jueves, 9 de junio de 2011

Reynaldo Pérez Só: poeta homenajeado en el 8º Festival Mundial de Poesía

El poeta y escritor Reynaldo Pérez Só (18 de noviembre de 1945) nació en Tocuyito, estado Carabobo. Licenciado en Educación (UC), realizó estudios de postgrado en Brasil. Fue cofundador y director de la revista Poesía del departamento de cultura de la Universidad de Carabobo. Posee la especialidad de Orientación y la de Médico obtenidas en la misma Casa de estudios. Ha sido un constante propiciador de talleres literarios y uno de sus pioneros. 

La obra del poeta Reynaldo Pérez Só ha sido reconocida con varios premios, entre ellos: Premio de Poesía Universidad de Carabobo 1972, con Para morirnos de otro sueño; Premio de Poesía de la Universidad de Carabobo 1975, con Tanmatra; y primer premio en la Bienal de Literatura José Rafael Pocaterra (1976), que luego rechazó.

Ha publicado varias obras: Poetas carabobeños (1979), Para morirnos de otro sueño (1971); Tanmatra (1972); Nuevos poemas (1975); En medio día (1976); 25 poemas (1982); Mirinda Kampos (1984); Matadero (1986); Fragmentos de un taller (Ars poética) (1990); Reclamo (1992); Sucre estampido de Dios (1995); Px (1996)  Solonbra (1998); Antología poética (2003).

En su homenaje, el Ministerio del Poder Popular para la Cultura, a través de la Casa Nacional de las Letras Andrés Bello, y la Fundación Teatro Teresa Carreño dieron inicio al 8° Festival Mundial de Poesía, el cual se estará llevando a cabo del 12 al 18 de junio de 2011. Bajo el lema: "La Tierra tiene un nombre común", frase de poeta Reynaldo Pérez Só.

"La Biblia nunca ha sido asunto de forma para formar el vacío. Los antiguos judíos son de una casta de sabios: El Cantar de los Cantares habla del hombre, no de formas, imaginaciones, fantasías. Los judíos, generalmente, escriben de sus miserias, grandezas, en ellos la imaginación no tiene lugar, porque la verdadera poesía es tocable. Juan de la Cruz, Fray Luis de León, lo comprendieron, de ahí sus versiones, auténticas, fuera de toda imitación formal, indagaron en lo tangible, vivido".
Reynaldo Pérez Só
De: Fragmentos de un taller (ars poética), 1990.




Ella viene
y va a ningún sitio
pero camina
hacia adentro

no sueña
no habla
no duerme

camina por dentro
está en sus ojos
la pregunta que le hago

que aún respondo
en la misma forma
que ella no me dice


Reynaldo Pérez Só
De: Des(amor) no me deja


lunes, 23 de mayo de 2011

Cronología de la fundación de Villa de Cura

Se debe al primer cronista de Villa de Cura, profesor y abogado Luis José Acosta Rodríguez, la primera recopilación metódica del proceso fundacional de esta ciudad. Desde el principio establece este hecho específico: “Villa  de Cura no se fundó en un día ni en un año dados, sino a lo largo de un proceso que abarcó el transcurso de muchos días y se gestó a través de varios años”. 

En armonía con esta premisa, repasaremos el orden cronológico documentado:

  1. El 6 de marzo de 1717, el Capitán Juan de Bolívar y Villegas, abuelo paterno del Libertador, formuló la petición para fundar un pueblo en tierras situadas en la región aragüeña de Cura, ante el Gobernador de la Provincia de Venezuela, Marcos Francisco de Betancourt Castro. Entre mayo y junio del mismo año debió realizarse el reconocimiento del lugar por parte del Corregidor de los pueblos de Aragua, Don Felipe Luis de Alvarado.
  2. 19 de julio de 1717. El Gobernador acepta la petición, y a partir de esta fecha Bolívar y Villegas ha debido proceder a construir la iglesia y las 30 casas, donde habitarían las 30 familias que formarían el núcleo del nuevo centro urbano, además de los animales de cría que exigía la Ley. Seis días después, 25 de julio, las autoridades eclesiásticas conceden el permiso necesario para erigir la iglesia parroquial. No obstante, el Párroco de Cagua, Pedro Díaz Cienfuegos, inicia un juicio de oposición a la fundación del nuevo pueblo y hubo que suspender o paralizar el proceso fundacional, en espera de una decisión por parte del tribunal de la Real Audiencia de Santo Domingo.
  3. El 25 de febrero de 1718, las autoridades de Venezuela reciben la decisión del Tribunal, autorizando la erección del nuevo pueblo; el cura opositor cesa en su empeño de impedir el proceso de fundación de La Villa, una vez advertido por sus superiores eclesiásticos. A partir de ese momento es inevitable la fundación de Villa de Cura.
  4. El 12 de octubre de 1718, el Obispo de Caracas, Juan de Escalona y Calatayud, aprueba el territorio que debía corresponder a la nueva Parroquia de San Luis de Cura, cuyos límites comenzaban en las Guasduas, incluyendo Tocorón, Tocoroncito, todo el valle del río Tucutunemo y desde el sitio de Las Minas hasta la puerta de San Sebastián, con un total de ocho leguas de territorio. Es a partir de esta fecha que comienza a correr el plazo de dos años dado al Capitán fundador para establecer las bases del núcleo fundacional.
  5. El 13 de noviembre de 1720 comenzó la inspección de lo que había hecho Don Juan de Bolívar y Villegas para fundar el nuevo pueblo; la inspección fue realizada por el justicia Mayor de los Valle de Aragua, Juan Bautista de Urra Ynsusaga, en compañía del escribano público. Quedan constatados los hechos y la lista de los primeros pobladores. Se trataba de una Villa de españoles puros traídos de Caracas y de otros sitios del centro del pías donde estaban antes radicados. El censo del núcleo poblador registra un total de 188 personas, incluyendo mujeres, niños y algunos criados. Las familias así asentadas constituyen, a decir de Acosta Rodríguez (1972), “el plasma germinal” que le dará calor humano a la campiña aragüeña, ubicada entre los ríos Las Minas y el Tucutunemo. El 19 de noviembre, Bolívar y Villagas suplió el dinero y tierras para construir otro lote de casas, las cuales fueron entregadas a 31 personas más ("españoles puros") que se agregan al núcleo inicial.
  6. El 5 de diciembre de 1720 los Alcaldes Ordinarios de Caracas, bajo cuya jurisdicción estaba el nuevo pueblo, ordenaron se le diera posesión de éste a Bolívar y Villegas, lo cual hizo el 29 del mismo mes y año, y nombra el primer Cabildo de la ciudad.
  7. La sesión del Cabildo de Villa de Cura donde aparecen demarcados los terrenos ejidos de la nueva ciudad corresponde a la fecha del 9 de enero de 1720.
 Faltaba, sin embargo, la confirmación de todo el proceso fundacional, lo cual ocurrió finalmente el 25 de mayo de 1722. Fue en Aranjuez donde el Rey Felipe V emitió la Real Cédula que daba absoluta legalidad a la erección del nuevo pueblo con el nombre primigenio de Villa de San Luis, en el sitio de Cura. El nombre “cura” o curo era dado por los indígenas al aguacate. El epónimo de San Luis se le asigna como homenaje al príncipe heredero de la corona española, Luis I, hijo de Felipe V, de la casa de Borbón. También, desde un primer momento fue entronizado como patrono tutelar del nuevo poblado San Luis Rey de Francia, el “santo cruzado” (Luis IX), cuya imagen ya aparece registrada en el inventario de la iglesia local en el año de 1720.

