martes, 4 de noviembre de 2014

Antiguos orígenes del arpa / a Alfredo Sánchez

      Las investigaciones sobre el origen más antiguo del arpa como instrumento musical se remontan hasta las antiguas civilizaciones de Sumer y Egipto en el año 3000 antes de la era común (a. E. C) o antes de Cristo. Sin embargo, un examen más detallado de la Biblia o Santas Escrituras nos lleva más atrás en la corriente del tiempo, a la séptima generación desde Adán. De hecho, el arpa es el primer instrumento musical mencionado en el texto sagrado. El libro de Génesis (4:21) refiere que un descendiente de Caín de nombre Jubal, hijo de Lamec y Adá, fue “el fundador de todos los que manejan el arpa y el caramillo”, quizás las Escrituras aludan con estas palabras al hecho de que Jubal fue el inventor del arpa o que fue el fundador de una profesión que dio considerable impulso al progreso de la música instrumental. El nombre del instrumento proviene de la palabra hebrea kinnóhr que aparece 42 veces en la Biblia hebrea (comúnmente llamada Antiguo Testamento). Traductores al griego utilizaron el término kithára para traducir la palabra hebrea; por cierto, un instrumento parecido a la lira, pero con una tabla de resonancia más llana.
      Las arpas antiguas eran de muchos estilos y formas, y un número variable de cuerdas. El kinnóhr (kinor, arpa) era un instrumento portátil y relativamente ligero, hecho de madera de algum, nombre con el se designa, posiblemente, el sándalo rojo, tal vez de la India, un tipo de madera dura y fina, de color marrón rojizo que al pulirla adquiere mucho brillo y es recomendada para la confección de estos instrumentos.  Es posible que sus cuerdas (de 7 a 9, según algunos entendidos) se hicieran del intestino delgado (tripa) de la oveja, aunque también se usaron fibras vegetales hiladas para el mismo fin.
      En cuanto a la importancia del arpa en la historia bíblica, se puede decir que formaba parte de la orquesta del templo de Salomón junto con los címbalos, la trompeta y otros instrumentos de cuerdas. Otro personaje bíblico identificado con la música instrumental es David, pastor, músico, poeta, soldado, profeta y rey de Israel. Diestro tocador del arpa, David compuso más de 73 salmos de alabanza, de divina inspiración.
      En el salmo 98:5, leemos: Produzcan melodía a Jehová/ con el arpa,/con el arpa y la voz de melodía”. 
    El arpa también se menciona en otros contextos. Por ejemplo, en una profecía en relación a la antigua ciudad de Tiro, dice el profeta Isaías: “Toma un arpa, da la vuelta por la ciudad, oh prostituta olvidada. Esmérate en tocar las cuerdas; haz muchas tus canciones, para que seas recordada”.
     Siglos después, en la Europa medieval también se utilizaron arpas pequeñas y ligeras, con unas 7 a 25 cuerdas aparentemente de metal, y una tabla estrecha y plana. En torno al año 1500 E. C. se empezaron a utilizar cuerdas de tripa y apareció una forma más alta con columna recta que podían soportar mayor tensión. Esta arpa, llamada gótica, se considera el antecedente de las arpas folclóricas de Iberoamérica y de las arpas modernas de orquesta. Así se llegó, a lo largo de un extenso período histórico, que hunde sus raíces en el relato bíblico, a nuestra arpa criolla, soporte sonoro (con ligeras diferencias) tanto del joropo llanero como de nuestra música central.

Texto: Argenis Díaz
Foto:www.sabermusical.com.

