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sábado, 1 de agosto de 2020

El Museo Inocencio Utrera como memoria de un pueblo

Una vez alguien dijo: “este museo se parece mucho a la ciudad en que existe”; se refería al Museo de Arte Contemporáneo de Caracas y no al Museo de la Tradición Inocencio Utrera. No obstante, es posible extrapolar la experiencia porque nuestro museo sí se parece a la ciudad donde existe: Villa de Cura. La razón es muy sencilla, esta ciudad está llena de historia y tradiciones que le dan una identidad cultural única. Hasta el modo como fue fundada así lo señala. Esta ciudad es memorable o está llena de memoria. Nuestro museo también, obviamente. Claro, nuestro museo es singular, es mixto o misceláneo y único en su estilo, como lo han dicho ilustres visitantes.

El Museo Inocencio Utrera nos cuenta y conserva la historia de esta ciudad, a través de sus objetos, reliquias, cuadros y vitrinas. Allí está buena parte de la memoria colectiva del pueblo convertido en ciudad. Nos cuenta de su fundación, sus creencias, personajes y de objetos familiares que marcaron lo cotidiano de nuestros padres y abuelos (ancestros). Lo que se dice “el alma del pueblo”. El corpus de objetos expuestos a la vista del visitante revela el espíritu, la fuerza, el empuje, de un pueblo dispuesto a luchar por su identidad. Es un mensaje para las nuevas generaciones de Villacuranos y Zamoranos. El Museo, como la ciudad, contiene música, cultura, literatura, amores y aventuras de un pueblo orgulloso de ser interior.

Queremos que nuestros niños, niñas, adolescentes y jóvenes conozcan el alma de este pueblo, de esta ciudad que los cobija, su memoria, su tradición y cultura. En este espacio, el tiempo de detiene por instantes, pero fluye hacia el futuro. Vernos en el espejo del pasado nos permite construir el camino hacia los nuevos tiempos. Es tarea de todos también reconstruir la memoria colectiva. Por lo menos eso creemos fue el propósito de los fundadores de este museo:  Giusseppe Girlando, Inocencio Utrera, Elio Martínez y las primeras familias donadoras de objetos para el museo.

Si fallamos en esta tarea, si existe un vacío generacional será porque no hemos sabido sembrar en nuestros descendientes el valor de esa historia, de esa memoria. Porque el olvido de nuestro pasado lleva a la enajenación cultural. Aprendamos que el Museo Inocencio Utrera es una ventana por donde se suceden las imágenes familiares que nos convidan a recordar quienes somos como pueblo y ciudad.

El Museo debe tomar la ciudad, sus calles, escuelas, liceos, comunidades, plazas y espacios culturales. Debe abrirse a lo posible, crear consciencia colectiva; debe ser asumido como lugar de objetos y sujetos de conocimiento y placer – como cualquier museo que se precie de serlo- a través de sus obras, un espacio de comunicación y comunión.

Un museo no es –no deber ser- un mausoleo, un lugar de cosas muertas, no es el final de nada, es el comienzo y la continuidad de lo esencial. El museo trae el pasado al presente para reflejar, a su vez, el porvenir como pueblo con alma (vida), existencia en la cultura y por la cultura continua.

Con esto en mira, visitamos el museo y nos convertimos, cada visitante, en sus promotores, a través de proyectos y planes, de visitas guiadas y espontáneas. Desde la escuela y la comunidad debemos promover las visitas al museo, cuando se pueda hacer esto. Podemos hacer una visita virtual incluso, a través de las redes sociales, haciendo buen uso de Internet y otros recursos tecnológicos. La idea es no darle espacio al olvido, a la desmemoria, a la enajenación cultural. No ocultar en la cuarentena histórica este espacio vital de nuestra ciudad.

José Argenis Díaz, 31 de julio de 2020, en plena cuarentena por el coronavirus, Covid-19.

Fotos: Argenis Díaz.

Referencia

http://villaliteraria2010.blogspot.com/2010/04/cronica-del-museo-inocencio-utrera.html


Visita al Museo Inocencio Utrera. 2015.