Referencia

Cómo fue fundada Villa de Cura (Visión explicativa). Dr. José Acosta Rodríguez. Cronista Municipal de Villa de Cura. Editorial Miranda. 1972.

El Fundador: Don Juan de Bolívar y Villegas

 El teniente general don Juan de Bolívar y Villegas nació en el valle de Aragua, tal vez en La Victoria, en 1665, hijo de Luis de Bolívar y Rebolledo y de doña Ana María Martínez de Villegas, descendiente de Juan de Villegas y del conquistadote mestizo Francisco Fajardo.
En 1687, don Juan de Bolívar y Villegas contrajo matrimonio con Francisca de Aguirre, de cuya unión nació José Bolívar y Aguirre; de su segundo matrimonio, con Petronila de Ponte Andrade fueron engendrados seis hijos, uno de ellos Juan Vicente de Bolívar y Ponte que se caso con la joven Concepción Palacios y Blanco, de quien provino Simón Bolívar el Libertador.
Don Juan de Bolívar  y Villegas era propietario de tierras en el valle de Aragua y en el valle del Tuy. Ocupó cargos públicos como el de gobernador de Venezuela (enero a marzo de 1721), alcalde Caracas, justicia mayor de los valles de Aragua, capitán de infantería, entre otros. Su fallecimiento ocurrió en 1729 en Caracas y fue sepultado en el antiguo monasterio de las monjas concepciones en cuyo lugar se levanta el edificio que hoy sirve de sede a la actual Asamblea Nacional.
La moderna ciudad de Villa de Cura, capital del municipio Zamora del estado Aragua, cuenta con una población que debe superar por mucho los 73 mil habitantes registrados en el censo de oficial del año 2001, con un crecimiento desproporcionado hacía el oeste de la ciudad, donde se hayan ubicadas varias barriadas y urbanizaciones de reciente data. Las fallas en los servicios públicos, principalmente el agua, atenta contra la calidad de vida de la población. Otro problema que aqueja a la población villacurana, sobre todo hacia el sector los Tanques de Villa de Cura, y la parroquia cercana San Francisco de Asís, es la contaminación ambiental proveniente del vertedero de basura ubicado en el mencionado sector. La mayoría de la población del municipio Zamora, muy poco o medianamente informada, ve con preocupación la amenaza de poner en funcionamiento el relleno sanitario de Guayabal.
Finalmente, Villa de Cura sigue esperando la ejecución de importantes proyectos como la construcción del complejo cultural y una concha acústica, obras que constituyen una deuda social de los gobiernos locales de la última década.  


Texto: Argenis Díaz.

Sitios emblemáticos de Villa de Cura.
Composición fotográfica: Argenis Díaz.

