Blog dedicado a publicar crónicas, ensayos, notas e imágenes de interés sobre historia, hechos y personajes de la cultura, el arte y la literatura en el municipio Zamora y en el estado Aragua (Venezuela).
Uno de los periódicos
villacuranos de más larga data en la historia local fue El Quijote, que según el poeta José Manuel Morgado, fue fundado por
J. L. Sanabria Méndez el 25 de agosto de 1932, y se imprimió en la Tipografía
La Esperanza (revista Expresión N° 32. p.10). No obstante, en su libro Pasado y
presente de Villa de Cura (1974), Salustiano Yusti Prieto escribe que la edición N° 1 de "El Quijote" lleva como fecha el 23 de agosto de 1932, siendo su
editor-director J. L. Sanabria Méndez, solo hay discrepancia en la fecha.
Esta parece ser la primera
etapa de este periódico, aunque el mismo Yusti Prieto, agrega en su inventario
sobre el periodismo villacurano que antes existió "El Quijote" y que
nació en Villa de Cura el año 1929 y el N° 3 lleva fecha de 1° agosto, y como
director figura Carlos F. Gross, editado en la "Tipografía La Religión".
En sucesivas etapas, en los años 1935 y 1937, sigue figurando Sanabria Méndez
como director; en 1945, primera quincena de agosto, El Quijote tiene como
director a Rafael Viloria.
Finalmente, en su quinta
etapa, El Quijote reaparece en agosto de 1966, Año 1, "el primer número de
la quinta época" bajo la dirección y administración de Inocencio Adames
Barrios y Germán Cordero Padrón. Editorial Miranda.
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El Quijote. Un periódico
independiente, pero no indiferente.
El "editorial" de El Quijote, publicado en portada, dice:
¿Con
Quién Vamos?
Como el célebre canoero del
Arauca, antes de atravesar el “ancho, mudo y solitario río”, contestaremos con
la voz clara y firme: con Dios, que es amor, guía y esperanza y con el pueblo,
que como escribió tan bellamente Bolívar, “es el que mejor conoce, con luz verdadera,
lo que es conveniente y lo que es justo”. Fieles a nuestro lema: “independientes,
pero no indiferentes”; iniciamos nuestras labores sin compromisos con ningún
grupo político, social o económico y solo aspiramos, aunque en forma muy modesta,
servirle a la noble colectividad villacurana. En esta quinta etapa de “El
Quijote” están presentes en el recuerdo y el sentimiento las sombras astrales
de sus fundadores: José Sanabria Méndez, Aníbal Paradisi y Candelario Matos,
cuyas inteligencias invocamos para que nos iluminen y ayuden en las tareas que
nos proponemos cumplir. En este, el primer número de la quinta época de “El
Quijote” – y conste que no hay quinto malo – presentamos nuestro respetuosos
saludo a las Autoridades civiles, militares y eclesiásticas, a la Banca y al
comercio villacurano, a la Prensa nacional y muy especial a nuestro colega y conterráneo
“El Villacurano” con quien pensamos compartir, que no competir, en las tareas
informativas al servicio del pueblo. Salud y adelante.
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J.
L. Sanabria Méndez - ꝉ-
Fundador y Director de “El
Quijote”, cifra valiosa del periodismo villacurano, padre de familia honesto y
cumplidor de sus deberes, impulsor decidido del deporte y de nuestras
tradicionales Fiestas Patronales, ciudadano ejemplar que enorgullece el
gentilicio villacurano y lega a sus descendientes ejemplo de limpia honestidad
y de trabajo. Para referirse a él, escribió, quien fuera su amigo y
colaborador, el también desaparecido poeta Dr. Aníbal Paradisi, estas bellas
palabras: “su testimonio está en su propia historia, nació de cuna humilde y
aquí en su propio pueblo ha querido plantarse como un árbol, porque su historia
es esta: una raíz que sale de la tierra y un ramaje que asciende bajo el sol”.
*** *** *** ***
Peldaño
Nueva
Salida
Como hecho de apreciable
significado para los intereses culturales de la comunidad aragüeña –dentro del
modesto propósito en que él se produce- merece calificarse la reaparición del
periódico “El Quijote”. Con esta nueva salida, la quinta en término de
cuarenta años, supera, simbólicamente, este vocero el número de las realizadas
por el inmortal visionario manchego. Y si este símil es aceptable en lo
puramente formal, mayor validez le concedemos cuando en él van comprendidas
finalidad e intención, que siempre fueron nobles y provechosas.
De esto último pueden dar fe
quienes hayan observado la trayectoria del periódico villacurano en sus etapas
anteriores. Sin escapar a ninguna de las conocidas dificultades que han
acechado y siguen acechando a este tipo de empresa en el medio provinciano, “El
Quijote” hizo siempre honor a su nombre, como abanderado de los mejores ideales
de progreso bien entendido. No en balde estuvo asistido desde su iniciación por
gente de valía en lo intelectual y en lo personal. Logró subsistir con
dignidad, mérito máximo para un órgano de libre orientación; retirarse discreta
y oportunamente cuando ello se consideraba necesario; y hacerse visible de
nuevo cada vez que su presencia pudo ser útil al conglomerado del cual recibió
apoyo y aplauso.
Usando del crédito que tales
antecedentes le abonan, “El Quijote” puede ostentar hoy, con orgullo, una línea
de servicio pocas veces igualada en el interior venezolano por publicaciones de
su clase. Y en los anales periodísticos de Aragua esta quinta salida le
da sitio de excepción. Desaparecidos los órganos que contribuyeron eficazmente
a enaltecer esa actividad en la región (“El paréntesis”, “El Industrial”, “Brotes”,
“La Voz de Aragua, “Juventud” y otros), toca ahora a él, en días de mayores
exigencias, mantener al alto los fueros de esta tradición. Dada la conocida
veteranía de sus editores no cabe duda de que ello se logrará plenamente. Aragua
está de pláceme por este motivo.
