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domingo, 8 de diciembre de 2024

1era. Exposición Vida y Obra de Teresa Carreño

La imagen, el carácter y la entereza de Teresa Carreño, la extraordinaria pianista, cantante de ópera y compositora venezolana más relevante del siglo XIX y XX se hicieron presente en este homenaje que a través del arte, la poesía y el teatro le rindió la Escuela Básica Nacional que ostenta su nombre.

Esta 1era. Exposición Vida y Obra de Teresa Carreño que se realizó el pasado miércoles 4 de diciembre de 2024 tuvo como objetivo mostrar una selección de obras de cultores villacuranos que abordaron una variedad de lenguajes y soportes orientados hacia la valoración, a través de las artes, de las capacidades de la pianista, cantante y compositora venezolana María Teresa Gertrudis de Jesús Carreño García.

En este sentido, docentes, alumnos y expositores invitados pidieron conocer diversos aspectos de la vida de Teresa Carreño, visitar la galería inaugurada con ese fin y disfrutar de una obra de teatro realizada con la participación de un grupo de niños y niñas de la institución dirigidos por el docente y cultor Ángel Tirado y la actuación especial de la poeta Paula Montes, quien personificó a la homenajeada. Entre los expositores invitados en esta ocasión estuvieron Ingrid Chicote, Elizabeth Romero, Carmen Muñoz, Liris Miyares y José Argenis Díaz por la parte literaria.

Legado y pensamiento

María Teresa Gertrudis de Jesús Carreño García (Caracas, 22 de diciembre de 1853-Nueva York, 12 de junio de 1917) fue una pianista, cantante de ópera y compositora venezolana. Ha sido calificada por varios expertos como la principal pianista de América Latina de los siglos XIX y XX, así como una de las pianistas más importantes del mundo.

A lo largo de su más de medio siglo de vida artística desempeñó una importante labor como pianista, cantante, empresaria artística y maestra de generaciones de artistas de su tiempo. Teresa Carreño señalaba que la cultura general de un artista era indispensable para la proyección específica de su arte particular. En sus clases, le daba importancia a la simple observación de la naturaleza, al estudio de los seres humanos como mujeres y hombres, como creadores; al conocimiento de la arquitectura, la narrativa y la poesía.

En su gira de conciertos por Venezuela, durante el año 1886 visitó La Guaira, Puerto Cabello, Valencia, Villa de Cura, Maracaibo, Ciudad Bolívar, Curazao y Trinidad, escenarios donde fue extensamente alabada por el público de su país.

En su honor, el principal complejo cultural de Caracas, inaugurado en 1983, lleva su nombre (Teatro Teresa Carreño), así como una plaza en el parque El Calvario, dos calles, un colegio y una orquesta sinfónica juvenil de El Sistema.

Reflexión final de José Argenis Díaz

“En esta Escuela que lleva su nombre, Teresa Carreño, una imagen detenida en el tiempo nos hace recordar que somos su legado para la posteridad. Aquí aprendí las primeras letras, olí el perfume de los libros y de las flores y lo confieso, también olí el perfume de mis bellas maestras, que con firmeza y ternura forjaron mi carácter y voluntad, dándome valores e ideales por los cuales luchar. Tal vez aquí escuché los primeros versos que me hicieron amar la poesía y las letras que me han acompañado hasta este día. Gracias por existir y estar siempre en mi memoria: Escuela Teresa Carreño”

Texto: Argenis Díaz.

Fotos de Facebook de la página Teresa Carreño.

Fotos de la Galería: Argenis Díaz.

 

Venezuela la vio nacer y el mundo la vio crecer

 Teresa Carreño, artista cabal,

genio sin par de la música,

pianista de alcance mundial.

Niña prodigio que alcanzó

altas esferas de ilustración.

Ejemplo de generaciones

que hoy luchan por alcanzar

los lauros del mundo y así demostrar

que hay talento de sobra en su tierra natal

de altivas mujeres que aspiran triunfar.

Desde niña fue ejemplo de mujer tenaz.

Su vida estuvo llena de bondad y amor

de fina cultura y prodigiosidad.

Walkiria del piano sería llamada

por su imponente presencia y feminidad.

II

Sus manos de niña volaban sobre el piano

tiernas y fuertes a la vez,

brotan melodías que inundan la casa.

y el orgullo de sus padres.

