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miércoles, 12 de agosto de 2020

TIPOGRAFÍA JM.: UN RINCONCITO CULTURAL Y BOHEMIO

Por: Oscar Carrasquel*

¿Cómo es en realidad una Peña? En nuestro país dícese de las Peñas que son  “Puente de saber, cultura y cordialidad”. Así cataloga en sus diversas publicaciones en un cintillo el reconocido Círculo de Escritores de Venezuela (CEV) para hacer una definición de las diversas peñas  que envuelven al ser en cualquier actividad humana.

Villa de Cura en su dimensión fue hace años un  pueblo físicamente pequeño, de pocas barriadas, pero de manera acelerada se fue convirtiendo en ciudad. Tuvo en un tiempo muchos lugares campechanos, pero muy distinguidos y emblemáticos  para facilitar a sus moradores y visitantes el entretenimiento espiritual.

Un rinconcito bohemio que conocimos y visitamos mucho en los años 50 en La Villa,  fue la sastrería del caraqueño don Augusto González, en la calle Miranda, refugio de escritores, juglares, poetas y músicos que visitaban la población, como el poeta y guitarrista Luis Fragachán, el creador de "El Norte es una quimera", recién llegado de Puerto Cabello, por cierto muy amigo del poeta JM Morgado.

Dentro de los  momentos estelares yo nunca olvido uno de los lugares más representativos en Villa de Cura  como lo fue la "Tipografía JM". Como es de recordar la  imprenta fue montada por el escritor, periodista de larga trayectoria y poeta José Manuel Morgado. De allí salían por encargo talonarios, tarjetas de bautizo, tarjetas de presentación  e invitaciones para entierros; cuya sede conocimos primero, por los años 50 en la calle Comercio frente al bar del  italiano Juan Trotta; después José Manuel instaló su taller en la calle Bolívar y Villegas, aledaña al taller de alpargatería de don Leandro Nieves; y por último, mudada a la calle Páez, frente Almacenes Cristo Rey. Y además la tipografía también tuvo respiro en el laborioso poblado de El Sombrero, estado Guárico.

En el interior de este taller de tipografía en Villa de Cura vimos crecer y nos hicimos muy amigos de una Peña literaria que se mantuvo tiempo activa, bautizada como LA PEÑA MORGADO. A ella nos integramos desde su fundación muchos de sus amigos. Lo cierto es que  para donde quiera que se mudaba la "Tipografía JM", detrás en su caminar iba todo  tiempo La Peña Morgado, y su guilindajo de guitarras, poesías, canciones y amenas tertulias.

Coincidimos en más de una oportunidad en frecuentes reuniones con  Vinicio Jaén. A la conocida Tipografía la visitó la poetisa y escritora Rosana Hernández Pasquier, Argenis Díaz, Antonio Moreno, Víctor Parra Rivero, Ingrid Chicote, la preferida; su compadre Inocencio Adames “Chencho”, entre otros más...  Procedentes de Maracay, recuerdo como concurrentes  a José Aloise Abreu,  Julio Morillo (humorista-caricaturista), Pedro Ruiz, Omaira Ochoa, Luis Alberto “El Toro” Contreras, José Rosario Delgado, Olga María Arguinzones,  Oldman Botello, periodistas todos o columnistas de las páginas de  El Siglo. Algunas veces  el poeta  Pedro Ruiz venía acompañado del  concertista de guitarra  Efraín Silva a ofrecer sus interpretaciones. Recuerdo asimismo en este mismo círculo al poeta  Aly Pérez y  el artista del pincel Carlos Martínez, Cejota.

Ninguno de los espacios donde funcionó la Tipografía "JM" y su engranaje La Peña Morgado fue desahogado, pero cabía todo el que llegaba. De aquí salían frescas las ediciones de un periódico humorístico conocido como El Cotejo Mocho. Esta publicación de fino humor tuvo una vida de más de 30 años de circulación y últimamente, el poeta hacía un gran esfuerzo para que saliera al aire de manera ocasional. Circuló como el único periódico humorístico de toda la región aragüeña, no supimos de uno similar. 

Por cierto existe un ritmo de merengue para orquesta cuya letra nació de la inspiración del poeta JM, con música y arreglo del maestro Germán Cordero Padrón en homenaje a "El Cotejo Mocho". El canto era ofrecido como serenata cuando el periódico o su editor cumplían años. También el ritmo "El Cotejo Mocho" se oía en retretas y paseos musicales cuando venía la gran fiesta de San Luís Rey de Francia en agosto.

