Con
la asistencia de más de 50 personas, poetas y amantes de la poesía, amigos y
artistas nativos y visitantes, se llevó a cabo el pasado jueves 13 de junio la
presentación y bautizo del poemario de la escritora villacurana Kristel
Guirado, con el sugestivo título: Tucutunemo “río de aguas espumosas”.
Un libro hermoso que destaca una poesía marcada por la memoria y la
musicalidad que fluye en sus poemas, circunscrito a una geografía poética y
espiritual propia de los valles de Aragua, donde se enclava el valle de Cura y
el pueblo-ciudad fundado por el abuelo del Libertador Simón Bolívar, a saber,
don Juan de Bolívar Villegas, hace poco más de 300 años: Villa de San Luis de
Cura, actualmente conocida sencillamente como Villa de Cura o coloquialmente La
Villa. Espacio vital para esta poeta que evoca vivencias de la infancia, la
niñez y la juventud ligadas al entorno del rumoroso río de otrora…
El
poemario lleva como subtítulo la siguiente anotación: "Pajarillo en dos
estaciones" y forma parte de la colección “Yo misma fui mi ruta” del fondo
editorial Fundarte, auspiciado por la Alcaldía de Caracas. El prestigio de la autora
lo realza de esta manera a través de la calidad poética del contenido. La
dedicatoria ya conmueve el corazón: “A Cabito, mi mamá, matriarca de la
provincia que somos”.
Explica
la autora que el poemario se enmarca en las estaciones de sequía (Estación de
humaredas) y lluvia (Paso de crecidas) que suceden en este espacio geográfico
que ahora cobra una dimensión poética en estos poemas evocadores.
Hablando
de la provincia “ávida de brisa y apariencias”. En la sequía “arde el pasto/ y
desde el cañaveral vuelan cenizas/circunda un aire seco/un bochorno con el
color cristalino/ de la caliza negra”. Pero con el paso del tiempo ocurre “la
aparecida de sus aguas/ bien podría apaciguarnos/ en el tobogán de piedra”. La
memoria se agita al evocar a las tías, hermanas y amigas que comparten espacios
emotivos que inundan en silencio los ojos y el corazón de la poeta.
Algún
día recordamos el “tucutunemo crecido”. Crecido ahora en la poesía de Kristel
Guirado.
La
poeta regresa a su lar nativo después de cuatro años de transitar otros
espacios ajenos a su gentilicio, ocupada en oficios académicos que realzan su
formación docente. Aquí, en la biblioteca Ezequiel Zamora, lado a lado con el
museo Inocencio Utrera, ocurre el encuentro con amigos y colegas que celebran
esta nueva obra de Kristel Guirado, entre lágrimas, risas y pétalos de rosas.
Y
no podía faltar la música, el canto, el cuatro y la guitarra para entonar
canciones en voces que cautivan los oídos y el alma de los presentes, sensibilizados
por la ocasión, la amistad, la empatía y el amor a la cultura. Nos deleitaron:
el niño Josués Gerardo Figueroa Peña (así con todas sus letras se presentó) “el
águila del folclor” y Gustavo Ceballos, que con su voz de tenor adorna canciones
venezolanas y de otras latitudes. También el quitiplás que acompañó a la poesía
“negroide” magistralmente recitada por la poeta Elizabeth Romero, gracias a
Luis Núñez y compañía.
Así
la poesía y la música de nuevo se hermanan en una ocasión que enaltece lo mejor
del espíritu humano.
Textos:
Argenis Díaz.
Fotos
de Eduardo Orta Hernández, Paula Montes y Argenis Díaz.
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Kristel Guirado Zapata, la poeta y autora.
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Bienvenida. |
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Luis Núñez lee un soneto dedicado a Kristel.
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Argenis Díaz leyendo una reseña del poemario.
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Rosana Hernández en la presentación.
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El tenor Gustavo Ceballos.
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Autógrafos de Kristel.
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El niño cantante Josués "el águila del folclor.
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Paula Montes y Kristel.
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Johnny Hernández y Kristel.
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Las "comaes" Rosana y Kristel.
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El trío de Villa Literaria Zamora.
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Nos deleita con su poesía...
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