Su música la lleva a mundos ignotos,

a cumbres de ensueño que la hacen vibrar.

Así crece entre notas y colores,

entre partituras y pentagramas,

entre sonidos que va descubriendo

como secretos de su mente prodigiosa.

Mujer de cuatro estaciones y siete retoños

que dieron sentido y valor a su vida,

pero fueron sus frutos de genio y figura

los que le dieron su fama universal,

ciudades del mundo le dieron el triunfo

al sonido del piano y su voz magistral.

Mujer de amplia cultura que supo dar luz

a través de su enseñanza y generosidad.

Teresa supo sortear con valentía

las adversidades que la vida le presentó.

A Venezuela volvió ya hecha mujer

y artista reconocida allende del mar.

Caracas disfrutó de sus conciertos

y en su ruta llegó a Villa de Cura

como ave que pasa rauda y segura,

detenida en el tiempo y en la memoria

de quienes la vieron y la oyeron.

Así “La Carreño” dejó su impronta

en nuestro pueblo que hoy la recuerda

como diosa del piano y bella persona.

 

Por: Argenis Díaz, poeta villacurano. 

Obra sobre Teresa Carreño.

Acto en homenaje a Teresa Carreño.

Niños y público presente.



Inaugurada Galería en homenaje a Teresa Carreño.







Trabajos de los niños y niñas sobre Teresa Carreño.

Otra de las obras sobre Teresa Carreño.

Visión artística sobre Teresa Carreño.

Retrato de Teresa Carreño en la institución.

Exposición de trabajos de los niños y niñas.


sábado, 10 de diciembre de 2022

El villacurano Salvador Augusto Mijares Izquierdo

Salvador Augusto Mijares Izquierdo. Nacido en Villa de Cura, el 12 de noviembre de 1897. Hijo del abogado Daniel Mijares y doña Josefa Izquierdo. Debió de aprender sus primeras letras en alguna de las escuelas que existían en su ciudad natal, que a poco había sido capital del estado Guzmán Blanco. No obstante, completó su educación primaria, secundaria y superior en Caracas: Colegio San Agustín y Salesiano. A los 17 años ya era maestro en la escuela Andrés Bello. Se graduó de maestro Normalista y de Profesor de Filosofía y Ciencias Sociales, egresado del Pedagógico de Caracas, donde también se desempeñó como profesor de Historia de Venezuela.

En el ámbito literario, Augusto Mijares, como firmó sus escritos y llegó a ser ampliamente conocido, fue ante todo ensayista. Sin embargo, se inició en la poesía cuando le publicaron cinco textos suyos en El Nuevo diario de Caracas, el 6 de marzo de 1921; cultivó la prosa poética y la novela en Los Adolescentes (1958) y El y Ella (inédita). Como ensayista se estrena el 14 de julio de 1927 cuando publica su primer trabajo en El Universal: La Patria de los Venezolanos en 1779.

La obra de Mijares gira en torno a siete propuestas que conforman su pensamiento humanístico, en el decir de Roberto Lovera de Sola:

1. Su obra fundamental: La interpretación pesimista de la sociología hispanoamericana, 1938

2. El problema educativo nacional, en su libro Educación, 1943; y en su proyecto educativo de la generación de 1936, de la cual formó parte.

3. Su ideario cívico, que expone en Lo afirmativo venezolano, 1963. Una obra que refleja el optimismo de Augusto Mijares en cuanto al ser del venezolano y su historia.

4. Continuidad espiritual de Venezuela, a través de figuras venezolanas, comenzando con Hombres e ideas en América, 1940; La luz y el espejo, 1955; El Libertador, 1964 Longitud y latitud, 1971 y Somos o estamos, 1977.

5. Sus indagaciones sobre la historia de Venezuela, en su libro La evolución política de Venezuela, 1962.

6. Comentarios literarios: Vida Romántica y romanticismo literario, 1971.

7. Su producción literaria: novelas, narraciones y poesías.

Durante su desempeño como Ministro de educación creó el Ipasme, la revista Tricolor (1949), el IND (1949) y la orden 27 de Junio. El 1º de octubre de 1949 fundó el Liceo Alberto Smith de Villa de Cura a instancias de su sobrino el doctor Pedro González Mijares. También ocupó cargos diplomáticos, entre ellos el de Embajador en España (1951-1952). Fue miembro de la Academia Nacional de la Historia (1940); de Ciencias Políticas (1960) y de la Lengua (1971). Premio Nacional de Literatura 1956 con su obra La luz y el espejo. Falleció en Caracas el 29 de junio de 1962.