Instrumento conocido como "Arpa de David"

miércoles, 17 de septiembre de 2014

Los Turpiales de Aragua: Cultura y tradición

La Parranda Central o Parranda de Aguinaldos fue fundada en Villa de Cura en 1944 y desde entonces se ha convertido en una escuela de la cual han surgido muchos parranderos y aguinalderos, grupos que dejaron una honda huella en el camino.
Estos primeros pasos de la parranda son de aficionados y por amor al arte; solamente se tocaba los días navideños, y los niños aprendían el oficio de sus padres o abuelos. Contaba Guillermo Alahé (Moronta), que cuando él tenía apenas ocho años su papá le daba clases de cómo se tocaba un furruco. El instrumento era hecho a partir de una vara de “cañamarga” embadurnada con cera extraída de la colmena de una abeja sin aguijón conocida como Guanota.   
La expresión “aguinaldos” deriva de las regalías que el grupo recibía; de allí viene el nombre de “aguinalderos”. Claro el aguinaldo era más en comida y bebida que en dinero efectivo. En aquellos tiempos los parranderos tenían que cargar un morral para reunir las hallacas que en cada casa recibían de aguinaldo. También les ofrecían carato (una bebida fermentada muy agradable) y dulce de lechoza; el aguardiente lo bebían en “totumas”.
Los nombres de los fundadores originales  de la agrupación musical no aparecen registrados en ningún documento. Los primeros guías fueron hombres como Víctor Terán, Santos Requena, y Teodoro Tovar, oriundo de El Nicual, jurisdicción de Aragua. Luego, en Villa de Cura se encontraron buenos parranderos que iluminaron el camino, entre ellos Vicente Mendía y Pastor Nieves con su cartilla de aguinaldos y aquellas tonadas nacidas de las mentes de Julio Flores, Ángel Mena, Marcelo Almeida, Cirilo Rivero, Venancio Pérez y Ramón Moreno. A estos les siguieron parranderos reconocidos como fueron Martín Nieves, Iván Nieves, Enrique Martínez, Ricardo Gómez, y Virgilio Agraz, por mencionar algunos.
De esa época, cuando había poco alumbrado en Villa de Cura, es el “Farol”, que no era un instrumento sino el emblema de la Parranda, toda una obra de arte donde alguien con ingenio grababa o dibujaba paisajes. El grupo debía ir equipado con velas y fósforos para mantenerlo continuamente encendido.
La bandera de la parranda es también una carta de presentación; el banderero es el que va adelante. En esas lides anduvieron Narciso Jiménez e Ismael Gómez. Otro instrumento curiosos de la paranda es el “Chineco”, fabricado con tapas de refrescos acondicionadas que van pendientes de una tapa de olla la cual queda fijada a un palo de escoba en su centro. El chineco debe golpear sobre el piso para llevar el compás, siempre con cuidado de no romperse las alpargatas.
Por ese tiempo, estremecieron emisoras de radio parrandas todavía recordadas como La Verde Clarita, La Vencedora de Aragua y La Verde de Aragua, entre otras. En Las Mercedes estaban Inginio Mora y José María Ysaya que se dieron a la tarea de acondicionar un radio grande de tubos que fue convertido en planta para que todos los domingos por la tarde los grupos de parranderos se reunieran para cantar. Así fueron llegando La Verde Plateada de Rufo Cuence, La Flor de Aragua de Eusebio Corrales, La Flor de la Represa con Héctor Lombano, La Roja Ranchera con Emilio Pérez y La Verde Ranchera de los Mena, junto a la más joven de todas, Los Turpiales.