Abiertos están los
derroteros para la andanza fecunda que los días presentes reclaman con más ahínco
y premura que ayer. No será ella del todo grata. Volverán a salir al paso, como
antes, como siempre, malsines y fariseos cuya misión no deja lugar para
equivocaciones. A contrarrestar esa nefasta influencia va precisamente la
acción del periódico, cuando está rectamente conducida.
Se cuenta que Juan Vicente
González, al redactar el material de sus periódicos, lo hacía pensando siempre
en sus enemigos, presuntos o ciertos. Y explicaba: “Son ellos quienes me leerán
con mayor atención y procurarán censurarme con mayor acritud; si lo escrito va
inspirado por la equidad y la justicia, jamás me alcanzará la ola venenosa”.
Son enseñanzas para todos los tiempos.
MRU (Miguel Ramón Utrera)
El
Quijote, año 1 (p. 3). Quinta Época. Editorial Miranda. Villa de Cura, Aragua. 1966.
“La Editorial Miranda es
toda una institución en la imprenta aragüeña. Es un taller que nació y creció
bajo la dirección de un hombre honesto y trabajador… se trata de Inocencio
Adames Barrios”. Así comienza la entrevista realizada por El Vigía al director
actual de la Editorial Miranda, Inocencio Adames Aponte “Chencho”, hijo del
fundador de la empresa. La publicación tiene fecha de marzo de 1992, en ocasión
de los 50 años “de fructífera labor” de dicha editorial.
Reproducimos parte de la
entrevista 28 años después, cuando la editorial llega a su “edad mayor” en
Villa de Cura, en medio de una crisis que viene afectando el trabajo de toda
imprenta en el país, como falta de papel, de insumos y otros recursos…
Con respecto al nacimiento
de la Editorial Miranda, Chencho comentó:
“En el año 41, mi padre,
Inocencio Adames Barrios y Vinicio Jaén Landa, adquieren una imprenta en
Caracas y se traen la maquinaria para Villa de Cura, aquí, ya instaladas
arranca la imprenta el 16 de enero de 1942 bajo la dirección de José Sanabria
Méndez, en un local que estaba situado en donde está hoy Maracay Entidad de
Ahorro y Préstamo, luego fue trasladada en un inmueble frente a don Froilán
Aguirre y de ahí al local donde está hoy día. Al año de estar funcionando se
retira de la empresa Vinicio Jaén y le vende su parte a mi padre, quien
aprendió el oficio bajo la enseñanza de Sanabria Méndez, quien era excelente
tipógrafo. En el año 1944, Sanabria Méndez pasa a dirigir la imprenta del
Estado, por recomendación de Aníbal Paradisi, y mi padre pasa a dirigir la
imprenta”.
Inocencio Adames Barrios se
inicia como tipógrafo en el año 1929, antes de fundar la Editorial Miranda,
trabajó en la Tipografía La Esperanza de Rafael María Díaz.
Inocencio Adames era un
excelente tipógrafo, con una gran experiencia acumulada durante 50 años de
trabajo ininterrumpido en ese campo, tan complejo y delicado. Además de
excelente tipógrafo, fue un próspero pelotero; el beisbol era su pasión, jugaba
en el campo corto a las mil maravillas. Cuando el Ayacucho Star se tituló
campeón, Inocencio Adames fue el manager del juego que le dio el título
nacional. En el año 1969 fue elegido concejal por el MEP, pero nunca llegó a
incorporarse a la Cámara Municipal.
(IAA) “En el año 1960, con
11 años de edad, ingresé a la Escuela Técnica Popular Don Bosco en Caracas,
para cursar estudios de Artes Gráficas, naturalmente quería estudiar
Tipografía, pero por mi estatura, (no alcanzaba el chibalete) no me permiten
estudiar esta especialidad. Yo insistí, y argumenté que tenía experiencia ya
que ayudaba a mi padre en el taller, debido a la insistencia me probaron y
reconocieron esa experiencia y me dejaron en el curso, ya que me querían enviar
a estudiar encuadernación.
“De allí egresé en el año 65
en la Primera Promoción de esa escuela, como Técnico en Artes Gráficas, mención
Linotipo. Me hice acreedor de una beca por un año en Alemania donada por
“Alianza para el Progreso” la cual no pude disfrutar debido al compromiso de
trabajar con mi papá en la editorial, a la cual me incorporo inmediatamente.”
Sabemos que Inocencio Adames
“Chencho” es un verdadero maestro de las artes gráficas y la tipografía desde
muy joven, como su padre Inocencio Adames Barrios, “eso lo demuestra la gran
cantidad de ediciones que ha publicado esa editorial, bajo su dirección” (EV).
(IAA) “Los primeros clientes
de la Editorial Miranda, era oriunda de los llanos. La editorial sacaba un
periódico de San Juan de los Morros llamado “El Guariqueño”, también sacaba “El
Quijote” de Sanabria Méndez y “El Villano” de J. M. Morgado y Viloria. Esta
Editorial ha sido escuela formadora de tipógrafos, entre ellos tenemos a Juan
Meza, J. M. Morgado, Ezequiel y Cruz Alberto Gutiérrez, Manuel Aparicio, Pablo
Lovera, Pedro Flores “Chachaíta”, al ahora arquitecto César Flores Chapellín,
el Dr. Julio Villalobos, Luis Nieves, Rogelio Tejada “Majomo”, Félix
Carrizalez. Entre los más nuevos están René González, William López, José
Bolívar Mejías “Pelusa”, Tulio Rojas, Elías Hernández, Jesús Parra, Andrés
Mauro y Eliseo Adames”.
La Editorial Miranda ha
editado importantes obras, entre ellas tenemos: Aquella Aldea del poeta Miguel
Ramón Utrera; “Historia de Villa de Cura” del historiador Oldman Botello. En
1968 se publica el folleto “Aragua en el diario de Sir Robert Her Porter”, que
por cierto es la única traducción que se conoce del primer representante
diplomático inglés en el país entre 1825 y 1842 y traducido por el fallecido
historiador y antropólogo Walter Dupouy.