 El hombre espejo que fue Augusto Mijares

 Al leer ese ensayo breve que da nombre a una de las obras representativas del autor villacurano Salvador Augusto Mijares Izquierdo: La luz y el espejo (Premio Nacional de Literatura, 1956) no pude menos que recordar las palabras del gran maestro Jesús de Nazaret, expresadas en el sermón del Monte: “Resplandezca la luz de ustedes delante de los hombres”.

Porque dice Mijares: no es espejo solamente la bruñida superficie que se convierte en luz frente a la luz, es espejo todo objeto o superficie – o ser humano - que devuelve parte de la luz que recibe; en lo cual también hay un impreciso símbolo que parece hablarnos con fraterna inquietud. “Existe el hombre-luz, los hombres que descienden como dioses entre los mortales; y el hombre-espejo, el apóstol, que es igual al mismo dios pero con humildad y vida del hombre”.

El paisaje humano nos muestra ese “juegos de espejos” que permite convertir la luz en “destellos interminables”, en energía que impulsa las grandes ideas, los más altos ideales. Mijares fue un hombre-espejo, precisamente porque no escribió para sí mismo, sino para señalar una ruta, un camino de continuidad de valores, una senda moral a seguir por las nuevas generaciones, con el optimismo que despide lo “afirmativo venezolano”. Trata de que entre las cenizas de tantas querellas, de tantos mal entendidos o malintencionados conceptos de nuestro ser colectivo e individual, descubramos lo mejor de nosotros mismos.

Ahora bien, construir una vanguardia contra el derrumbe moral no es fácil. Máxime cuando “los hombres inicuos e impostores avanzan de mal en peor”. Nos inquietan las voces de los llamados “profetas del desastre” que siguen sembrando cenizas a su alrededor, sin indicar el camino a seguir. De ellos huyó Mijares con el optimismo de su carácter, pero señalando un rumbo, iluminando un sendero, el verdadero análisis de nuestra historio para descubrir las fallas, las causas de tantos errores… y rectificar.

En uno de sus ensayos de Hombres e ideas en América, dice Mijares: “…esa ejemplaridad de la justicia, que la hace comparable a la luz, ha sido reconocida desde hace siglos por el hombre mismo como la promesa más segura de inmortalidad: “los que enseñan a muchos la justicia brillarán como estrellas en perfectas eternidades”.

Luminosa escritura la de Augusto Mijares. En búsqueda de algún elemento que le permitiera vislumbrar la formación de un ideario hispanoamericano, contrapone a los dictados de la Roma Imperial la sentencia de Antonio José de Sucre: “nuestra justicia era la misma antes que después de la victoria”. Explica Mijares: “porque poner la justicia por encima de los azares del triunfo y de la derrota, es aplicable a la vida privada y en todas las ocasiones”.

Cierto que exalta a estos hombres de América, de la América Hispana: Domingo F. Sarmiento, Juan Alberdi, quienes coinciden en que es necesario “un trabajo largo y profundo que modifique toda la sociedad”, a Andrés Bello, el gran humanista, filólogo, gramático y filósofo; José Martí, Simón Rodríguez (maestro de Bolívar), el mismo Bolívar y Sucre.

En un ensayo sobre Simón Rodríguez, dirá Mijares “los odios y los apetitos que nos legó el pasado, solo perderán fuerza activa cuando sean sustituidos por ideales constructivos que posean un contenido pasional idéntico o superior al de aquellos”. Se trata de un comentario sobre una sentencia del maestro: “por cálculos no dispone el hombre de sus pasiones. La filosofía consiste en conocerse, no en contrahacerse”.

El ensayo Sembradores de cenizas amonestará: “aceptamos ingenuamente que el venezolano que reniega de los venezolanos está por encima de todos, como un paradigma de capacidad y honradez”. Luego interroga: “¿Por qué no encontrar siquiera un pequeño grupo que resuma la representación del espíritu nacional y quiera ser para él padre y maestro, sin anticipar juicios?”