Fue la siguiente generación de parranderos o aguinalderos, integrada por Juan Carrasquel, Emilio Pérez, Guillermo Alahé (Moronta), Guillermo Rivas, Arcadio Gómez, José María Isaya y Enrique Rivero, la encargada de mantener el emblema de la Parranda Central desde Villa de Cura para el resto de país. Más de cien personas han pasado por esta escuela, algunos fallecidos; otros, continúan apoyando la parranda de cualquier manera.
Desde sus comienzos, el propósito era divertirse, deseaban que llegara octubre para ensayar y ver la casa de Marcelina Aponte llena de visitantes; improvisar los versos que acompañarían la música propia de las tonadas de aguinaldos que en diciembre alegrarían las casas de los vecinos.
Aunque la abuela honorífica de la parranda siempre fue la señora Marcelina Aponte, quien acogía a todos los jóvenes en su casa y los trataba como a sus hijos, han sido Madrina de Los Turpiales muchas damas villacuranas, entre ellas: Paula, Polita y Baudilia Díaz, Esther Román y Aminta Corniel.
No siempre fueron turpiales. En octubre de 1966, la parranda comenzó a sonar con el nombre de Unión Sonora, año cuando también estuvo en su apogeo la Unión Palo Negro. Sin embargo, como sucede siempre, todo vuelve a su raíz, y el año siguiente regresan con el nombre Los Turpiales de La Villa, rindiendo honor a sus antecesores.
Desde entonces las presentaciones han sido muchas en la radio y en la televisión. La primera vez que Los Turpiales salieron al aire fue por Radio Guárico, llevados por Daniel Morillo en un camión de barandas. Después siguieron Radio Girardot, Radio Central, en el programa de Ángel Custodio Loyola y Radio Maracay en el programa de Zoilo Chinchilla Márquez, Ricardo Barazarte, Julio Sorria y conducido por Pedro Blanco. Fue en ese programa dominical que Ricardo Barazarte dijo que ya no eran Los Turpiales de La Villa, sino Los Turpiales de Aragua, y se quedaron con el nombre.
Orientados por Eladio Lovera y Andrés Almeida contactaron un estudio de grabación en Caracas y empezaron con pocos recursos a grabar sus producciones musicales en discos pequeños, eso fue en 1975. En ellos quedó grabado el tema “Historia y Tradición de Villa de Cura”. En noviembre de 1976, Los Turpiales de Aragua estaban en su apogeo y Emilio Pérez era el solista de éxito. Lo más importante para estos cantadores y músicos populares era la aceptación de los niños, que en sus juegos se hacían parranderos y unos querían ser Emilio Pérez, otros querían ser el Negro Moronta y aun otros el popular “La Lapa”, Enrique Rivero o Pedro José Herrera.
El paso de Los Turpiales de Aragua por la Televisión se logra en 1977, gracias a la iniciativa de Oscar Martínez que les grabó un video en Maracay. Desde los años setenta hasta la fecha poseen más de veinte trabajos discográficos, entre discos de acetato, casetes, y discos compactos. Desde los años noventa, para mantener la tradición navideña, se instituyó la Fundación Turpiales de Aragua. Cabe destacar que, detrás de todo este trabajo de años, Los Turpiales tuvieron siempre en Guillermo Alahé (Moronta) un incansable promotor y representante.