También la Editorial Miranda
ha editado todos los libros del historiador y profesor Oldman Botello, en total
45 libros, ha impreso los libros del poeta Miguel Ramón Utrera, de Salustiano
Yusti Prieto, del Dr. Luis Acosta Rodríguez, José Girlando, Dr. Yury Naranjo,
Dr. Gonzalo García Bustillos, Diego Nicolás Chirinos, Jorge Paz Navas, Dr.
Roberto Lovera De Sola, el poeta J. M. Morgado, Félix Guzmán, Enrique Hidalgo,
Alfonzo García Ceballos, Germán Fleitas Núñez, Pedro Mosqueda, Eduardo
Venavides, Dr. Freddy Briceño, Ramón Machado, Ana Belén Aular, Dr. Gilberto
Guerrero Quintero, que por cierto es el único en el país sobre Posiciones
Juradas; Ángel Eduardo Acevedo; ha editado también la bibliografía del
historiador Federico Brito Figueroa; Francisco Febres Cordero Briceño, la
revista “Colonia China en Venezuela” de Pamela Fong y muchas otras obras.
Al momento de realizar la
entrevista, “Chencho” Adames expresó: “Estamos terminando de imprimir la obra
“Ahora si veo clarito” de Pedro Mosqueda; Memoria de Aragua (volumen II) de
Pedro Ruiz; La imprentay el periodismo
en Villa de Cura, de Oldman Botello y “Genio o Dios”, esto nos indica que
Editorial Miranda es la imprenta que mayor número de libros ha editado en toda
la historia del estado Aragua y la mayoría de ellos en la década de 1981 a
1991, es una referencia muy importante en la historia de la imprenta en Aragua
y en particular en Villa de Cura.
Editorial Miranda ha
publicado obras de gran interés para la historia local, como son: Pasado y
presente de Villa de Cura, de Salustiano Yusti Prieto (1974); Historia de Villa
de Cura/ Transito por la vida de un pueblo, de Oldman Botello (2005) y Villa de
Cura. Pasiones, conflictos y juegos de dominación (1790-1863) [Incluye
testamento del dueño originario de la Casa del Santo Sepulcro y hechos históricos
no revelados por la crónica histórica villacurana], del historiador Johnny
Hernández Calvo. También se imprimió es esta editorial el quincenario El Vigía
de José M. Seijas.
La obra cumbre de la
Editorial Miranda es la revista Expresión (1981), la cual edito en nombre de mi padre
Inocencio Adames Barrios “Muty”, pilar de las artes gráficas”.
(EV) En realidad, la revista
Expresión es el orgullo de “Chencho” Adames, es una revista con clase,
comparada a las mejores del país, es una revista hecha con arte y
profesionalismo, con contenido variado e interesante. Expresión es también orgullo
de Villa de Cura y Aragua entera.
(IAA) “Muy pronto pondré en
funcionamiento un equipo de “Pre-Prensa” que consiste en un equipo de
computación en donde, en la misma pantalla se diseña como va a salir la página,
esto colocará a Editorial Miranda entre las más tecnificadas del país. Yo me
siento orgulloso cuando me visitan algunos colegas y se quedan asombrados al
ver nuestro taller, que siendo tan reducido, se encuentren en él todas las
áreas de la artes gráficas”.
(EV) Chencho Adames tiene un
proyecto con el cual aportará algo a las artes gráficas, que tantas
satisfacciones le ha dado y es un entrenamiento sobre artes gráficas a los
alumnos de la Escuela de Niños Cantores, esto ya lo ha tratado con el director,
[presbítero] Salvador Rodrigo y muy pronto será una realidad…
Fuente: El Vigía. Villa de Cura, marzo de 1992.
José
Manuel Morgado y sus inicios como tipógrafo
Según el testimonio del
poeta José Manuel Morgado, en un artículo publicado en la revista Expresión de
diciembre de 1991, antes de la Editorial Miranda existió una tipografía
llamada“Tipografía La Esperanza”.
Cuenta Morgado que él vivía en una “modesta” ubicada en la esquina conocida
como “La Esquina del Muelle” de la calle Curita- hoy calle Páez- a la que el
escritor y poeta Aníbal Paradisi describió “melancólica y triste como un sueño
en derrota”.
Escribe el poeta: “al frente
de nuestra vivienda funcionaba un taller tipográfico denominado Tipografía La
Esperanza, propiedad de una familia de apellido Adames, cuyo jefe de casa, don
Pedro Adames, era un anciano alto, gibado ya por la edad, blanco, de albas
barbas que remataba en una fina perilla…” Luego sigue el poeta Morgado:…en
aquel taller tipográfico trabajaba –aún adolescente- un tío nuestro que comenzó
allí el oficio de gráfico, que luego sería su oficio definitivo para ganarse la
vida, y con el cual al correr del tiempo, logró una modesta posición económica.
Su condición, pues, de trabajador de “La Esperanza” me dio a mí la oportunidad
a mi edad infantil arriba mencionada (9 años), de curiosear en las actividades
de la tipografía, lo que yo trataba de compensar recogiendo los “tipos”
esparcidos en el suelo y barriendo el local una que otra vez”.
En la Tipografía La
Esperanza se editó el quincenario “El Quijote”, según Yusti Prieto, “teniendo
con editor responsable a J. L. Sanabria Méndez. Su N° 1 es de 23 de agosto de
1932”
“Fallecido don Pedro Adames
paso el taller a la propiedad de Jacinta Adames, su hermana, creo que la única
para entonces, y a la que yo oía nombrar –y en mi casa me inculcaron también
que la llamara así-“La niña Jacinta”. Una
señora ya en la ancianidad, como su hermano… En el taller, no sé si vivo aún
don Pedro Adames o en la sucesión de la niña Jacinta, entró como jefe del
mismo, J. L. Sanabria Méndez, quien en 1932 –el 25 de agosto, exactamente-
fundó el periódico “El Quijote”. Recuerdo que aparte de mi tío Inocencio Adames
Barrios trabajaba también en “La Esperanza” el joven Rafael Rivas G. […]
fallecida La Niña Jacinta, los sucesores vendieron la tipografía “La Esperanza”.