Villa de Cura. Municipio Zamora. Aragua.
El fundador: Juan de Bolívar y Villegas.

martes, 17 de mayo de 2011

Bienal de Literatura Miguel Ramón Utrera 2011 en el marco del Bicentenario

GOBIERNO BOLIVARIANO DEL ESTADO ARAGUA
SECRETARÍA DEL PODER POPULAR PARA LA CULTURA
INSTITUTO DE CULTURA DE ARAGUA
COORDINACIÓN DE LA ORALIDAD Y EL PENSAMIENTO ESCRITO

Con el propósito de promover los valores literarios del país, la secretaría del Poder Popular para la Cultura del Estado Aragua a través de su Coordinación de la Oralidad y el Pensamiento Escrito, promueve y auspicia:

BIENAL DE LITERATURAMIGUEL RAMÓN UTRERA
AÑO 2011
MENCIÓN POESÍA Y NARRATIVA

BASES
  1. Podrán participar los escritores venezolanos y extranjeros mayores de edad residenciados en el país.
  2. Los trabajos deberán ser inéditos, enmarcados en el Bicentenario, y no haber recibido, ni parcial ni totalmente, reconocimientos anteriores en este concurso u otro similar. Ni estar sujetos a compromiso alguno de edición.
  3. Se requiere de una extensión mínima de cuarenta (40) cuartillas en poesía y sesenta (60) cuartillas en Narrativa con espacio y medio, letra en Arial o Times New Roman punto 12.
  4. Los materiales (un original, tres copias y soporte digital en CD), deberán remitirse a la siguiente dirección: Coordinación de la Oralidad y el Pensamiento Escrito del Instituto de la Cultura de Aragua, Complejo Cultural Santos Michelena, Av. 19 de Abril, Maracay.
  5. Las obras deberán estar identificadas con seudónimo o lema. En sobre aparte y cerrado, el autor remitirá su nombre, cédula de identidad, domicilio y teléfono.
  6. El premio consiste en DIEZ MIL BOLÍVARES (Bs. 10.000) y la publicación de la obra. No se otorgará accésit y el premio se decidirá por unanimidad o por mayoría de votos.
  7. El lapso de recepción se abre a partir del 15 de mayo de 2011 y cierra el 15 de agosto de 2011. El veredicto se hará público el 15 de octubre de 2011.
  8. Lo no previsto en estas bases será resuelto por el Jurado

viernes, 18 de marzo de 2011

Sobre los concursos literarios

Héctor Torres

El que hace de jurado de un concurso literario asume un alucinante ejercicio de minería. Con una resolución que podría catalogarse de desquiciada, agarra sus aperos y se adentra en la mina sin certeza alguna de encontrar algo que no está muy seguro de saber qué es. Por lo general, y por mucha experiencia que tenga como escritor, suele dejar en manos de su olfato de lector esa búsqueda que “una vez leídas todas y cada una de las obras participantes”, dé con lo que deba hallar, sea esto lo que sea.
Pero esa no sería la única dificultad a la que se enfrenta. Encargar al instinto una decisión que va a desembocar en un hecho tangible, y premiar a uno sólo entre decenas o cientos de textos, desemboca en otra. Así se lo advirtió hace mucho tiempo un reputado escritor a otro más joven que él: “Nunca participe como jurado de un concurso literario, porque el que gana creerá que se lo merece y los demás se convertirán en sus enemigos”. Vale destacar que aquel joven escritor, que llegaría a ser un experimentado novelista, hizo caso omiso de ese consejo.
Y si adentrarse en una mina a buscar algo que no se sabe ni qué forma tiene es un hecho bastante romántico, lo es más aún cuando la metáfora de la mina se concreta en la lectura de decenas (quizá centenas) de cuentos inéditos sin otra ganancia que la de encontrar (vuelvo a la metáfora) una piedra lo suficientemente peculiar como para conjeturar detrás de ella la existencia de un principiante con eso que hermosamente se conoce como “el fuego sagrado”. Esa cosa indescriptible que produzca la anhelada historia maravillosa jamás oída, como acotó para siempre Guillermo Meneses
Ahora, si bien es cierto que no existen fórmulas para hallar ese portento, también es cierto que existen elementos que contribuyen a no entorpecer esa búsqueda. Basta estar frente a un monumental cerro de cuentos inéditos para entender exactamente de qué va el asunto. Un buen cuento es una rara pieza literaria en la que la energía y el interés por conocer un pedazo de la vida de alguien debe permanecer hasta el fin de la historia. Un tubo con una sola entrada y una sola salida. La idea es proponer esa historia con un mínimo de artificios externos, para que ese lector que debe determinar cuál de ellas logró con más eficacia el propósito anterior, no distraiga su objetivo.
A continuación, entonces, un pequeño y desordenado decálogo de los detalles que observarse al enviar su propuesta de hechizo a un certamen literario.

1.- Cuida la ortografía con el mismo celo que debes cuidarte de la grandilocuencia.

2.- No intentes impresionar con sadomasoquismo, drogas y crímenes innecesarios. El jurado avezado de concursos literarios ha visto más sexo y crimen en su vida que un comisario jubilado de la extinta petejota. Esa advertencia aplica para otros tópicos “candentes”. No pretendas escandalizar de gratis, porque eso, lejos de asombrar a un buen lector, delata una historia carente de fuerza en sí.

3.- No intentes comprar al jurado con trucos tan baratos como epígrafes o guiños a su obra. La vanidad de los escritores le impide disfrutar de intentos de halago mal urdidos.

4.- El lector convertido en jurado olfatea cuando se encuentra ante un autor curtido. Cuando se tropieza con él, su actitud se vuelve cauta y atenta. Algunos elementos delatan a estos autores: un título con pegada pero que no supere al texto, una presentación sobria sin adornos ni lujos innecesarios, una historia narrada sin prisas ni perezas, son algunos. Esos son los cuentos que coloca en el lote de la segunda lectura.