Diversos escenarios han recibido a los Turpiales, tales como: Teatro CANTV de Caracas, Quita de la Diversidad Cultural de Los Rosales (Caracas) y el Ateneo de Maracay. Han compartido tarima con grupos y cantantes famosos, entre otros por mencionar: Orquesta Billo’s Caracas Boys, Un Solo Pueblo, Grupo Macuaya, Grupo Melao, Serenata Guayanesa, Melody Gaita, Cecilia Todd, Francisco Pacheco, Simón Díaz, Reina Lucero, Cristóbal Jiménez, Ángel Custodio Loyola, Carlos González, Santiago Rojas, Eneas Perdomo y Niños Cantores de Villa de Cura.
Son muchos los reconocimientos que han recibido Los Turpiales de parte de diversas instituciones  públicas y privadas, en el ámbito local, municipal, estadal y nacional: El Samán de Aragua, Orden Juan de Bolívar y Villegas, Orden Ciudad Villa de Cura, Botón de oro y Reconocimiento por la Asamblea Legislativa del Estado Aragua en el Día del Músico. Pero el más importante reconocimiento es y será siempre el de su pueblo, que ve ellos una marca indeleble de cultura y tradición.

Integrantes de Los Turpiales de Aragua en la actualidad:

Emilio Pérez, director, compositor y cuatrista; Douglas Castro, compositor y cuatrista; Mario Crespo, tamborista; Hernán Nieves, tamborista; Guillermo Perdomo, furruquero; Juan Paredes, maraquero; Manuel Gómez, bajista; Sionyer de la O., charrasca y Carmen Villanueva, charrasca.

[Información aportada por Emilio Pérez]

Texto: Argenis Díaz.
Foto: Bernardo José Rivas.

Turpiales de Aragua

Turpiales de Aragua.
Presentador: Emilio Cabrera, promotor cultural.









lunes, 24 de febrero de 2014

Salustiano Yusti Prieto: honesto ciudadano y escritor autodidacta

Salustiano Yusti Prieto. Comerciante, funcionario público, diputado, honesto ciudadano y escritor autodidacta. Nace en Sabaneta del estado Barinas el 10 de octubre de 1899 y muere en Villa de Cura, el 20 de enero de 1987.
A los 71 años escribió su autobiografía como un relato de vida – estructurada en estilo clásico en 14 “capítulos” - para testimonio de familiares y amigos, en especial dedicada a su querida esposa Berta Venero, quien lo acompañó durante los últimos 45 años de su larga existencia.

Su padre, Modesto Yusti Ramos y su madre, Ana Clara Prieto Leal murieron al poco tiempo de su nacimiento, quedando huérfano junto con sus hermanas Rosaura y Adela al cuidado de sus tías Rosa Inés Prieto de Castillo y Ninfa Inés Prieto y su padrino Pedro Luis Alcántara Castillo.
En el año 1908 ingresa a la Escuela Federal para varones de Sabaneta de Barinas, de la cual egresa en 1912. En ella aprendió lo básico: “leer, escribir y sacar cuentas”. A los doce años comienza a trabajar como vendedor y comerciante. Dotado de una excelente memoria, se convirtió en “faculto” en cartas amorosas al aprenderse todas las cartas registradas en “El secretario de los amantes”. Los sábados y domingos los dedicaba a leer obras literarias y de cultura universal que le prestaba su “compadre” Antonio María Bayón.
El 1918 monta su primer negocio que llamó “ventorrillo” al tiempo que trabaja como secretario accidental para los jueces Francisco María Singe y Pedro Castillo; también desempeña otros cargos como “Contratista del alumbrado público” y contabilista. A la edad de 24 años contrae matrimonio con Emilia del Carmen Pérez, de cuya unión nacen sus hijos Ramón, Josefa, Jesús y Aurora Yusti Pérez.
De 1927 a 1929 se desempeña como maestro suplente en una escuela nocturna y luego interino de la Escuela Federal para varones. Mas tarde ese mismo año ocupa el cargo de secretario de la Jefatura Civil del municipio Santa Catalina del estado Barinas. En junio de 1935 se divorcia de Emilia del Carmen; al año siguiente es nombrado para el cargo de Defensor de presos pobres por orden del general Carlos Jordán Falcón, presidente del estado Barinas para ese momento.
En 1937, ahora en el estado Apure, municipio Mucuritas establece un “Expendio de medicinas”. Vuelve a la actividad política, ocupando el cargo de presidente de la Junta Comunal de la misma localidad, de 1938 a 1941, luego el de Prefecto, de 1942 a 1944.
El 14 de febrero de 1942 contrae matrimonio, civil y eclesiástico, con Berta Venero Cordero, en Libertad de Barinas. En las elecciones de noviembre de 1944 es electo diputado principal a la Asamblea Legislativa del estado Apure, por el distrito de Achaguas, cargo que ejerce desde el 31 de enero de 1945 hasta culminar su período.
El 11 de abril de 1947 se establece en Villa de Cura. Nunca dejó de ser un comerciante honesto y exitoso con una amplia relación con diferentes negocios y empresas, y viajó por varios estados del país hasta mediados de 1957, cuando ingresa al Ministerio de Obras Públicas, en el cual ejerció varios cargos: Jefe de Transporte, en Calabozo, luego es transferido a la oficina central en San Juan de los Morros (1959). El 6 de septiembre de 1960 es nombrado Auxiliar de Estadísticas de la Dirección de Obras Públicas de los estados Guárico, Apure y Territorio Federal Amazonas; fue creada entonces la oficina de “Control Financiero”. De esta dirección pasó a desempeñar el cargo de “Contador pagador” y en la oficina de inspección del MOP en la población de Ortiz, estado Guárico hasta 1963. Regresa a la Oficina Central y luego a la Oficina de Transporte hasta 1965, siguió sirviendo en este Ministerio hasta su jubilación en 1967
Desde 1918 escribió y publicó una cantidad apreciable de artículos, desde periódicos manuscritos en Sabaneta hasta en diferentes medios como Notas de Barquisimeto, Nuevos Rumbos, revista Renovación, El País, Ultimas Noticias, El Nacional, El Carabobeño, El Espectador, El Quijote, bajo la dirección de Inocencio Adames Barrios; El Villacurano de Germán Castillo; El Imparcial, de Maracay, entre otros

