miércoles, 17 de julio de 2019

Hugo Olivero Ramos: poeta y bohemio

Hugo Olivero Ramos. Poeta y cronista, nació en San Juan de los Morros el 17 de julio de 1904 cuando este pueblo pertenecía al estado Aragua como municipio del Distrito Zamora. A la edad de cinco años su familia se trasladó a Cagua y allí vivió hasta su muerte en 1952.

Trabajó en la Editorial Miranda, fundada en Villa de Cura por Inocencio Adames Barrios y colaboró en el periódico El Quijote fundado por J. L. Sanabria Méndez, del cual llegó a ser director-editor el mismo Adames Barrios. Olivero Ramos alternaba su estancia entre Villa de Cura y Cagua. En 1950 publicó su primer y único poemario, Ayer. Tuvo la oportunidad de trabajar como corresponsal y cronista en el diario La Esfera de Caracas y en los semanarios El Sol y El Nuevo Diario. En poesía, se caracterizó por cultivar el soneto como forma literaria. El resto de su producción periodística y poética quedó dispersa en diferentes medios impresos.

De él escribió Miguel Ramón Utrera, en su Poesía de Aragua (edición 1992): 

“Su labor poética se vio siempre afectada por la inconstancia que signó la vida de este poeta y de cuyo influjo negativo nunca pudo liberarse. Fue él otra víctima de la inconsistente y deplorable “bohemia” de la época. Eso explica en gran parte la diversidad de temas que abordó en forma inconexa, prefiriendo los de contenido amoroso y de ambientación urbana. En estas expresiones, trabajadas siempre con atildamiento académico, brillan a veces imágenes épicas”.

En su libro Prosa y Poesía, José Manuel Morgado (1981) describe a Hugo Olivero Ramos como un hombre de baja estatura, pelo liso y negro, rostro redondo, “con una gran similitud al conocido pelotero Babe Ruth… Apoyada su humanidad en un bastón que lo ayudaba a sobrellevar una cojera”. Bohemio, con su “infaltable carterita de ron”.

Dice Morgado: “Hugo se sintió alguna vez, en medio de su angustia, semilla que no germina, hoja de papel en blanco, cauce sin agua. Así le oímos:

Oh, esta pena infecunda
que mi vida quebranta!
De este vivir disperso
nada quedará fijo:
ni el frescor de una planta,
ni la gloria de un verso
ni el orgullo de un hijo.”


MUTISMO

Con cal, con cal de huesos, cegaré mis estrellas
para no ver la senda que robó tu paso
y borraré con sangre, roja sangre de ocaso
la estela de blancura que dejaron tus huellas.

y he de estar en mis sombras todo libre de aquellas
pretéritas visiones que me brindó el ocaso
mi dolor contra el pecho, en resellado vaso
como un cáliz nimbado por la luz que destellas.

Que el corazón cobarde, que el corazón vencido
-pobre llama sin savia que ha florecido un nido-
teja su canto inútil como una queja al viento
.
Mas yo impasible y mudo, de todo bien proscrito,
encadenado el ímpetu y sofocado el grito
te sufriré en silencio como un remordimiento.

Hugo Olivero Ramos

Texto: Argenis Díaz
Foto tomada del catálogo del IPC. Municipio Sucre. Aragua. Venezuela. 2011.

Referencias

Ayer. Higo Olivero Ramos. Poemas. Impresos Gámez, Caracas, 1950.

Prosa y poesía. José Manuel Morgado. Del Fondo Editorial Rafael Bolívar Coronado. Villa de Cura, 1981.

Poesía de Aragua. Miguel Ramón Utrera. Secretará de Cultura del Estado Aragua. Maracay. 1992.

https://issuu.com/fondoeditorialbolivariano/docs/pdf_sucre__aragua/32



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