A esta cita bohemia  de gran bonhomía y cordialidad no faltaba la guitarra grande de Carlos Parra Díaz, la guitarra del maestro Esteban Nieves y la voz de su hermano Adrián Nieves, la voz de don Pedro Ezequiel González; el tanguero Antonio Martínez Santaella, el profesor Germán Cordero, Julio Martínez "El Che"; y pidiendo espacio con su guitarra en la mano nuestro siempre recordado don Dámaso Toledo; Gustavo Niazoa el popular Chingolo, con su cuatrico bajo del brazo; Braulio Pérez Balza, que era un artista desentrañando canciones del Indio Araucano y  Evelio Román “Gentile”, que rebasaba la sala de la tipografía afinando su requinto. A veces el grupo se reducía, y en otras ocasiones se nutría y crecía como el Caño Iguez (Portuguesa) en invierno. 

Cualquier persona sin importar su posición en la colectividad podía entrar en esta conocida Peña. Aquí en estas reuniones llegaba gente de cualquier clase social o tendencia ideológica. A nadie se le pedía carnet ni esplendor alguno. Nuestra agrupación era como “La Viña del Señor” donde  cabía todo el mundo.

Creaciones poéticas de JM y de diversidad de poetas y escritores se escuchaban   en la voz de retumbo de Teobaldo Parra Coronado. Allí se grababa en un aparato reproductor de los de antes, y los casetes iban a parar dentro de un cajoncito de madera a reposar en un estante del taller tipográfico.

Nadie mejor para contar historias sencillas de La Villa y de sus personajes que el talento del poeta Morgado, mezclados con estilo humorístico y poético. Fino redactor y diagramador. Trabajaba pero siempre encontraba tiempo para compartir su espíritu alegre con todos sus amigos. Allí no se escuchaba ruido alguno sino el de la máquina Chandler y un reproductor de música. Le dedicó incontables crónicas y libros a su pueblo con amor. Su amor por Villa de Cura era desbordante la conocía  en su totalidad.

Muchas veces  se presentaban ingeniosas interpretaciones teatrales escenificadas por Teobaldo, Vinicio y Morgado, metidos de lleno en sketches  de Aquiles Nazoa  y  de diversos humoristas y dramaturgos venezolanos, entre ellos Rafael Guinand, Antonio Saavedra y otros autores. Además nos entretenían mucho  con sus chistes y anecdotario.

Esta llamada "Peña de Morgado" no poseía estancia fija, su base era la Tipografía pero a veces se convertía en  itinerante, libre como el viento, parecía una hembra de la calle; de repente un domingo se traslada al grato Valle de Tucutunemo; a veces bajo el techo de una bodega en El Espinal, o en  la estancia olorosa a jardín de José Seijas, o se instalaba bajo la matica  de Semeruco de Isabelita Córdova donde ella cantaba. De repente estaba en  el rancho de empalizada de Héctor Lombano “Casunga”; en el bar La Garita de don Carlos Almenar, bajo las ramas del samán.  Se desplazaba por una larga vereda a la casa  de Bladimir Morgado, en El Toquito.  Finalmente paraba en la casa que habitaba JM en la parroquia Las Mercedes, frente al picacho de “Los Chivos”, sombreada por una mata de cotoperiz, cuyo ramaje o mitad del árbol respiraba para la calle. Todas las interpretaciones  de los presentes eran amenizados por el trino de una paraulata rabo blanco,  a la cual el poeta le abría la jaula y no intentaba volar nunca.

Como señalamos al principio, todas las canciones, poesía, relatos, cuentos y comentarios que producían los integrantes de la "Peña de Morgado", quedaron grabados  en casetes de la época. Durante los viajes que realizamos  por carreteras del Sur de Aragua y El Sombrero, los disfrutamos en el reproductor del auto. En el trayecto, inspirados por la musa, de vez en cuando nos gustaba pedalear un  "roncito cultural".

Hemos pretendido pintar un panorama breve de la vida de esta Peña que tuvo muchos años de vigencia en la ciudad de Villa de Cura. He querido ponerle hoy un poco de cantares y colores como un  homenaje de recordación y cariño a  nuestro queridísimo amigo y hermano José Manuel Morgado a quien hoy estuviésemos celebrando su cumpleaños número noventa y seis.

Yo a veces medio dormido  me pongo a pensar en la figura del poeta y recuerdo que el día  8 de agosto era su cumpleaños y como siempre me tropiezo con muchas remembranzas, con lágrimas de tristeza pero también con entusiasmo. El hombre se nos  marchó en un amanecer villacurano, livianito, íngrimo y solo, con su agenda apretada debajo del sobaco, vestido todo de blanco.

El poeta José Manuel Morgado, la Peña Morgado y la tipografía "JM" parece que aún existiera con toda la fuerza en la sencilla historia bohemia y la cultura local. Esta amada Peña abrirá caminos a las nuevas generaciones, nuevos caminos seguramente. Descansa en paz querido amigo.

*Cronista popular, villacurano.

La Villa de San Luís, agosto 2020

Referencia

https://letrasdeoscarcarrasquel.blogspot.com/2016/06/tipografia-j-m-morgado-un-rinconcito.html?

Poeta JM Morgado.
Foto: Cortesía de Elio Martínez.


El poeta José manuel Morgado en su tipografía.
Foto: Archivo Villa Literaria Zamora.



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