Desde su llegada a Villa de Cura, Salustiano Yusti Prieto se propone conocer a fondo la historia de ese pueblo que le recibe como a uno más de sus hijos- Ya en su folleto titulado Páginas publicado en 1960 por Tipografía La Esperanza se preocupa por rescatar los nombres de ilustres hombres y mujeres de la ciudad, como son: Juan de Dios Agraz, José María Blanco y Consuelo Fernández, escribiendo una breve semblanza de cada uno de ellos. Reproduce, además, documentos sobre la fundación de Villa de Cura. La obra se divide en dos secciones, una histórica y la segunda parte, donde recoge cuentos y relatos graciosos. En esa misma publicación da cuenta de su primer folleto Miscelánea de mi pueblo (1957) que dedica a Sabaneta de Barinas, su tierra natal, donde hace un recuento histórico de aquella población.
En el folleto Remembranzas. En homenaje a mi pueblo (1973) vuelve a referirse a su terruño, esta vez recordando hechos y anécdotas que registra en beneficio de sus coterráneos.
En Pasado y presente de Villa de Cura (1974) que publica en homenaje a esta ciudad “con motivo de los 200 años de la fundación del templo”. Recoge el autor interesantes datos sobre el periodismo villacurano, personajes reconocidos y olvidados, eventos sociales, curiosidades, negocios y comercios de otrora. Es decir, una gama de informaciones útiles para los habitantes de La Villa. Entre los personajes que nombra se encuentran Inocencio Utrera, Caridad Villasana, Jaime Bosch, Leopoldo Tosta y Misia Angelina de Roldán.
En Mi libro, publicaciones Foro Industrial (1979), Salustiano Yusti Prieto retoma el tema histórico, la anécdota, los personajes, los poemas de autores locales y semblanzas, recortes de prensa, artículos suyos, recomendaciones al Concejo Municipal como la de crear la Distinción Ciudad Villa de Cura, sugerencia que es recogida en la forma de Condecoración desde el año 1976, la cual sería entregada cada 25 de mayo en la conmemoración de la fundación de la ciudad.
En el folleto Recuerdo (10-10-79) publica Yusti Prieto los reconocimientos expresados por instituciones, amigos y familiares por su trayectoria de vida, con motivo de sus 80 años. A las obras en referencia agregamos El Hogar y Carcajadas, como parte de la producción de este hombre ilustre adoptado como hijo adoptivo de Villa de Cura.

Obras
Miscelánea de mi pueblo, Tipografía La Esperanza, 1957.
Páginas, Tipografía La Esperanza, 1960.
Autobiografía. Editorial Miranda, 1970.
Remembranza. Editorial Miranda, 1973.
Pasado y presente de Villa de Cura. Editorial Miranda, 1974.
Mi libro. Publicaciones Foro Industrial, 1979.
Recuerdo. Editorial Miranda, 1979.
Carcajadas. Editorial Miranda, 1983.
El Hogar. Editorial Miranda, 1983.