“Algún tiempo después,
Sanabria Méndez, junto con Adames Barrios y Vinicio Jaén Landa, formó una
sociedad que adquirió un taller tipográfico al que denominaron “Editorial
Miranda”. Creo que fue por el año 1941. Allí se siguió editando “El Quijote”
hasta que al ascender a la presidencia de la República el general Isaías Medina
Angarita, este designó Gobernador del Estado Aragua al Dr. Aníbal Paradisi,
quien a su vez nombró a Sanabria Méndez director de la Imprenta del Estado.
Posteriormente Adames Barrios quedó dueño absoluto de la Editorial Miranda.
“Instalada la Editorial
Miranda, pues, completada ya mi educación Primaria en la Escuela Arístides
Rojas (1942), a las puertas aún de mi adolescencia, entre a trabajar en ella”.
Con los años, el poeta Morgado
abrió su propio taller con el nombre de Tipografía J. M. Morgado, donde
imprimió siempre su periódico “El Cotejo Mocho”.
El
oficio de imprimir la tradición
El escritor y poeta Pedro
Ruiz, en 1999, escribió un artículo en el diario El Aragüeño titulado:Editorial
Miranda: el oficio de imprimir la tradición, donde expresa, en parte:
“A veces, allí en la
tradicional esquina de la calle Miranda, convergen escritores de distintas
partes del país con sus manuscritos debajo del brazo y la ilusión de verlos
como un solo cuerpo de palabras en corto tiempo. Y siempre se produce el
milagro, porque Chencho Adames conserva intacta la fe y la creencia en el valor
sagrado de la palabra empeñada”.
Y eso es Editorial Miranda:
una historia y una tradición en el campo de las artes gráficas, en Villa de
Cura, Aragua y Venezuela.
Texto Argenis Díaz/ 2020.
Inocencio "Chencho" Adames y Freddy Covis en la imprenta.
De Luis E. Fragachán, o
simplemente Luis Fragachán, tenemos poca información. Algunos dicen que era
villacurano, y otros, que era caraqueño. El testimonio de Oscar Carrasquel nos
lleva a que en realidad el poeta Fragachán era oriundo de Puerto Cabellos y
viajaba con frecuencia a Villa de Cura. Además del poeta José Manuel Morgado y
Carrasquel, fue conocido también de Juan Bautista Alayón, a quien le debo la
tenencia del poemario “Llamaradas”. También debe haber viajado a Caracas, donde
conoció a otros músicos y compositores como Manuel Briceño y Lorenzo Herrera,
que quizás era su contemporáneo. Herrera nació en caracas el 2 de agosto de
1896 y falleció el 21 de enero de 1960, pero adquirió fama internacional como
cantante y compositor. En cambio, el nombre de Luis Fragachán sobrevivió gracias al merengue El norte es una quimera.
Se sabe que Fragachán viajó
a Nueva York; duró muy poco tiempo en esa ciudad, pero le dio el motivo para
escribir su famosa canción “El Norte es una quimera”, de grata recordación y
que ha sido interpretada por excelentes músicos como Cecilia Todd, Simón Díaz y
grupos como Los Cañoneros y Serenata Guayanesa, entre otros.
Se cuenta que muchos
venezolanos estaban emigrando a Nueva York afectados por las dificultades
económicas que aquejaban el país. Sin embargo, tenían que ganarse la vida,
haciendo labores sencillas como de lavado, planchado, costura, entre otros
oficios. Así se defendió Lorenzo Herrera con su familia lejos de su hogar, en
1924, a sus 28 años.
Cuando Lorenzo Herrera decidió
probar suerte fuera de su país, “ya se encontraban allí personajes que serían
sus futuros colegas, entre ellos, Manuel Briceño y Luis Fragachán, quien pronto
regresó desilusionado y escribió la guasa-protesta El Norte es una Quimera, que
se puso de moda en 1928”. Pero Lorenzo Herrera, con su pasión por conocer e
interpretar la música de Venezuela, empezó tocando en pequeños restaurantes
donde cobraba apenas propinas, e iba componiendo canciones que posteriormente
fueron exitosas y lo convertirían en el primer cantautor de Venezuela y máximo
exponente del criollismo urbano. Al fallecer Juan Vicente Gómez (1935),
empezaron a regresar los artistas que estaban en el exterior, y entre ellos,
Lorenzo Herrera, quien volvió cantando boleros.
Lo cierto es que Luis Fragachán
fue compositor, guitarrista y poeta. En su poemario Prosa y Poesía, José Manuel
Morgado le dedica un soneto y lo llama “camarada”. En este poema hay referencia
de dos libros que publicaría Fragachán: Retumbo y Llamaradas, que ya hemos
mencionado. He aquí el poema de Morgado:
Fragachán
A Teobaldo Parra, Pedro
Ezequiel González, Antonio Moreno e Inocencio Barrios.
Fragachán, el poeta y
camarada
que con sus huesos abonó la
tierra…
maldecidor del malo y de la
guerra
con su Retumbo y
Llamaradas.
Fragachán de la noche y de
la nada
su añoranza de pronto se me
aferra
al llegar como brisa de la
sierra
que baja a perfumar la
madrugada.
Enjuto, desgarbado y
campechano
con su noble guitarra de la
mano
lo recuerdo tal cual en el
dolor
Y confieso nostálgico y con
dejo:
me daba la impresión de un
árbol viejo
al que de pronto le nació
una flor.
José Manuel Morgado. Villa
de Cura, 22/10/75.
En su poemario Llamaradas,
Luis E. Fragachán advierte en un Prólogo en versos:
Os ofrezco estos poemas,
duros como guijarros
y desnudos como indios
de una tribu salvaje.