5.- Recuerda que el jurado tiene que vérselas con decenas de textos. Todo lo que lo distraiga de su búsqueda no le genera más recall sino más fatiga. Estos últimos van para el otro lote.
6.- Asegúrate de que las copias que envíes estén claras, legibles, numeradas, con título y seudónimo visibles. Es un gesto de cortesía e interés por ser leído.

7.- Escribir es corregir. Y también comprimir. En su libro Mientras escribo, Stephen King asoma una fórmula hacia el camino del bien: “2da versión = 1ra versión - 10%”.

8.- Aléjate de ideas como “siempre ganan los mismos”, porque se convierten en cómodas sombrillas para justificar la derrota. Que diversos lectores señalen, en ocasiones distintas, a la obra de un autor, habla de la calidad que está alcanzando ese autor en la construcción de sus ficciones. Honrar honra.

9.- Lee todo lo que te sea posible. No hay talento tan deslumbrante que no requiera de los maestros para aprender a escribir.

10.- Insiste. Detrás de cada cuento ganador hay decenas de historias de derrotas. Si no convences al jurado al menos habrás puesto a prueba tu carácter. Cree en tus búsquedas y olvídate de las modas. Tarde o temprano deberán ser reconocidas en su honestidad.

   Pero eso sí: no nos llamemos a engaño. Observar las normas contenidas en este decálogo no produce porque sí piedras preciosas. En todo caso, y esto es sin duda, es una forma de ofrecer nuestros guijarros lo más limpio que nos sea posible. No sea que estemos entregando una joya pero la hayamos escondido detrás de una gruesa capa de barro.

miércoles, 9 de marzo de 2011

Periodismo alternativo zamorano

Villa de Cura, y en general el municipio Zamora, ocupa un lugar indisputable en la historia regional del periodismo, que ahora llamamos alternativo. En las primeras décadas del siglo XX surgen iniciativas comunicacionales, a través de diversos medios impresos, que van a satisfacer la necesidad de informarse de una comunidad signada por su papel protagónico en los acontecimientos sociales, políticos,  económicos y culturales de la época; una comunidad depositaria de la tradición independentista del siglo XIX.

Las anotaciones, propias de un escribano, del fallecido Salustiano Yusti Prieto(1899-1987) un barinés nativo de Sabaneta, quién dedicó a Villa de Cura cuarenta años de vida útil, dejando un legado de crónicas y relatos humorísticos, dan testimonio de las inquietudes periodísticas de este pueblo. En su crónica Pasado y Presente de Villa de Cura (1974), Yusti Prieto destaca la aparición de varios periódicos, casi todos semanarios o quincenarios, desde el año 1905. Entre estos menciona: Puntos y Comas, desde la edición 22 de marzo de 1905, luego su reaparición en 1910, segunda etapa y, finalmente, una tercera etapa que se prolonga hasta 1921, edición Nº 346, fungiendo siempre como redactor, administrador y director L. López Celis. Pluma Libre, cuyo primer número aparece el 24 de agosto de 1912, bajo la dirección de Plácido García Z. y como cronista F. R. Torres. El mismo López Celis publicará además El Eco de Aragua, semanario de intereses generales, el 31 de octubre del mismo año.

Para el año 1922, el siete de julio, nace en Villa de Cura El Paréntesis, un semanario dirigido por Amadís de Gaula (seudónimo); después del Nº 45 aparece como redactor Luis Rivas, hasta el Nº 48. Luego la dirección queda a cargo de Aníbal Bustamante hasta la edición Nº 368 del año 1927.

Forma parte de esta crónica el quincenario Pluma y Mallete (1933), un periódico de la Logia Masónica fundado por el intelectual y poeta, Don Manuel Linero S. También las escuelas de mayor tradición villacurana, como son “Teresa Carreño” y “Arístides Rojas”, contaron con un órgano informativo, La Voz de Nosotros (1937), bajo la dirección de María Simoza y Manuel J. Medrano.

Uno de los periódicos de más larga data fue El Quijote, que según nuestra fuente nació en Villa de Cura el año 1929, donde aparece como director Carlos F. Gross y entre sus redactores: Martín Pereira y Narciso Pérez Acosta. Más tarde aparece como editor el recordado J. L. Sanabria Méndez, el 23 de agosto de 1932. En agosto de 1945, Nº 157, El Quijote tiene como director a Rafael Viloria, pero su quinta etapa comienza en agosto de 1966, bajo la dirección de dos villacuranos ilustres: Don Inocencio Adames Barrios y Germán Cordero Padrón con el sello de Editorial Miranda. 

Junto a El Quijote es propio mencionar a El Unitario (1958) y El Villacurano (1966), en su segunda época, bajo la dirección de Don Germán Castillo y como jefe de redacción al periodista Oldman Botello. En estos medios informativos figuran hombres como Napoleón Guariguata, Pedro Ezequiel González, Pedro Pablo Poleo y José Manuel Morgado, quien desde 1958 dirige y mantiene el humorístico ocasionario Cotejo Mocho.


Cabe mencionar a un quincenario que en cierta forma logró cubrir el vacío dejado por la ausencia de los anteriores: El Vigía, fundado y dirigido por José M. Seijas desde 1978 hasta 2010. Coexistiendo con ese quincenario surgieron otras iniciativas privadas como El Crítico del luchador social Alfredo Barrios y otros amigos.