Augusto Mijares habla a los maestros, a los intelectuales, a los poetas, a los jóvenes, a padres e hijos de Venezuela para que reflexionen sobre su responsabilidad de haber sido en alguna ocasión culpable de sembrar cenizas en vez de exaltar lo afirmativo venezolano. Nos invita a recuperar nuestros mejores valores, que los medios audiovisuales se empeñan en destruir sembrando violencia, inmoralidad, irresponsabilidad y codicia; el ansia de riqueza fácil que ha minado la fibra moral de nuestra sociedad y que es el primer factor causante de la desintegración familiar y social. Nos invita a reedificar el más positivo espíritu nacional venezolano.

 Texto: Argenis Díaz. 

Augusto Mijares (1897 -1962)

 

sábado, 9 de enero de 2021

Mena Herrera: Maestro pueblo y poeta

Nos complace publicar en este blog, la reseña de un hombre, un maestro, que hizo de la docencia y la poesía sus dos grandes amores; nacido en Guárico, fue acogido en estos valles de Aragua, donde esparció sus semillas de maestro pueblo contribuyendo a la formación de nuevas generaciones de villacuranos, el maestro y poeta Mena Herrera. Aquí parte de su trauyectoria y el florilegio de sus versos... 

Mena Herrera. Nació en Tucupido, estado Guárico (2 de enero de 1907 – 21 de diciembre 2003). Residió en Villa de Cura. Poeta y docente. Llamado precursor de la educación rural. Ejerció la enseñanza en institutos educativos de Guárico y Aragua. Coautor con Tobías González y Roque Peñalver del poemario Tamanaco. Textos suyos aparecen en la antología Zaetal que reúne a varios poetas de Tucupido. Sus versos son catalogados por los entendidos como una expresión de gran contenido dentro y fuera de la patria.

Instituciones educativas del municipio Zamora llevan el nombre del Maestro Mena Herrera. También fue pilar fundador de la EBN Melicia Nieves de Tejada.

Autobiografía

“Nací en Tucupido, estado Guárico, el 2 de enero de 1907 a la una de la tarde. Para la fecha de mi nacimiento el pueblo era uno de los cinco municipios del Distrito Zaraza, que fue elevado a la categoría de Distrito Ribas el año de 1948. Mis padres fueron Victorio Cabeza y María Herrera Infante. Mi padre fue hombre de letras, desempeñó en su juventud cargos de secretario en varios pueblos de Guárico, Tucupido, El Socorro y Espino. Conoció mucho de leyes y fue secretario del Juzgado de Tucupido. Fundó en éste, su pueblo natal, una escuela primaria particular y se dedicó a la enseñanza durante muchos años de su vida.

“Al tiempo de su muerte, acaecida el 5 de diciembre de 1925, a la edad de 56 años, regentaba su afamada “Escuela Independencia”.  Mi madre fue hija de agricultores y criadores (Ezequiel Herrera Cabeza y Cleotilde Infante). Tenía, como sus progenitores, afición a las labores del campo, por eso hizo que mi padre comprara una finca rural en el caserío Campo Alegre, cinco kilómetros. al sursureste de Tucupido. A esa finca me llevó mi madre a los dos años de edad. A los once años fui inscrito por primera vez como alumno de una escuela que regentaba Rafael Ponce Camacho, quien había tenido como único maestro a mi padre (en esos años mi padre ya no ejercía). Camacho fue un hombre ilustrado y útil. Fue también, como mi padre, conocedor de leyes, maestro de escuela y juez. Murió trágicamente en Villa de Cura, el año 1965, habiendo sido jubilado años antes como Registrador Subalterno del Distrito Mariño del estado Aragua. Con él estudié un año.

“En 1919 ingresé como alumno de la Escuela Federal N° 12 de Tucupido, siendo mi maestro en este instituto don Teófilo Ruiz, educador y músico, natural de Lezama y fallecido de edad avanzada en Altagracia de Orituco. Venero mucho la memoria de este maestro ilustre. Mi tercer maestro fue mi padre, que reanudó sus labores escolares en 1921. Con él, terminé mi educación primaria, sirviéndole a la vez de auxiliar en la alfabetización de los niños. Muerto mi padre, quedó la “Escuela Independencia” en acefalía y los padres y representantes del alumnado quisieron que fuera yo el sucesor en el desempeño del cargo de Preceptor. En 1936 me trasladé a Caracas y conseguí que me nombraran Maestro de la Escuela Primaria y Cívica creada para funcionar en la jurisdicción de San Diego de los Altos del estado Miranda.