En ellos no hallaréis
la música doliente
de una canción nostálgica;
ni la hemiplejia lírica
de la medida exacta.
No encontraréis tampoco
en mis poemas
hechos a golpes imprecisos
por la realidad
ni la estética del frac,
ni el olor del cigarrillo
exótico,
ni el sabor del champán.
Este puñado de palabras
están exoneradas de
prejuicios;
porque pasaron clandestinamente
por la aduana infamante
de las claudicaciones.
Si leyéndolas tropiezas
con algún pensamiento
que armonice en tu sentir
y tu pensar
eso, únicamente,
colmará mi anhelo. (p. 3, 4)
También le cantó a El Ávila,
que llama “Dromedario en descanso/ al orillas del Caribe/ rendido bajo el peso/
de la fecundidad… En sus entrañas lleva/ toda la sed de América, y por
calmarla, hunde/ sus fauces en el mar/ … (12)
Y poemas llenos de romance
como este:
Se
quemó en tus ojos
La inquieta mariposa de mi
anhelo
buscando luz, se me escapó
del alma
y la miré volar por los
senderos
en la diafanidad de una
esperanza.
Atravesó los campos del
ensueño
sin encontrar la luz que
ella buscaba;
parecíanle opacos los
luceros…
y prosiguió su vuelo entre
la sombra...
Y cuando ya sus alas
vacilaban
en volar, vio en la penumbra
el resplandor de tu mirada
bella.
Hizo un esfuerzo por besar
la luz
y se quemó en el fuego de
tus ojos
la inquieta mariposa de mi
anhelo. (9)
Otra perla como esta,
Promesa:
Y... habrá una sola patria,
de fronteras ilímites
más allá de la tierra.
Se cantará un solo himno
bajo la sombra diáfana
de incolora bandera
Los hombres y mujeres
de esa patria futura
serán superhumanos;
no sabrán de envidia,
ni el odio, ni la guerra..!
Y en vez de “compatriotas”
se llamarán hermanos.
Bajo el templo del cosmos,
comulgarán las almas
con una misma hostia
y una oración callada
le rezarán a Dios. ( 17)
También le canta a su
guitarra.
Mi
guitarra enferma
Mi guitarra está enferma
de afección digital,
tiene fiebre muy alta
de inefable armonía;
debilidad de arpegios;
dolor de melodía
y depresión completa
de acorde musical.
Y el médico me ha dicho
que es un caso de anemia
y en un claro de luna
escribió esta receta:
Una canción galante
con gotas de bohemia
y casarla muy pronto,
pero… con un poeta. (22)
Por último, la canción: El
Norte es una quimera:
Letra y música: Luis
Fragachán
Me fui para Nueva York
en busca de unos centavos;
he regresado a Caracas
como foete de arrear pavos:
el norte es una quimera.
¡Que atrocidá!
y dicen que allá se vive
como un pachá
*Ay, Nueva York
no me halagas con el oro;
tu riqueza la rechazo,
no me agrada y la deploro
A Nueva York, yo más no voy
allá no hay vino
no hay berro ni hay amor.
Todo el que va a Nueva York
se vuelve tan embustero
que si allá lavaba platos
dice aquí que era platero
El norte es una quimera.
¡Que atrocidá!
y dicen que allá se vive
como un pachá.
* Ay, Nueva York...
Todo el que va a Nueva York
se vuelve tan embustero
que si allá cargaba cajas
dice aquí que era cajero.
El norte es una quimera.
¡Que atrocidá!
y dicen que allá se vive
como un pachá.
* Ay, Nueva York...
Yo no vuelvo a Nueva York
lo juro por San Andrés
no me gusta hablar inglés
ni montar en ascensor
El norte es una quimera.
¡Que atrocidá!
y dicen que allá se vive
como un pachá.
* Ay, Nueva York...
Texto y fotos: Argenis Díaz/
2020.
Referencias
Prosa y poesía. José Manuel
Morgado. Villa de Cura. 1981.
Llamaradas. Poemas. Luis E.
Fragachán. Impresos Unidos. Caracas. Sin fecha.
¿Cómo es en realidad una Peña? En nuestro país dícese de las Peñas que son “Puente de saber, cultura y cordialidad”. Así cataloga en sus diversas publicaciones en un cintillo el reconocido Círculo de Escritores de Venezuela (CEV) para hacer una definición de las diversas peñas que envuelven al ser en cualquier actividad humana.
Villa de Cura en su dimensión fue hace años un pueblo físicamente pequeño, de pocas barriadas, pero de manera acelerada se fue convirtiendo en ciudad. Tuvo en un tiempo muchos lugares campechanos, pero muy distinguidos y emblemáticos para facilitar a sus moradores y visitantes el entretenimiento espiritual.
Un rinconcito bohemio que conocimos y visitamos mucho en los años 50 en La Villa, fue la sastrería del caraqueño don Augusto González, en la calle Miranda, refugio de escritores, juglares, poetas y músicos que visitaban la población, como el poeta y guitarrista Luis Fragachán, el creador de "El Norte es una quimera", recién llegado de Puerto Cabello, por cierto muy amigo del poeta JM Morgado.
Dentro de los momentos estelares yo nunca olvido uno de los lugares más representativos en Villa de Cura como lo fue la "Tipografía JM". Como es de recordar la imprenta fue montada por el escritor, periodista de larga trayectoria y poeta José Manuel Morgado. De allí salían por encargo talonarios, tarjetas de bautizo, tarjetas de presentación e invitaciones para entierros; cuya sede conocimos primero, por los años 50 en la calle Comercio frente al bar del italiano Juan Trotta; después José Manuel instaló su taller en la calle Bolívar y Villegas, aledaña al taller de alpargatería de don Leandro Nieves; y por último, mudada a la calle Páez, frente Almacenes Cristo Rey. Y además la tipografía también tuvo respiro en el laborioso poblado de El Sombrero, estado Guárico.