Toda esta tradición indica que los zamoranos estamos dispuestos a seguir siendo punta de lanza en lo que concierne a la comunicación social alternativa, ahora llamada comunicación comunitaria. Bajo este signo, nace a la sombra del 282 aniversario de la ratificación de la fundación de Villa de Cura (2004) el órgano de prensa comunitaria Zamoranos Impreso VII, un quincenario que asumió (lamentablemente en muy pocas ediciones), el compromiso de llevar el estandarte de esta tradición de libertad de pensamiento e ideas, respaldado por un equipo humano, conformado por vecinos de todas las comunidades de Zamora.

Incluimos en esta crónica un periódico (semanario), que nacido hacia el sur de Aragua, mantuvo por un año (1997-1998) su oficina de redacción en Villa de Cura, como fue Hoy Diario del Sur, dirigido por Frank Lozano, que dedicó gran centimetraje en sus páginas a los acontecimientos políticos, sociales y culturales del municipio Zamora.

Ahora surge, desde la inquieta población de San Francisco de Asís del municipio Zamora, El Portavoz de Aragua (diciembre de 2010), concebido “con la pretensión  de erigirse en un instrumento de servicio a la sociedad aragüeña”; nace como un instrumento de comunicación social “revestido de ética, independencia, equilibrio, veracidad y ciudadanía”. Es producto de una idea que adquirió cuerpo y concreción en la mente del profesor y periodista Javier Herrera y un condensado equipo de intelectuales, educadores y gente de bien, comprometidos con el terruño que abriga a la comunidad zamorana del estado Aragua.

Queda probada, entonces, en estas pocas líneas, nuestra premisa inicial: el municipio Zamora ocupa un lugar indisputable en la historia del periodismo alternativo, comunitario e independiente de nuestra región.

Texto y fotos: Argenis Díaz.


Quincenario El Quijote. 1966


Logo de El Cotejo mocho creado por José Seijas.

Quincenario El Vigía. 1978.



Periódico artesanal, independiente. 1993



Impresos Zamoranos VII. 2004.



El Portavoz de Aragua. 2011.


jueves, 24 de febrero de 2011

Giuseppe Girlando: cronista gráfico de Villa de Cura

Argenis Díaz

Giuseppe Girlando (Comiso, Italia, 20 de noviembre de 1930 - Villa de Cura, Venezuela, 15 de noviembre de 2013). Fotógrafo, cronista y escritor. Vivió sus primeros años en Trípoli, capital de Libia, y posteriormente en Sicilia donde residió hasta los 20 años y cursó estudios de francés, latín y griego clásico.

Llega a Venezuela el 15 de marzo de 1951, estableciéndose en la población de Villa de Cura. Aprende fotografía en el estudio de Pedro Lapenta, pionero del fotoperiodismo aragüeño. En 1961 se casa con Mercedes a quien acompaña hasta su muerte durante 48 años de matrimonio y con quien tuvo cuatro hijos. Ese mismo año se desempeña como fotógrafo para la Shell en la revista de servicios para el Agricultor, haciendo fotografía científica con fines editoriales, empleo que mantiene por trece años consecutivos.

Luego, funda la cátedra de Fotografía de la Escuela de Artes Rafael Monasterios de Maracay y ejerce la docencia por nueves años consecutivos. De igual manera trabaja como fotógrafo catalogador para las piezas precolombinas del museo de Antropología e Historia de Maracay por un período de dos años, lapso durante el cual culminó el banco de fotografías para el museo y su posterior microfilmación.

Días antes de que el pueblo de San Francisco de Cara quedara sumergido en las aguas de la represa de Camatagua, lleva a cabo el único registro fotográfico de ese evento. No cesa allí su trabajo, ya que años más tarde escribe dos libros. Villa de Cura y su historia y Villa de Cura en fotos.

En 1968 se hace acreedor de una mención de honor en el concurso de fotografía 25 años del diario El Nacional. En 1972 gana mención de honor en la categoría de reportaje con la película Carnaval 66. El 9 de abril de 1976 funda y dirige en Museo de la Tradición Inocencio Utrera. En 1978 se reconoce su trabajo como docente de fotografía de la escuela de Artes Rafael Monasterios de Maracay. En 1993 recibe la condecoración Ciudad de Villa de Cura por su labor en el campo de artes y la cultura. 

En 1996 participa con la empresa Santa Teresa en la segunda edición del “Aragua Hace Historia”. En 1997 la Asamblea Legislativa del estado Aragua le entrega el Botón de Honor como cronista fotográfico de la ciudad de Villa de Cura. En 1998, bajo la curaduría de Wilson Prada, se recopila, cataloga y exhibe parte de  relevante obra en el foyer del Teatro de la Ópera de Maracay. También registró en fotos deportivas a los escuadrones acrobáticos de paracaidismo desde la plataforma de un avión y, como submarinista se dio licencia para fotografiar las más variadas formas de conchas marinas que hoy día forman parte de una importante colección.

Entre otras actividades,  radioaficionado por más de 25 años, fue miembro fundador del Club de Leones de Villa de Cura. A través de una búsqueda afanosa logró recupera la partitura y la matriz del Himno del Concejo Municipal de Villa de Cura, extraviado y olvidado desde 1955. Siempre fue un ameno conversador con un amplio repertorio de anécdotas de su acumulada experiencia como profesional y como hombre ligado a la cultura del pueblo que le dio acogida desde su juventud.