Estudiantes visitan el Museo Inocencio Utrera. 2015

Museo Inocencio Utrera y Biblioteca Ezequiel Zamora.
Av. Miranda este Villa de Cura.


sábado, 3 de abril de 2010

Crónica del Museo Inocencio Utrera

El trabajo de restauración de las piezas originales del Museo de la Tradición Inocencio Utrera de Villa de Cura comenzó el 5 de mayo de 2008. Aunque el contrato con la Alcaldía se había cumplido el 27 de junio, la labor continuó hasta su culminación gracias al empeño del artesano Rolando Porras y al equipo que le acompañó. Ellos fueron: Tibisay Díaz de Oropeza, asistente principal, Luis y Margarita Barrios y Rannyer Oropeza, quienes se comprometieron con esta abnegada labor. Antes de eso, la Municipalidad había adquirido una muy bien conservada casa de estilo colonial ubicada en el cruce de las calles Miranda y Dr. Rangel; precisamente con miras a que funcionarán allí tanto la Biblioteca Pública Ezequiel Zamora como el mismo museo.

Por más de una década, aquellos objetos cargados de historia lugareña estuvieron almacenados en los galpones de una empresa ubicada en la carretera Cagua-Villa de Cura. De manera que esta restauración constituye el pago de una deuda al colectivo cultural zamorano, adquirida por el Gobierno Municipal una vez despojado el museo y la biblioteca de su antigua sede ubicada en la avenida Bolívar, Este, a pocos metros de la plaza Bolívar y Villegas.

El museo de la tradición fue fundado el 9 de abril de 1976.y se inició con algunos objetos donados por uno de sus fundadores o “donante piloto”, don Inocencio Utrera, un ilustre maestro, músico y barbero villacurano. Contó, además, con el apoyo del entonces presidente del Ayuntamiento, Omar Espinoza; así se constituyó en el primero y único en su clase en todo el país. Desde el principio asumió el cargo de fundador y director del museo el cronista gráfico Giuseppe Girlando y como su asistente el conocido coleccionista de antigüedades Elio Martínez. El museo, “auténtico libro de historia local” estuvo en su sede en la avenida Bolívar hasta agosto o septiembre de 1995, ya que poco tiempo después comenzó a funcionar en aquella casona un instituto educativo privado que ahora ostenta el nombre del Capitán Juan de Dios Agraz.

Esto quiere decir que por unos trece años las 286 piezas originales del Museo de la Tradición Inocencio Utrera quedaron regadas en varios lugares, la mayoría en el galpón de una empresa propiedad de Adrián Hernández. Desde entonces, diferentes individualidades y grupos culturales de la localidad habían solicitado en reiteradas ocasiones el rescate del museo como parte fundamental de la memoria histórica de Villa de Cura. Le tocaba a la Municipalidad esta tarea de reinstaurar de manera tangible lo que ya existía en la conciencia colectiva del villacurano y de todo habitante del municipio Zamora del estado Aragua.

La labor de restauración reveló que por lo menos 73 de las piezas originales se habían perdido o dañado de forma irreversible. Todo ello fue compensado con la donación de nuevos objetos hasta lograr acumular en la actualidad más de 450 piezas de interés histórico local, según Girlando (2008). Sin embargo, la crónica del museo de la tradición trae bemoles que causan inquietud en la conciencia del colectivo zamorano.

Una semana antes de la esperada reinauguración del museo, el alcalde Stefano Mangione, a través de la Casa de la Cultura Rafael Bolívar Coronado, bajo la dirección del profesor Ramón Medina, hizo girar una invitación en la que anunciaba “la inauguración del Museo Giuseppe Girlando y de la Biblioteca Pública Ezequiel Zamora”. El texto mismo de la tarjeta generó una inevitable reacción al hecho de que, a todas luces, se le había cambiado el epónimo que por dos décadas exhibió el museo de la tradición de Villa de Cura, echando por tierra lo que presumimos fue la intención original de los fundadores. Pocas horas antes de la anunciada “inauguración”, fue consignada en el despacho del Alcalde una carta firmada por varias personas ligadas al sector cultural del municipio, en la cual se solicitaba una aclaratoria y una reconsideración de la decisión tomada en torno al museo villacurano. En el mismo acto, realizado el lunes 20 de octubre de 2008, a partir de las 2:00 pm, también le fue entregada al mismo alcalde Mangione una “carta abierta” remitida por el ex cronista, profesor Johnny Hernández Calvo, en relación con el mismo acto ejecutivo.

