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domingo, 6 de enero de 2019

Ni magos ni reyes

"Después de nacer Jesús en Belén de Judea, en los días de Herodes el rey, resulta que vinieron a Jerusalén unos astrólogos de Oriente.

Cuando entraron en la casa, vieron al niñito con María su madre. Entonces, poniéndose de rodillas le rindieron homenaje. 

También abrieron sus cofres y le regalaron oro, olíbano y mirra"

(Mateo 2:1, 11).



Los Reyes Magos de Oriente es el nombre por el que la tradición denomina a los visitantes que, tras el nacimiento de Jesús de Nazaret, acudieron desde países extranjeros para rendirle homenaje y entregarle regalos de gran riqueza simbólica: Oro, incienso y mirra. Los Evangelios solo hablan de "magos", en ninguna parte se indican sus nombres, ni que fuesen reyes, ni que fueran tres (número que posiblemente se deba a la cantidad de obsequios ofrecidos). Estas creencias fueron agregadas varios siglos después y se han mantenido en la tradición popular.

Tal como vierte la Biblia de Jerusalén Latinoamericana, lo que dice Mateo: “Nacido Jesús en Belén de Judea, en tiempo del rey Herodes, unos magos que venían del Oriente se presentaron en Jerusalén”. Después siguieron hacia Belén, donde “entraron en la casa” y “vieron al niño con María su madre” (Mateo 2:1-11).

Por un lado, se habla de “unos magos”, nunca se los llama reyes ni se especifica que fueran tres. Además, se menciona que viajaron desde oriente y que primero llegaron a Jerusalén, y no a Belén, la ciudad donde había nacido Jesús. Para cuando finalmente llegaron a Belén, Jesús ya no era un nene recién nacido, sino un niño de más edad, que vivía en una casa en vez de un establo.

Tampoco no eran sencillamente “unos sabios” —como dicen algunas versiones de la Biblia—, sino “magos”, o “astrólogos” (Evangelios, de J. F. Mira; Biblia del nuevo milenio). El Diccionario exegético del Nuevo Testamento explica que el término griego original (mágoi) “se deriva del nombre de una tribu" que en la religión persa desempeñaba funciones sacerdotales y "se ocupaba del estudio de la astronomía o la astrología”. Es más, según otra obra muy respetada, esa misma palabra puede designar a un “brujo" o "hechicero", que pretendía tener poderes mágicos, "practicante de la brujería” (Diccionario expositivo de palabras del Antiguo y del Nuevo Testamento exhaustivo, de W. E. Vine).

Por lo tanto, según todos los indicios, los mágoi que visitaron a Jesús eran astrólogos. La Biblia Nácar Colunga emplea la palabra “magos” con la siguiente nota aclaratoria: “Se distinguían por su afición al estudio de la astronomía, o mejor, astrología, que era una ciencia adivinatoria basada en el principio de que la vida de los hombres se desarrolla bajo la influencia de los astros”. En consecuencia, La Biblia. Traducción del Nuevo Mundo emplea la palabra “astrólogos” en Mateo 2:1.

Por muy populares que sean la astrología y la magia en la actualidad, lo cierto es que la Biblia no aprueba estas prácticas (Isaías 47:13-15). De hecho, Jehová Dios detesta cualquier forma de ocultismo (Deuteronomio 18:10-12). Por eso, jamás les anunciaría el nacimiento de su Hijo a unos astrólogos. 

Lo que sí hizo, para salvar la vida de Jesús, fue advertirles mediante un sueño que no regresaran al palacio del malvado rey Herodes, por lo que ellos “se retiraron a su país por otro camino” (Mateo 2:11-16).

Texto: Argenis Díaz/ actualizado, 2020.

Referencias

Perspicacia para comprender las Escrituras. Astrólogos (pág. 243). 1991.

La Atalaya  ¿Es cierta la historia de los tres reyes magos? (pág. 31). 1/12/2009. 

http://www.diosuniversal.com/Otras-Creencias/Los-Reyes-Magos

Sitio de la imagen: https://www.ngenespanol.com/travel/quienes-eran-los-reyes-magos-melchor-gaspar-baltasar/

Celebración de los Reyes Magos
se basa en la tradición, no en la Biblia.




miércoles, 2 de noviembre de 2011

Antiguos orígenes del arpa

Las investigaciones sobre el origen más antiguo del arpa como instrumento musical se remontan hasta las antiguas civilizaciones de Sumer y Egipto entre los años 3000 y 2000 antes de la era común (a. EC) o antes de Cristo. Sin embargo, un examen más detallado de la Biblia o Santas Escrituras nos lleva más atrás en la corriente del tiempo, a la séptima generación desde Adán. De hecho, el arpa es el primer instrumento musical mencionado en el texto sagrado. El libro de Génesis (4:21) refiere que un descendiente de Caín de nombre Jubal, hijo de Lamec y Adá, fue “el fundador de todos los que manejan el arpa y el caramillo”, quizás las Escrituras aludan con estas palabras al hecho de que Jubal fue el inventor del arpa o que fue el fundador de una profesión que dio considerable impulso al progreso de la música instrumental. El nombre del instrumento proviene de la palabra hebrea kinnóhr que aparece 42 veces en la Biblia hebrea (comúnmente llamada Antiguo Testamento). Traductores al griego utilizaron el término kithára para traducir la palabra hebrea; por cierto, un instrumento parecido a la lira, pero con una tabla de resonancia más llana.
            Las arpas antiguas eran de muchos estilos y formas, y un número variable de cuerdas. El kinnóhr (kinor, arpa) era un instrumento portátil y relativamente ligero, hecho de madera de algum, nombre con el se designa, posiblemente, el sándalo rojo, tal vez de la India, un tipo de madera dura y fina, de color marrón rojizo que al pulirla adquiere mucho brillo y es recomendada para la confección de estos instrumentos.  Es posible que sus cuerdas (de 7 a 9, según algunos entendidos) se hicieran del intestino delgado (tripa) de la oveja, aunque también se usaron fibras vegetales hiladas para el mismo fin.
            En cuanto a la importancia del arpa en la historia bíblica, se puede decir que formaba parte de la orquesta del templo de Salomón junto con los címbalos, la trompeta y otros instrumentos de cuerdas. Otro personaje bíblico identificado con la música instrumental es David, pastor, músico, poeta, soldado, profeta y rey de Israel. Diestro tocador del arpa, David compuso más de 73 salmos de alabanza, de divina inspiración.

En el salmo 98:5, leemos: Produzcan melodía a Jehová/ con el arpa,/ con el arpa y la voz de melodía”.
El arpa también se menciona en otros contextos. Por ejemplo, en una profecía en relación a la antigua ciudad de Tiro, dice el profeta Isaías: “Toma un arpa, da la vuelta por la ciudad, oh prostituta olvidada. Esmérate en tocar las cuerdas; haz muchas tus canciones, para que seas recordada”.
Siglos después, en la Europa medieval también se utilizaron arpas pequeñas y ligeras, con unas 7 a 25 cuerdas aparentemente de metal, y una tabla estrecha y plana. En torno al año 1500 E. C. se empezaron a utilizar cuerdas de tripa y apareció una forma más alta con columna recta que podían soportar mayor tensión. Esta arpa, llamada gótica, se considera el antecedente de las arpas folclóricas de Iberooamérica y de las arpas modernas de orquesta. Así se llegó, a lo largo de un extenso período histórico, que hunde sus raíces en el relato bíblico, a nuestra arpa criolla, soporte sonoro (con ligeras diferencias) tanto del joropo llanero como de nuestra música central. 

Argenis Díaz