En el interior de este taller de tipografía en Villa de Cura vimos crecer y nos hicimos muy amigos de una Peña literaria que se mantuvo tiempo activa, bautizada como LA PEÑA MORGADO. A ella nos integramos desde su fundación muchos de sus amigos. Lo cierto es que para donde quiera que se mudaba la "Tipografía JM", detrás en su caminar iba todo tiempo La Peña Morgado, y su guilindajo de guitarras, poesías, canciones y amenas tertulias.
Coincidimos en más de una oportunidad en frecuentes reuniones con Vinicio Jaén. A la conocida Tipografía la visitó la poetisa y escritora Rosana Hernández Pasquier, Argenis Díaz, Antonio Moreno, Víctor Parra Rivero, Ingrid Chicote, la preferida; su compadre Inocencio Adames “Chencho”, entre otros más... Procedentes de Maracay, recuerdo como concurrentes a José Aloise Abreu, Julio Morillo (humorista-caricaturista), Pedro Ruiz, Omaira Ochoa, Luis Alberto “El Toro” Contreras, José Rosario Delgado, Olga María Arguinzones, Oldman Botello, periodistas todos o columnistas de las páginas de El Siglo. Algunas veces el poeta Pedro Ruiz venía acompañado del concertista de guitarra Efraín Silva a ofrecer sus interpretaciones. Recuerdo asimismo en este mismo círculo al poeta Aly Pérez y el artista del pincel Carlos Martínez, Cejota.
Ninguno de los espacios donde funcionó la Tipografía "JM" y su engranaje La Peña Morgado fue desahogado, pero cabía todo el que llegaba. De aquí salían frescas las ediciones de un periódico humorístico conocido como El Cotejo Mocho. Esta publicación de fino humor tuvo una vida de más de 30 años de circulación y últimamente, el poeta hacía un gran esfuerzo para que saliera al aire de manera ocasional. Circuló como el único periódico humorístico de toda la región aragüeña, no supimos de uno similar.
Por cierto existe un ritmo de merengue para orquesta cuya letra nació de la inspiración del poeta JM, con música y arreglo del maestro Germán Cordero Padrón en homenaje a "El Cotejo Mocho". El canto era ofrecido como serenata cuando el periódico o su editor cumplían años. También el ritmo "El Cotejo Mocho" se oía en retretas y paseos musicales cuando venía la gran fiesta de San Luís Rey de Francia en agosto.
A esta cita bohemia de gran bonhomía y cordialidad no faltaba la guitarra grande de Carlos Parra Díaz, la guitarra del maestro Esteban Nieves y la voz de su hermano Adrián Nieves, la voz de don Pedro Ezequiel González; el tanguero Antonio Martínez Santaella, el profesor Germán Cordero, Julio Martínez "El Che"; y pidiendo espacio con su guitarra en la mano nuestro siempre recordado don Dámaso Toledo; Gustavo Niazoa el popular Chingolo, con su cuatrico bajo del brazo; Braulio Pérez Balza, que era un artista desentrañando canciones del Indio Araucano y Evelio Román “Gentile”, que rebasaba la sala de la tipografía afinando su requinto. A veces el grupo se reducía, y en otras ocasiones se nutría y crecía como el Caño Iguez (Portuguesa) en invierno.
Cualquier persona sin importar su posición en la colectividad podía entrar en esta conocida Peña. Aquí en estas reuniones llegaba gente de cualquier clase social o tendencia ideológica. A nadie se le pedía carnet ni esplendor alguno. Nuestra agrupación era como “La Viña del Señor” donde cabía todo el mundo.
Creaciones poéticas de JM y de diversidad de poetas y escritores se escuchaban en la voz de retumbo de Teobaldo Parra Coronado. Allí se grababa en un aparato reproductor de los de antes, y los casetes iban a parar dentro de un cajoncito de madera a reposar en un estante del taller tipográfico.
Nadie mejor para contar historias sencillas de La Villa y de sus personajes que el talento del poeta Morgado, mezclados con estilo humorístico y poético. Fino redactor y diagramador. Trabajaba pero siempre encontraba tiempo para compartir su espíritu alegre con todos sus amigos. Allí no se escuchaba ruido alguno sino el de la máquina Chandler y un reproductor de música. Le dedicó incontables crónicas y libros a su pueblo con amor. Su amor por Villa de Cura era desbordante la conocía en su totalidad.
Muchas veces se presentaban ingeniosas interpretaciones teatrales escenificadas por Teobaldo, Vinicio y Morgado, metidos de lleno en sketches de Aquiles Nazoa y de diversos humoristas y dramaturgos venezolanos, entre ellos Rafael Guinand, Antonio Saavedra y otros autores. Además nos entretenían mucho con sus chistes y anecdotario.
Esta llamada "Peña de Morgado" no poseía estancia fija, su base era la Tipografía pero a veces se convertía en itinerante, libre como el viento, parecía una hembra de la calle; de repente un domingo se traslada al grato Valle de Tucutunemo; a veces bajo el techo de una bodega en El Espinal, o en la estancia olorosa a jardín de José Seijas, o se instalaba bajo la matica de Semeruco de Isabelita Córdova donde ella cantaba. De repente estaba en el rancho de empalizada de Héctor Lombano “Casunga”; en el bar La Garita de don Carlos Almenar, bajo las ramas del samán. Se desplazaba por una larga vereda a la casa de Bladimir Morgado, en El Toquito. Finalmente paraba en la casa que habitaba JM en la parroquia Las Mercedes, frente al picacho de “Los Chivos”, sombreada por una mata de cotoperiz, cuyo ramaje o mitad del árbol respiraba para la calle. Todas las interpretaciones de los presentes eran amenizados por el trino de una paraulata rabo blanco, a la cual el poeta le abría la jaula y no intentaba volar nunca.
Como señalamos al principio, todas las canciones, poesía, relatos, cuentos y comentarios que producían los integrantes de la "Peña de Morgado", quedaron grabados en casetes de la época. Durante los viajes que realizamos por carreteras del Sur de Aragua y El Sombrero, los disfrutamos en el reproductor del auto. En el trayecto, inspirados por la musa, de vez en cuando nos gustaba pedalear un "roncito cultural".