Texto: Argenis Díaz

Fotos: tomadas de obras del autor.

Salustiano Yusti Prieto

Salustiano Yusti y su esposa Berta.

Portada de uno de sus libros.





miércoles, 5 de febrero de 2014

Hildemaro Flores: cantautor y salsero del barrio

Un villacurano que escribe de lo que ve en la calle, en el barrio, en el pueblo, de lo cotidiano, su letra fluye en canción, en sentir latino-venezolano, en la salsa rítmica y “pegajosa”…

Hildemaro Flores Lombano nació en Villa de Cura el 21 de junio de 1966, hijo de Ricardo Flores Méndez y Rosa María Lombano. Sus primeros estudios los realizó en lo que es hoy la Unidad Educativa Nacional Inocencio Utrera, sector Vista Alegre del Barrio La Represa de Villa de Cura. Completó su Educación Básica en la Escuela Manuel Morales Carabaño y en la Unidad Educativa Nacional Liceo Alberto Smith; el Ciclo Diversificado (4º y 5º año) en la Misión Ribas, en la cual se graduó de Bachiller. En julio de 2012 obtuvo la licenciatura en Gestión Social en la Universidad Bolivariana de Venezuela (UBV). Es miembro activo de la Sociedad de Autores y Compositores de Venezuela (Sacven Nº 9968).

Cantautor autodidacta, músico empírico. Viene de una familia de salseros. En una de tantas entrevistas expresó: “desde el vientre de mi mamá estoy escuchando salsa”. Escribiendo tendrá unos cinco años, muy productivos, por cierto. Posee en su haber hasta la fecha más de 3.850 temas escritos y de ese amplio repertorio ha logrado grabar con su propia voz más de 200 canciones. Todo lo ha logrado por autogestión, con muy pocos recursos y con el apoyo de arreglistas profesionales como Aníbal Hernández, Edgar López, Rafael Narváez y Arquímedes Acosta, entre otros.

Entre los variados temas de su repertorio están: La triple corona de Miguel Cabrera, Santo Sepulcro, Hugo Chávez Frías, Hildemarito y Mandarina, Para la mía, Se consigue con Dios, La brega de un motorizado, Nació mi niño, CDI, El equipo de moda, Primo Cacharra, Pana Huesito, Expresión genuina Cejota y Magdaleno que desarrollo. Temas de interés social y humano; es un hombre sencillo que busca reconocimiento a través de su trabajo musical. Fue designado recientemente como Compositor del Año, San Luis Rey 2013 y obtuvo reconocimiento en el certamen Explosión Cultural Bicentenaria de Cantautores.

Es muy popular en Youtube, sitio virtual donde están colocados o “colgados” algunos de sus éxitos (104 videos hasta la fecha). Sus logros como cantante, se los atribuye – como el mismo lo expresa – “a ese público maravilloso que poco a poco me ha dado la aceptación para seguir llevando el canto necesario para fortalecer la cultura de Venezuela”. Su más reciente tema es Covid-19, acompañado de su hijo Aaron Flores. (Actualizado, junio 2022).

Texto: Argenis Díaz

Poema de Irma Pulido dedicado a Hildemaro Flores:
A un joven luchador

I
Hildemaro Flores,
Honesto trabajador,
el compone sus canciones
y es un buen cantautor.

II
Tiene especiales dones
como músico compositor,
sencillo, luchador,
es un joven de valor.

III
Apoyemos con amor
con nuestras oraciones,
para que reciba bendiciones
de Jesús nuestro Señor.

IV
Felicito a Hildemaro Flores,
lo expreso con emoción,
por llevar en su corazón
ese carisma y buen humor


Mi agradecimiento por escribir para mí

Irma Pulido

20/01/2014



Hildemaro Flores, cantautor y salsero

Hildemaro, cosechando triunfos.




Hildemaro Flores, salsero villacurano.