“Esta escuela Primaria y Cívica, fue elevada al nivel de Escuela Federal N° 1247 de cuya dirección me separé por motivos ajenos a mi voluntad. En San Diego de los Altos también desempeñé el cargo de juez y maestro de una Escuela Nocturna Municipal hasta 1940. Ese mismo año vine a Villa de cura y logré que el Gobierno del estado Aragua creara la Escuela Primaria Agraria N° 46, que fue después N° 86 y que ahora, elevada a una categoría superior, lleva el nombre de Escuela Cuyagua. Después de trabajar en esta escuela desde el 1° de noviembre de 1940 hasta mayo de 1944, volví a Tucupido y trabajé desde ese mismo año como maestro de la Escuela Estatal N° 3 de Guayabito y Escuela N° 5 de Cera Grande. En 1958 regreso a Villa de Cura y trabajé como maestro de la Estatal N° 125, creada el 1° de octubre de ese año para funcionar en Las Cenizas, hasta el 17 de febrero de 1964, fecha en que se me reemplazó, ocupando el cargo la maestra Rosa Landaeta de Ovalles. Desde esa fecha quedé pensionado.”

 

Acróstico dedicado al maestro Mena Herrera

 

Muchos padres rememoran

Esfuerzo de tu docencia

Nunca de sus mentes borran

Algo digno de conciencia

 

Eres padre, maestro y poeta

Donde urge el necesitado

Urgiendo lección selecta

Con razón de enamorado

Amas tus humildes campos

Denuncias la injusticia

Oras por malos y santos

Reclamando la justicia.

 

Poemas de Mena Herrera

 

Dios

 

En tu sabiduría tan acabada

que, no obstante, encerrar signos profundos,

puede el hombre saber cómo los mundos

surgieron desde el fondo de la nada.

Honda expresión de la palabra hablada;

origen de los términos rotundos;

causa de los efectos sin segundos

bajo la hermosa bóveda azulada.

 

Sabio Señor, mostrándote a ti mismo,

fuiste naturaleza en el abismo

y espíritu y amor de omnipresencia;

 

y a tu excelsa criatura – el hombre día-

en rumbo astral, pusiste como guía

el brillo de tu luz en su conciencia.

 

PALINGENÉSICAS

 

En el año primero de la Era Cristiana

fustigaba el verdugo y el tirano oprimía,

hace ya veinte siglos y se ve todavía

la barbarie imperante de esa fecha lejana

 

¿Habrá cambiado en el mundo la condición humana?

¿habrán roto los jueces su vieja cobardía?

yo lo dudo...y presumo que tal vez hoy en día

haya muchos que formen la caterva tirana.

 

Mientras los hombres tengan el cerebro sin luz

y un corazón que entrañe sentimiento mezquino

y no entiendan a fondo la lección del Calvario,

 

Se verá en cualquier parte enclavada en la cruz,

un Pilato que juzgue, un sangrante Rabino,

una copa de absintio y un soez victimario

 

Maiquetía, 1938

 

Vida aldeana

 

La inspiración de Salomón campea

hecha canción de amor por las hermosas

campiñas, y entre huertas olorosas

nos convida a morar junto a la aldea.

 

Grata mansión en la que psiquis crea

urdiendo los ensueños de las diosas

al influjo de magias portentosas

el ancho panorama de la idea.

 

Suave rumor se siente en las mañanas,

la religiosa voz de las campanas

entona sus endechas matutinas.

 

Y envuelta en un raudal de poesías

la vida aldeana, va fluyendo el día,

sobre la azulidad de las colinas.

 

San Diego de los Altos, 1938.

 

Redacción: Argenis Díaz.

Foto de portada del libro Tamanaco, cortesía Elio Martínez.

 

Maestro mena Herrera (1907 - 2003)

Poemario Tamanaco, coautor Mena Herrera.