(Referencia. Catálogo Bienal Nacional de Fotografía y Video-arte en homenaje a Giuseppe Girlando, Abril 2011)
 
 
Giuseppe Girlando (1930-2013)

 
 

miércoles, 19 de enero de 2011

Poema

Para cerrar la vieja herida

haré un viaje al centro de mi corazón
retomaré la vieja senda de los poetas
volveré a la tierra prometida
en una cápsula del tiempo
el sendero del águila no me será extraño
por encima de las nubes
veré como desciende esa neblina
hacia donde convergen
las voces de fantasmas trasnochados y ebrios
ese frío erizará mi piel
ya cansada de tanto desamor

Oiré de nuevo el canto de sirenas
bajaré por un anillo de soles
para ver los abismos de saturno
una luz difusa me dirá que tiene cuerpo
de alondra    ojos de tigre calcinado
volveré sobre mis pasos al sitio de costumbre
para retomar cosas ya olvidadas

Será un viaje al infinito con punto de retorno
donde nacen acuarelas solitarias
ríos de plata que se yerguen silenciosos
cortaré alas al viento que me azota
para bajar al monte de olivares
entre piedras azules voy dejando mis temores
para buscar aquellos ángeles perdidos
y retomar la voz de antiguos profetas


Argenis Díaz / Enero 2011                            



lunes, 10 de enero de 2011

Gestión cultural

Gobierno Bolivariano de Aragua benefició a más de 190.000 personas
con acción cultural en el 2010

Maracay. Uno de los logros más relevantes del Gobierno Bolivariano de Aragua, a cargo del teniente Rafael Isea, en el año 2010 se obtuvo en el área cultural, con una inversión en actividades formativas y  eventos que superó los BsF 3.900.000,00.
Entre estos logros se puede mencionar el apoyo decidido a las manifestaciones tradicionales, a través de celebraciones como el IV Encuentro Regional de Diablos Danzantes que se realizó en la ciudad de La Victoria, encuentro de Corpus Christi, encuentros de San Juan Bautista, con la presencia de más de 60 cofradías en todo el estado Aragua, Encuentro Nacional de Burras y burriquitas, realizado en San Casimiro, fiestas del baile de la Llora, en La Victoria y  el estival de parrandas y aguinaldos, donde participaron 43 agrupaciones de parrandas de la costa y central.
En la macro-celebración del Carnaval y Semana Santa, la Secretaría de Cultura involucró a 80 agrupaciones, con una participación total de 2.400 integrantes del colectivo cultural aragüeño.
 Algo que coronó de éxitos la acción cultural fue la realización del FAALBA, con la presencia de seis países invitados, actividad que benefició a nueve comunidades locales y a un aproximado de 800 participantes directos en ponencias, conversatorios y un cineforo en relación al tema de los afrodescendientes.
Otras manifestaciones artísticas, muchas de ellas organizadas por la misma comunidad, que recibieron el apoyo de esta secretaría fueron: celebraciones en comunidades como el 23 de Enero, barrio San José y Puerto Maya; la Muestra Teatral Bicentenaria, donde participaron 23 agrupaciones; la Ruta Dancística y el premio regional de danza, que involucró 78 grupos para un total en conjunto de 6.460 personas beneficiadas. En cuanto a la celebración del Bicentenario, la participación de los grupos culturales de Aragua no se hizo esperar: 500 cultores participaron en el desfile realizado en Caracas el 19 de abril de 2010. En Aragua la fiesta bicentenaria reunió a 22 grupos, con la participación de 788 artistas y un público atendido estimado en más de 2000, tan solo en las actividades realizadas en la plaza Bolívar de Maracay. En este mismo escenario se realizaron las retretas dominicales donde fueron atendidas un total de 120.000 personas en el año.
Eventos internacionales como el Festival Internacional de Títeres, el Festival Mundial de Poesía con un número no cuantificado de beneficiarios, Festival Internacional de la Danza (CIOFF- Unesco), donde participaron cuatro países, cerca de 500 cultores y un público atendido de 4.500 personas también recibieron el apoyo de esta secretaría. Otros, surgidos de las mismas comunidades como el I Encuentro Regional de Danzas Comunitarias donde se beneficiaron centenares de personas.
Dos importantes convenios se realizaron este año. El primero con la Fundación Bigott, por medio del cual se realizaron tres talleres con la participación de 180 cultores y consejos comunales; esto motivó la presencia en Caracas de 23 activadores que se están formando en un curso de dos años de duración para luego multiplicar estos saberes en   las comunidades. El segundo fue con la región francesa de Picardí, con la exposición De Placé, fuera de lugar, en Aragua y la exposición de 10 artistas visuales aragüeños en Francia y la publicación de una antología bilingüe de 12 poetas: seis franceses y seis venezolanos. Finalmente, la creación de la ruta artística entre ambos países para el año 2011.
En cuanto a la promoción de la lectura del libro ¿Quién mató a Zamora?, fueron colocados 5.000 ejemplares en cine-foros y conversatorios realizados en diferentes comunidades de los municipios del estado Aragua. En la Coordinación de Literatura se restauró a su sitio la biblioteca de autores venezolanos y latinoamericanos que es patrimonio de la Secretaría de Cultura.
En el área de las artes visuales se dio un impulso rotundo al Salón Aragua en su 35ª edición y un modesto apoyo a la exposición Todos por el Arte, en conjunto participaron 257 artistas y beneficiado un numeroso público.
En relación a talleres efectuados con el apoyo de la Secretaría Sectorial del Poder Popular para la Cultura, a cargo de Williams Alberto Hernández, dando énfasis a la formación, fueron impartidos 272 talleres que beneficiaron a una población de 8.160 participantes directos. En contacto con las comunidades y agrupaciones se llevaron a cabo cerca de 220 reuniones con el Secretario a fin de afinar detalles sobre las actividades que iban surgiendo de la interacción de los activadores culturales con los voceros de los consejos comunales. A esto se agregan actividades organizativas como el primer encuentro en Aragua de los secretarios y directores de cultura de toda Venezuela y el primer congreso de voceros y voceras culturales de los comités de cultura y educación de los consejos comunales.
Un logro importantísimo desde el punto de vista estratégico tiene que ver con la creación del Consejo Estadal de Cultura, que realizó 12 mesas de trabajo (una por mes) con una participación promediada en 600 participantes, y la conformación de 12 consejos municipales de cultura.
Instituciones adscritas a la secretaría de Cultura, como el teatro Ateneo de Maracay hicieron una estupenda labor de promoción cultural con un público que alcanzó un total de 48.104 usuarios de este espacio que atendieron al llamado a 293 actividades de teatro, danza y música.
A toda esta población abría que sumarle la matrícula de las seis escuelas adscritas a esta secretaría como son. Escuela de Artes Visuales Rafael Monasterios, Escuelas de Música Federico Villena y Ángel Briceño (Zamora), Conservatorio de Música, Escuela de Danza Moderna y escuela de Arte Dramático.
Por último, en el ámbito de la promoción y difusión, se produjeron 30 programas de Arawak televisión y 200 de Arawak radio para el beneficio de 1.300 manifestaciones y cultores de la región.
Todo ello se logró gracias a un equipo consolidado y comprometido con la política cultural del Gobierno Bolivariano de Aragua y la Secretaría Sectorial del Poder Popular para la Cultura de Aragua.
Información suministrada por Williams Hernández, secretario sectorial de cultura de Aragua.






