sido mi experiencia como periodista empírico y cultural. Ahora escribo más que todo en las redes sociales como Facebook, Twitter, Steemit (https://steemit.com/@rayuela2) y en mi blog Letra y artes de Zamora y Aragua (villaliteraria2010.blogspot.com), donde hay más información sobre estas lides y otras inquietudes que me han llevado hasta donde estoy y lo que soy. 

Esto es solo una faceta de mi historia… me faltaría escribir sobre mi experiencia como vendedor, empleado bancario y predicador, entre otras. 

José Argenis Díaz/ 27 de junio de 2019.

Argenis Díaz (Villa de Cura, 1954)

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