Hemos pretendido pintar un panorama breve de la vida de esta Peña que tuvo muchos años de vigencia en la ciudad de Villa de Cura. He querido ponerle hoy un poco de cantares y colores como un homenaje de recordación y cariño a nuestro queridísimo amigo y hermano José Manuel Morgado a quien hoy estuviésemos celebrando su cumpleaños número noventa y seis.
Yo a veces medio dormido me pongo a pensar en la figura del poeta y recuerdo que el día 8 de agosto era su cumpleaños y como siempre me tropiezo con muchas remembranzas, con lágrimas de tristeza pero también con entusiasmo. El hombre se nos marchó en un amanecer villacurano, livianito, íngrimo y solo, con su agenda apretada debajo del sobaco, vestido todo de blanco.
El poeta José Manuel Morgado, la Peña Morgado y la tipografía "JM" parece que aún existiera con toda la fuerza en la sencilla historia bohemia y la cultura local. Esta amada Peña abrirá caminos a las nuevas generaciones, nuevos caminos seguramente. Descansa en paz querido amigo.
Enyú Sael Peña Oramas. Músico, oboísta y director de orquesta. Nació en Valencia, estado Carabobo (Venezuela) el 11 de agosto de 1974. A la edad de un año llegó a Maracay donde sus padres establecieron residencia
definitiva. Su madre Lilieth Oramas Ríos, su padre Edgar Peña. Su abuelo Pablo
Oramas Tirado formó parte fundamental en su crianza. Su hermano Oczael Peña
Oramas. Su esposa Luz Marina Abero y su hijo Sael Peña Abero.
Inició su sólida formación
en la Escuela de Música Federico Villena de Maracay, donde recibió en 1999 el
grado de Profesor Ejecutante de Oboe. Ese año egresó como Licenciado del
Educación mención Educación Musical de la Universidad de Carabobo, que obtuvo
con mención honorífica Cum Laude. En el 2005 se graduó de Magíster en Música en
la Universidad Simón Bolívar bajo la tutoría del reconocido maestro Alfredo
Rugeles.
Como oboísta ha sido guiado
por maestros como José Carbonara, Miguel Rutigliano y Lido Guarnieri. En el
área de dirección orquestal ha estado en cursos y seminarios internacionales
con los maestro Sung Kwak, George Mark y Bruno Aprea. En 1997 egresó de la
novena promoción de directores corales de la Universidad de Carabobo. Ha sido
miembro destacado de la Orquesta Sinfónica de Aragua con la cual ha realizado
giras internacionales por España, Colombia, Aruba y Cuba.Ha
participado en importantes eventos como el Festival Internacional de Música de
Cámara de la Colonia Tovar, Concierto Sinfónico 75° Aniversario del Rotary
Maracay y el concierto académico realizado en el Teatro de la Opera de Maracay
en el 2019.
Se ha desempeñado como director
musical de las Orquestas Sinfónicas Federico Villena y Juvenil de Maracay y
director invitado con la Orquesta Sinfónica de Aragua, con las cuales realizó
innumerables conciertos al lado de solistas regionales y nacionales como Efraín
Silva, Arnaldo Pizzolante, Cayito Aponte y Serenata Guayanesa.Director
encargado de Escuela de Música Federico Villena y Sinfónica de Maracay y
oboísta en la Orquesta Sinfónica de Aragua. Además forma parte del Ensamble
Venezuela d’ Kmara como oboísta, arreglista y compositor.
En 1998 recibió el Premio a
la Excelencia del Joven Aragüeño en el área de Cultura que otorga la Asamblea
Legislativa del estado Aragua. En el 2005 le fue otorgado el San José
Centenario por la Alcaldía de Girardot; en el 2006 recibe la Lira de Oro y en
el 2007 el Botón de Honor del Club de Leones.
En mayo de 2012 fue seleccionado
por el Rotary Internacional y la Fundación Rotaria como Embajador Cultural de
Buena Voluntad en la República de Italia durante una gira realizada por un
grupo de cinco músicos que viajaron con la intención de difundir la forma como
se desarrolla la educación musical en Venezuela. La gira abarcó varias
provincias y localidades donde dictó charlas y ejecutó distintos conciertos, en
especial en el Conservatorio Luigi Bocherini de Lucca y el Conservatorio de
Cesena, entre otras instituciones.
Texto Argenis Díaz.
Foto de Facebook
Referencias
Efemérides del estado
Aragua. Adalberto Pérez Ramírez. 2012.
Este
personaje ha sabido conjugar magistralmente la destreza en las artes marciales
con su ferviente inspiración musical.
Texto: Javier Herrera*
Aly José Hernández Calvo –
figura pionera de las artes marciales en el país, fundador del kenpo en el
estado Aragua (1981) y, habiéndose constituido Padre del Karate unos años antes
(1977) en Villa de Cura- nació en esta capital del municipio Ezequiel Zamora
(Aragua), el 10 de marzo de 1958.
Se inició en 1972, a la edad
de 14 años, en las disciplinas de kung fu, karate-do, kenpo, ninjutsu y kendo.
Sus principales maestros fueron:
Kung-Fu: Julio Dortlemon y Kamfaicham Lee; Karate-Do: Juji Imura, Blas
Santaella, Oigin Osot, Luis Fernando Quintero, Oscar González, Katsuya Ishyama,
Kazuo Wasa, Bob Budihas; Kenpo Master: Edmond Kamehamea Parker, Frank Trejo,
Manny Reyes, Jay T. Williams, Rafael (Nuza) Blanco, Joe Polanzo y Jeff
Speakman.
En la actualidad ostenta el
5to. Dan, lo cual lo convierte en un Shihan distinguido internacionalmente. Ha
sido reconocido como Cinturón Negro en los estilos: shoto-kan, shito-ryu, shuri-ryu,
gojo-ryu. Se prepara para recibir el cinturón negro en Tai-Jitsu, de manos del
Shian José Di Nino, quien es 6to. Dan Shito Ryu.
