Por: Pablo Cabrera.
En los campos de La
Morrocoya, sitios aledaños a San Juan de los Morros y San Sebastián de los
Reyes, una inquieta niña entre la soledad del paisaje y al compás de los trinos
de las aves silvestres, con una sonrisa tierna y angelical, a escondidas de su
familia, recolectaba un determinado tipo de tierra con el que procesaba un
barro y elaboraba con el mismo algunas pequeñas figuras. Aquellas figuras
tenían las más variadas formas y ella la obsequiaba a los demás niños. Muy
rápidamente se hizo popular la pequeña Emiliana entre sus diminutos amigos,
quienes siempre le exigían alguna que otra figura y luego la mostraban llena de
curiosidad a sus padres; estos al tener conocimiento de esta novedad,
expresaban sus felicitaciones con comentarios muy positivos a los progenitores
de Emiliana, a quienes no les quedó más recurso que aceptar las inclinaciones
artísticas de la niña.
Elaborando estas figuras de4
barro y sus propias muñecas de trapo, la pequeña niña fue desarrollando sus
inquietudes hasta hacerse mujer y convertir se en esposa y madre. Ella es
Emiliana Gutiérrez Flores de Nadal y nació en Belén, estado Carabobo. Hija de
don Felipe Ramón Gutiérrez y de doña Clara Evangelista Flores de Gutiérrez.
Siendo muy niña sus padres se trasladaron a los campos de La Morrocoya, donde
pasó gran parte de su infancia y comenzó a dar sus primeros pasos como artista
ingenua. Contrajo matrimonio con el conocido comerciante don Juan Nadal, de
cuya unión procrearon siete hijos: Juan Ramón, Luis Raúl, Carmen Luisa, Felipe
Antonio, Hilda Tibisay, José Ramón y Judith Coromoto Nadal Gutiérrez. “Lo que
se viene a la mente, un rostro, una figura. Cuanta virgen me imaginaba la hacía
en figuras de barro que luego regalaba a los demás niños”. Así nos lo confirmó
ella misma y agrega: “mis padres no veían con buenos ojos esas inclinaciones
mías, pero ante mi perseverancia por las mismas no le quedó más remedio que
apoyarme”.
En el año 1977 comenzó a
tallar la madera y un cierto tipo de piedras blancas, plasmando con su arte
figuras célebres como las de Jesús, Bolívar, Juan Pablo II y otros. Así mismo,
ejerce el arte de la muñequería en una forma prolífica, elabora muñecas de
trapo y ella misma confecciona el traje apropiado a cada figura.
El Barbero, El Campesino, La
Cocinera, La Lavandera, El Pregonero, El Borrachito, Los Peregrinos, Los
Bailadores, Los Novios, Los Músicos, Etc., son algunas de las principales
figuras populares y costumbristas que han sido producidas por el arte de esta gran
mujer. De igual manera, podemos observar en una sala que se hace pequeña y que
tiene en la sana paz de su hogar en la avenida El Cementerio de esta localidad,
numerosos muñecos, rostros, trompos, perinolas, arpas, guitarras, maracas,
pilones, cucharillas de palo, hamacas, zarandas y muchísimas cosas más, así
como numerosos santos y vírgenes.
Esta gran artista ingenua,
ha hecho muchas exposiciones, una de las cuales la hizo en la Estación La
Hoyada del Metro de Caracas. Está reconocida como una de las artistas populares
ingenuas del país y figura en varios textos importantes editados en lujosa
encuadernación, cuyos títulos son: “Por un Cielo de Barros y Maderas”, de
Mariano Díaz. “Hecho a Mano”, de Juan Calzadilla, “El Alma entre los dedos”, de
Mariano Díaz y en varis números de la revista “Nosotros”, que edita el doctor
Alberto Quiroz Corradi. En estos textos se recogen piezas artísticas,
vivencias, fotografías y comentarios de los artistas ingenuos o primitivos y
artesanos populares. Hay allí tallas de todas partes de este país, de cada
rincón de la Venezuela ingenua y creadora. Allí aparecen en forma destacada
nuestra Emiliana de Nadal con el producto sublime de sus momentos de
inspiración.
Como dato curioso podemos
destacar que Emiliana también escribe versos y aprendió a leer después de
alcanzar la madurez, observando a sus hijos cuando hacían las tareas escolares.
Era hermana del desaparecido folclorista y compositor criollo, José María Gutiérrez, autor de la conocida
pieza “La Perdiz”, que ha sido grabada por algunos cantantes populares, entre
otros: Salvador González y María Teresa Chacín.
Hablar con Emiliana es como
desintoxicarse de este mundo materialista y sumergirse en un manantial de
sueños, de sencillez y de sublimidad. Es como volver a la infancia e irse
correteando detrás de una mariposa o perderse por un largo sendero saboreando
un mango de bocado, Una vez alguien dijo que no puede haber valor estético sin
contenido humano y que las creaciones artísticas y culturales hay que
valorarlas en función de lo que aporte al hombre, y Emiliana cultiva lo social
por encima de lo estético y su obra es un canto hacia el bienestar y hacia la
felicidad del género humano, y para afianzar este concepto, ella misma, cuando
ya nos despedíamos, nos pidió que hagamos llegar hasta las nuevas generaciones
el siguiente mensaje: “Uno no puede vivir como muerto sino desarrollar sueños e
inquietudes. Esa es la única forma en que podemos proyectarnos más allá de
nuestra existencia”.
Publicado en El Vigía de
Villa de Cura, en marzo de 1988. Página 13.
Fotos 1. El Vigía; 2. Museo Inocencio Utrera.
Emiliana de Nadal. 1988. |
Emiliana de Nadal. Foto: Museo Inocencio Utrera.
Te amaré por siempre abuelita, lloro de felicidad al ver que se mantiene tu legado y distinción entre tantos personajes de la historia artística en nuestro país y más allá. Nosotros a través de tu herencia espiritual y del arte hoy día nos hemos convertido en vertientes de ti, de lo que fuiste, de tu escencia, de tu sentir y de lo que en cada nota de tu "Armónica" nos transmitiste marcando nuestra infancia para el resto de nuestras vidas abrazados a esa inocencia impresa por ti en todo lo que nos ayudaste a descubrir. Por siempre seguirá viva tu ingenuidad creativa con propósito. Dios te bendiga en su infinita gloria. Amén
ResponderBorrarBuenas tardes, he querido dejar mensajes pero la página no lo procesa😭
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