Para cerrar la vieja herida
haré un viaje al centro de mi corazón
retomaré la vieja senda de los poetas
volveré a la tierra prometida
en una cápsula del tiempo
el sendero del águila no me será extraño
por encima de las nubes
veré como desciende esa neblina
hacia donde convergen
las voces de fantasmas trasnochados y ebrios
ese frío erizará mi piel
ya cansada de tanto desamor
Oiré de nuevo el canto de sirenas
bajaré por un anillo de soles
para ver los abismos de saturno
una luz difusa me dirá que tiene cuerpo
de alondra ojos de tigre calcinado
volveré sobre mis pasos al sitio de costumbre
para retomar cosas ya olvidadas
Será un viaje al infinito con punto de retorno
donde nacen acuarelas solitarias
ríos de plata que se yerguen silenciosos
cortaré alas al viento que me azota
para bajar al monte de olivares
entre piedras azules voy dejando mis temores
para buscar aquellos ángeles perdidos
y retomar la voz de antiguos profetas
Argenis Díaz / Enero 2011
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