viernes, 12 de noviembre de 2010

Johnny Hernández Calvo frente a la historia local

Cuando se pretende reconstruir la crónica histórica local, a partir de hechos y testimonios, los detalles son importantes. A veces pasan inadvertidos, hasta que alguien con agudeza investigativa los percibe y los convierte en el hilo que viene a darle forma a la urdimbre que revela el entramado de la historia. Ello permite corregir vacíos de conocimiento que muchas veces fueron llenados con proyecciones racionalizadas de la imaginación. Algunos mitos, equívocos y falacias encontramos en el abordaje de la Historia; con más razón en lo que se ha llamado aquí la “microhistoria”; apropiadamente, como también queda dicho: crónica histórica local.

“No perder de vista los detalles”, nos recomienda el cronista y profesor Johnny Hernández Calvo en este trabajo historiográfico que se convierte desde ahora en referencia obligada para conocer de manera más amplia y profunda la historia de Villa de Cura y los iconos que ha reservado la tradición popular a las nuevas generaciones, sean estos de naturaleza religiosa, cultural o patrimonial.

Del entramado de esa pequeña historia, aunque no por ello menos trascendente, de la Casa grande, hoy conocida por todos como “Casa del Santo” o “Casa de Boves”, surge a nuevas luces el nombre de Manuel de los Ríos, fabricante originario y propietario de la Casa, a finales del siglo XVIII. Destaca también el testamento del mencionado personaje como indiscutible fuente documental. Este legado es revelador de hechos que vienen a profundizar en el panorama histórico que nos involucra, despojándolo de falaces intentos deterministas por convertirlo en paisaje estático de nuestra memoria colectiva.

Un ejemplo de la apreciación anterior lo tenemos en el intento de fijar en un año dado el inicio de la procesión pública de la imagen venerada por el pueblo católico villacurano. El indicio es bastante claro: “el Santo Sepulcro es objeto de veneración pública ya en 1818”. Con este dato, queda evidenciada una tradición religiosa bicentenaria, compartida o no por algunos coterráneos que profesan distintas creencias religiosas. De esta manera, el testamento de Manuel de los Ríos, traído a una lectura más precisa, resulta ser una fuente documental primaria para entender detalles del entramado histórico local hasta ahora imperceptibles para quienes se han ocupado de estos menesteres. Asimismo, es relevante en esta extensa crónica con características de ensayo, estrictamente histórico, la presencia en el paisaje espacio-temporal que abarca la investigación de un grupo de familias asentadas en Villa de Cura con posiciones oligárquicas y de eventual dominación que marcan el curso de los hechos. La figura de Ezequiel Zamora es de obligada referencia en este libro, escrito con la laboriosidad de construir una obra para la posteridad.

Sobre estos y otros temas relacionados trata el libro de Johnny Hernández Calvo Villa de Cura. Pasiones, conflictos y juegos de dominación (1790 – 1863), patrocinado por el Concejo Municipal del municipio Zamora del estado Aragua, Venezuela y publicado con el sello de la Editorial Miranda de Villa de Cura (septiembre, 2010) y prologado por el profesor e historiador Carlos Julio Tavera-Marcano. Desde su patria chica, Hernández Calvo nos narra el fruto de una investigación reflexiva para comprender nuestro pasado y las vertientes que alimentan nuestro presente como pueblo.

Obra de Johnny Hernández Calvo.

Biografía del autor

Johnny Hernández Calvo, historiador, cronista, articulista, locutor y productor radial, es villacurano de nacimiento (1954). Realizó sus estudios de secundaria en el Liceo Alberto Smith de la localidad (1967-1972); licenciado en Educación, egresado de la Universidad de los Andes (1979), con una especialidad en Historia Económica y Social de Venezuela, título obtenido de la Universidad José María Vargas (1994); locutor profesional, certificado por la Universidad Central de Venezuela y profesor de postgrado del Instituto Universitario Tecnológico Experimental La Victoria.