Entre sus desempeños más
relevantes y entrañables están: haber ganado en 1986 la prestigiosa competencia
“Batalla de Campeones” en su segunda edición, resultando campeón absoluto Cinta
Negra en la especialidad de katas, kumite y armas; este emotivo evento se
efectuó en el Centro Hispano de Villa de Cura, en el cual Aly en medio de la
euforia exclamó: “Soy un profeta en mi tierra”.
Hay que destacar que en este
reconocido certamen, Aragua siempre obtuvo prominentes lugares. Es así como en
el año 1984, Felipe Chavero había conquistado la mención de flamante campeón.
De igual forma en 1995 lo ganó Frank Flores, quien en la actualidad es 5to. Dan
kenpo.
Una circunstancia muy
singular en su ejecutoria la fue la celebración del Campeonato Mundial de
Florida (EE.UU) en 1990. Por la complicada situación económica del país, se le
dificultó la obtención de las divisas para su participación y aquí, hay que
resaltar de manera muy justa y categórica el solidario apoyo financiero
brindado por el señor Reinaldo Silvera y su familia, con lo cual se agilizaron
los trámites ante la Embajada americana y de esta manera el calificado atleta
pudo estar presente en la contienda vistiendo los colores de Venezuela.
En cuanto a los
reconocimientos recibidos están: 1984, designado Comisionado de Deportes del IND
para el municipio Zamora, impulsando una gestión dinámica y muy destacada en la
jurisdicción que la eleva en 1985 a Distrito Deportivo del Año por primera vez
en la historia; así como también recibió el premio al Comisionado Deportivo del
Año, entregado por el Círculo de Periodistas Deportivos del Estado Aragua.
En 1986, le fue otorgado el
Botón al Mérito Deportivo Guillermo Infante. Previamente fue homenajeado con el
Zamora de Oro (1988). Todo ello lo distingue como virtuoso ciudadano.
Un capítulo muy especial en
su trayectoria deportiva significó su intervención en diversos escenarios de primera
en Estados Unidos. Allí disputó varios combates con competidores de calidad;
asimismo, conoció a varios consagrados maestros de las artes marciales.
Mención especial merece
resaltar el haber compartido con el afamado actor de Hollywood Chuk Norris
(nueve veces campeón mundial). Igual privilegio lo constituyó su vínculo con
otra estrella de cine: Bill Wallace. En Los Ángeles también, el Shihan Aly
Hernández recibió su título de Campeón Internacional de manos de Grand Master
de kenpo: Jay T. Williams; mientras que peleando para el equipo campeón de
Florida recibió el trofeo al 3er. Lugar kumite. Hernández, a su vez, se integró
en ese mundo del karate con Edmond y Shery Parker. Además estuvo en el equipo
del Shihan Kazuo Wapa.
Al ser consultado por el
redactor en relación a las virtudes para el éxito, Aly declaró enfáticamente: ”Primera:
la praxis elevada a la máxima potencia y segunda: estudiar El Arte de la Guerra
del general chino Sun Tsu (siglo VI a. C), muy leído en Asia por los
empresarios. Se debe analizar con mucha prudencia ya que siempre encontraremos
personas mejores que nosotros en nuestro camino”. Y añade un pensamiento: “El
que se conoce a sí mismo y conoce bien su enemigo no tiene no tiene de qué
preocuparse en ninguna batalla”.
Más que un ideal, una
filosofía y una posición ante la vida para triunfar, conformando la fortaleza
de su cuerpo y de su espíritu desde que entrenaba en las calles de Villa de
Cura y subía con tenacidad las escaleras de El Calvario que en nuestra portada
sirvieron de fondo a la figura central de esta edición.
Refuerza su firme condición de un ser exitoso
y de mentalidad positiva con esta idea sublime: “En mi vida antes que todo está
Dios, mi familia y la ley divina que nos domina a todos”.
Pero no solo el arte de la
defensa y el ataque en un gimnasio, sino que al mismo tiempo, Aly Hernández
cultiva con vocación y habilidad el arte musical y artístico en el cual se
inspira y alterna en forma activa como lo hace en el deporte.
Nos refiere que desde niño
tocó cuatro, llevado de la mano del maestro Jesús Caicedo; empezó a tocar
guitarra en La Guaira con su prima Magda Calvo. Aquí en La Villa estudió solfeo
en la Escuela de Música de la época, bajo la conducción del tenor Francisco Flores
y guitarra clásica con Lerman Nieves. Además, hoy toca con acierto la guitarra
eléctrica.
Fundó en estos lares el
Trabuco Villacurano, cuyos integrantes además de su persona fueron Miguel Terán
(The Dog), el popular “Guasón”, “Toño El Amabe”, Raymond Pérez, Manuel Rojas
(veterano ex vocalista del grupo Llama) y Víctor Parra; y es en estos momentos
guitarrista de la agrupación Quinto Sabor.
Se consultó a Aly sobre sus planes
futuros y expresó: “Tengo dos viajes previstos: uno a Argentina con mi gran
amigo el Máster Guache Kim sobre el proyecto de la Universidad de las Artes
Marciales y el otro a España a homologar mi rango en la Federación Europea de
Karate y adquirir nuevos conocimientos de la disciplina. Por otra parte, llevar
el flamenco de mi hija Karem; flamenco para Paola, mi sobrina; el vals Rosita,
mi madre y el vals Elimar, sobrina. También llevo mi estilo de rock clásico
como propuesta al mercado europeo”.
Para finalizar nuestro
personaje de hoy declara con entusiasmo: “Mi mayor deseo es mantenerme activo
deportiva y musicalmente y dar más de lo que humildemente ha dado hasta hoy…”
*Docente y periodista.
Fotos: Ivanna Rivas/
reproducción: Argenis Díaz.
Referencia
El
Portavoz de Aragua. Año 2. N° 2. Febrero, 2011.