En su intervención previa a la apertura al público del museo, el Alcalde acusó a los remitentes de las misivas de tener oscuros intereses políticos, desestimó el contenido de las cartas y hasta puso en duda lo apropiado de que el municipio llevara el epónimo de (Ezequiel) Zamora, quien según la apreciación personal del burgomaestre “no hizo nada por Villa de Cura”. Una cosa quedó clara para el ciudadano Alcalde: quienes firmaron la carta no tenían nada en contra de Giuseppe Girlando, sino que abrigaban dudas sobre la legalidad de cambiar el epónimo a una institución, patrimonio cultural, que hasta ese momento era conocida en los ámbitos nacionales como “Museo de la Tradición Inocencio Utrera”, aun desconociendo que el museo había dejado de tener sede propia y de que sus piezas originales estuvieron ocultas a la vista del público por poco más de una década. 

Después de colocada la placa con el nuevo nombre, el 22 de octubre de 2008 en el Primer Encuentro Cultural Comunitario realizado en la Cancha de Las Mercedes, Villa de Cura, el colectivo presente incluyó dentro de las tareas a cumplir el “Rescate del Nombre del Museo Inocencio Utrera”. Se invoca así el apoyo de la colectividad zamorana.

Luego se sumaron voluntades para remitir una carta al ministro de cultura Héctor Soto y así ponerlo al tanto de la decisión ejecutiva del Alcalde y solicitar una averiguación sobre la conveniencia o inconveniencia legal del cambio de epónimo en una comunidad preocupada por su memoria histórica-cultural. No en balde el museo villacurano está inscrito en la Red de Museo de Venezuela bajo el nombre de Inocencio Utrera. La carta fue consignada en el despacho del ministro Soto el 7 de enero de 2009, a las 8:05 am.

Por último, con fecha 24 de agosto de 2009, a las 2:10 pm fue consignada en la oficina regional del Gabinete de Cultura y Patrimonio Cultural otra misiva firmada por promotores y cultores del municipio Zamora. Esta vez se solicitó la injerencia del Instituto de Patrimonio Cultural y su pronunciamiento en torno a la situación del Museo de la Tradición Inocencio Utrera y el manejo del doble epónimo para una sola institución. Lo anterior no quiere decir que no se apoye la apertura del museo ni las actividades que se han realizado en esos espacios. Desde la dirección del mismo Giuseppe Girlando y de Valentina Castro hasta la gestión - dirección de Juan Bautista Alayón (Loco Lindo) que comenzó en el año 2010. 

Informes recientes indican que se desea formar una Asociación Amigos del Museo de la Tradición Inocencio Utrera y se quiere retomar la historia local desde los objetos del mismo museo. Detrás de esta idea están personas de reconocida solvencia moral, como son: Johnny Hernández Calvo, Marita Poleo, Haideé Rodríguez, Cecil González, Javier Herrera, Oscar Sánchez, entre otros. Queda en manos del Concejo Municipal de Zamora solucionar lo del epónimo y lo del presupuesto necesario para darle operatividad a la institución. Por último, que le coloquen la placa con el epónimo que le corresponde: Don Inocencio Utrera.

Texto y fotos: Argenis Díaz.


Sede del Museo Inocencio Utrera y Biblioteca Pública Ezequiel Zamora.
Av. Miranda de Villa de Cura. 2008.


Una de las salas del Museo Inocencio Utrera. 2008.


Museo Inocencio Utrera. 2016. Foto: Díaz.


Antigua sede del Museo Inocencio Utrera
y Biblioteca Ezequiel Zamora. Av. Bolívar Este.
Foto Zamoranos Impreso VII.