Este reconocido académico ha publicado innumerables artículos y ensayos en la prensa regional y local, tiene en su haber dos trabajos editados por la Alcaldía de Zamora: San Luis. Luis IX rey de Francia. Un cruzado en los anales de la historia villacurana, conferencia publicada en octubre de 1997 y El valle de Tocorón en el intento fundacional de la primera ciudad aragüeña (siglo XVI), 1996, en calidad de Cronista Oficial de la ciudad, cargo que dejaría poco tiempo después. 

Produjo el espacio “Vértice Informativo” por la emisora Élite 96.7 FM de Villa de Cura. En otros ámbitos, fue proponente y redactor de la Ordenanza sobre el Ejercicio del Oficio de Cronista de la Ciudad de Villa de Cura, aprobada por la Cámara Municipal y promulgada en junio de 1996; también formó parte de la comisión redactora del anteproyecto de Ordenanza que crea la Fundación para el Fomento de la Artes y la Cultura del Municipio Zamora (Fundacuzam) en el 2001. Villa de Cura. Pasiones, conflictos y juegos de dominación (1790-1863) es su más reciente obra de investigación histórica y se constituye en un significativo aporte a los anales de la historia local de la capital del municipio Zamora del estado Aragua, Venezuela. (11/11/2010).

Texto: Argenis Díaz/ Editado 2020.

Johnny Hernández Calvo, historiador.



jueves, 11 de noviembre de 2010

Emergencia Cultural en Villa de Cura

Argenis Díaz

Quiero celebrar, en primer lugar, el hecho de que un medio de comunicación de reconocido impacto en el colectivo aragüeño se haya hecho eco de una denuncia que proviene de un sector tan golpeado y marginado como lo es el colectivo cultural del municipio Zamora, y no sólo de Villa de Cura.
El licenciado José Meléndez, a quien conozco y respeto, se convierte en vocero de los cultores del municipio Zamora para poner en el tapete de la opinión pública una situación que el cultor zamorano (sin distingo de color político o condición social) viene sufriendo desde hace unas décadas: “la mirada indolente de las autoridades”, la desidia oficial, la falta de inversión social en materia cultural, la ausencia de políticas culturales, la negación a crear instrumentos jurídicos (ordenanzas) que amarren el compromiso del Gobierno Municipal con el colectivo cultural zamorano y para colmo de males el afán destructivo de quienes no se identifican con el patrimonio (acervo) cultural local.
Cierto, “huérfana e indefensa” continúa la Atenas de Aragua, como lo dijo una vez Vinicio Jaén Landa y lo secundó años después Ana Belén Aular, como lo puede asegurar José Manuel Morgado; como la pintó Carlos José Martínez, antes de dejar su pincel recostado al cerro El Vigía. Antes de todos ellos lo dijo el poeta Aníbal Paradisi, como se intuye en un verso del poeta Pablo Cabrera.
La “decadencia” se evidencia en la condición ruinosa en que se encuentra la Casa de la Cultura Rafael Bolívar Coronado, llamado por el profesor Henry Hernández “la Casa de Frankestein”. ¿Dónde está el prometido “Complejo Cultural” para dar cobijo a todas las manifestaciones culturales de nuestro pueblo? Si no tenemos una casa de la cultura digna, ¿Cómo aspirar a que tengan sede propia el Teatro Estable de Villa de Cura, Los Turpiales de Aragua y otras instituciones culturales? La lista de agrupaciones e instituciones mencionadas por Meléndez es larga, pasando por referentes emblemáticos como Danzas Caribai, la Escuela de Música Ángel Briceño, la Coral Carlos Bonett y los ya nombrados, entre otros de más corta edad y trayectoria, pero igual de importantes para el colectivo cultural zamorano.
Todo eso esta bien, pero algo se quedó en el camino, cosas que hay que decidir. El Fondo Editorial Rafael Bolívar Coronado no funciona desde mediado de la década del 80; tenemos una Ordenanza de Cultura pendiente desde el año 2001 (con propuesta de reforma en el 2009). Falta aclarar lo del epónimo del Museo de la Tradición. Recientemente fue nombrado Juan Bautista Alayón como director del museo. ¿Cuál: El Museo Inocencio Utrera o el Museo Giuseppe Girlando? Eso no se ha decidido. Patrimonio Cultural de Aragua no se ha pronunciado al respecto. El colectivo cultural y la comunidad zamorana siguen esperando decisiones políticas que no podrán ser eludidas para siempre.
Creo que un punto álgido es la aprobación y promulgación de la ordenanza de cultura, sin ella no hay presupuesto ni política cultural en el municipio, mucho menos direccionalidad en el quehacer cultural. La activación de los comités de cultura de los consejos comunales o comunas, los voceros del Consejo Local de Planificación Pública del municipio Zamora. Hay proyectos presentados por agrupaciones que pretender ser rechazados por decisiones distintas al colectivo cultural, de ocultos enemigos de la cultura.
Por todas estas razones comprenso los pronunciamientos del licenciado José Meléndez y añado los aquí planteados. La decisión la tienen los llamados entes del Estado, llámense: Alcaldía del municipio Zamora, Concejo Municipal de Zamora, Consejo Local de Planificación Pública del municipio Zamora, Consejo Municipal de Cultura. La cultura debe ser problema de todos. (23/05/2010).