jueves, 2 de diciembre de 2021

Al poeta Omar Gutiérrez Peña

Fernando Olivo Rivas

Manos criminales que hoy gozan de la impunidad de una sociedad absurda e injusta, empujaron al poeta Omar Gutiérrez Peña de 23 años, al fondo de una piscina, ocultos en la complicidad oscura del 1° de diciembre de 1991.

Al hacedor de poemas, al titiritero, al estudiante de Derecho...Una palabra contra el olvido, una palabra contra el adiós. Porque está aquí, entre nosotros, para siempre.

 Prófugo

Nadie supo, realmente, que un corazón así

era capaz de todas las luciérnagas.

 

 Porque los hidrófugos nunca están ahí para salvar

a los inocentes que acuden a ciudades

las mandíbulas se abren sobre el mundo

y las muerte a dentelladas desgaja el rostro las entrañas

Caen los portones

Las bestias imparables despedazan hileras de tinajas

dejan su mierda en el barro dulce y los murales

No hubo un grito convincente

no hubo respuestas mediante fórmulas dialécticas

ni en las exegetas palabras que partieron sobre el estío

( y las cigarras 

En cuanto a almácigos

fósforos

panales

abejas submarinas transportan cirios encendidos

señalan los lugares de barcos enredados en algas y cardumen

Vaya soledad para quien no encuentra

en el umbral de todas las promesa juntas

a la mujer albahaca albaricoque

promotora de filósofos literatos siglo XX   XXI

que rescataba guiñoles de operativos policiales

Oportuno

entrelazar cabelleras de doncellas en sandalia y bailarinas

red para páginas poemas caídas desde aves a las que nadie

(les sabe el nombre

¡Qué descuido!

antes del solsticio no se le hizo una acuarela a ese rostro

ni una foto siquiera a la sonrisa

y las burbujas en las que se podía elevar las penas a la atmósfera

quedaron deshechas en la humedad de algún pozo

Se supo:

Verbos café y cigarrillos

que en las montañas se instalarían los campamentos

que los hambrientos se convertirían en destino

Ahora las calles del centro son lugares con mucho ruido

y el pez de la pecera escapa vuelto globo por la claraboya

en consecuencia

los libros también se hinchan bajo el goteo de grifos

(descompuestos

El caso de los hidrófilos varía según el río el musgo la arena

(y las entrañas

porque ahora el mundo es una cuchilla oscura como el fondo

(de ese océano

donde las bestias a través de sus mandíbulas

arrebatan la escafandra

para desgarrar el último respiro de la madrugada

 

Fernando Olivo Rivas/ 2008.

Omar Gutiérrez Peña.

 

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