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martes, 23 de junio de 2020

Salvador Rodríguez y su arpa sonora


“Hablar del maestro Salvador Rodríguez es hablar de la historia del Joropo Central. Con el talento nato de los grandes artistas encontró el lenguaje necesario para hacer de la música central un campo eternamente abierto”. Así se expresó el poeta Pedro Ruiz del legendario arpista, en su maravillosa obra La Memoria de Aragua, volumen II.

Salvador Rodríguez nació en Belén, estado Carabobo, el 24 de junio de 1920. A los cinco años sus padres Lino Rodríguez Ceballos y Juana María Rodríguez se trasladaron al Pao de Zárate y desde entonces hizo suya la tierra aragüeña que ha sido la receptora de sus creaciones musicales. Su hijo Magín es un destacado bailador de joropo e investigador del folclor nacional, también su hija Rosita es bailadora de las buenas.

Durante su vida, Salvador Rodríguez grabó un centenar de temas tanto en LP como en discos de 45 y 78 revoluciones, muchas de las cuales grabó junto a Quintín Duarte. Con este famoso cantador fue invitado a tocar en la toma de posesión de Rómulo Gallegos en el Nuevo Circo de Caracas en 1948. Viajo por varios países de América llevando el arte aragüeño.

Respecto a su instrumento, el arpa, señaló que “el arpa debe tener tiple sonoro, es una tradición usar cuerdas de acero en el arpa aragüeña. Debe ser sonora en los bajos y si es de cedro es mucho mejor”.

Al arpisto (arpista) lo rodearon artistas y cantadores de la talla del ya mencionado Quintín Duarte, Pedro Matos, Pedro Pablo Romero “El Chirulí de Aragua”, Emilio Mejías, Silvino Armas, Sandalio Hernández “El Canario de Aragua” y Margarito Aristiguieta, entre otros.
Dijo en la entrevista con el poeta Pedro Ruiz: “A mí me gustaría que se hicieran escuela para enseñar a querer nuestro arte, que aprendan a querer su escuela, que el bailador mejore, el cantador pronuncie bien… Yo desearía que saliera una nueva generación de intérpretes y colaboraría con ellos. ¿Por qué no crear en La Villa, que ha sido lugar de encuentro de muchos artistas, en Centro donde se estudie y se difunda lo que hacemos?”

Rememorando un poco su infancia, expresó: “De niño yo veía tocar al ciego Saturno Linero, allá en el Pao de Zárate, acompañado siempre de su cantador Laureano Mogollón. Fue viéndolo tocar que empecé a pulsar las cuerdas del arpa”. A los 14 años tocó su primera fiesta con Mogollón. Eso fue el martes 26 de agosto de 1936, según recuerda. En el año 37 llega a Villa de Cura y empieza a participar en las fiestas que se montaban en el barrio Las Mercedes, donde acompañó a los cantadores Silvino Díaz, Teodoro Rivero y Quintín Duarte, quien lo llevó a Maracay a la emisora La Voz de Aragua, en 1938. El programa se llamaba Florencio y Quintín. Florencio Morales, un excelente arpista villacurano de aquellos años, dejó el programa que pasó a llamarse Quintín y Salvador con su Arpa. Con Quintín hizo un recorrido por varios escenarios del centro y de la capital, hasta que él muere el 2 de mayo de 1955.

Se puede decir, junto a Germán Fleitas Núñez, que “aprendió su arte de los grandes arpistos de su tiempo: “El Mocho Julián” del Pao de Zarate, Laureano Mogollón, Pedro Sarmiento (Piringa), “El Ciego” Saturno, Alberto Bejarano “Urica”, Emilio Mosquera, Eulogio Pérez, El Maestro Macario, Florencio Morales y Pedro Matos”. La Flores fue la primera pieza que grabó con Quintín Duarte. No tenía letra, “ahora la tiene, se la hice yo”. Después la grabó con Pablo Romero “El Chirulí de Aragua”
.
El 26 de septiembre de 1986, el Concejo Municipal del antiguo Municipio Ricaurte del estado Aragua realizó una sesión solemne con motivo de “las Bodas de Oro” (50 años) de vida artística del gran arpista don Salvador Rodríguez, donde fungió como orador el Cronista de La Victoria Germán Fleitas Núñez, quien en la conclusión de su disertación declamó una glosa al maestro Salvador Rodríguez.

La música central tiene sus raíces en el siglo XVIII, pero según muchos cantadores, ha sido enriquecida por la creación de Salvador Rodríguez. A esta expresión musical común en los estados Miranda, Carabobo y Aragua, todos los intérpretes concordaron en llamarla Joropo Central. A Salvador se debe la interpretación del pasaje de manera estilizada, ese el llamado estilo aragüeño. Con la fama de ser un salvador de la música central junto a otras leyendas del joropo, como Margarito Aristiguieta, abrió los caminos a esta música primigenia de Aragua, como dice en parte la letra de Las Flores, que él compuso:

El tiempo con su mudanza
viste los campos de flores
Nos vuelven las esperanzas
 y reviven los amores.

Salvador Rodríguez murió el 25 de mayo de 1992, poco tiempo después de haberse publicado el libro de Pedro Ruiz, La Memoria de Aragua.

Texto: Argenis Díaz
Fotos reproducidas de La Memoria de Aragua. Pedro Ruiz.

Glosa de Germán Fleitas Núñez dedicada a Salvador Rodríguez (1986)

LLEGÓ SALVADOR CON SU ARPA
Y SE ABREN COMO UNA FLOR
LA MARACA CON SU TRINO
Y EL ARPA DE SALVADOR

I
A la plaza pueblerina
ornada para la fiesta
por la aragüeña floresta
baja un arpa campesina.
Una brisa serpentina
bajo la celeste carpa
escolta al sol cuando zarpa
en crepuscular derroche
y antes de llegar la noche
LLEGÓ SALVADOR CON SU ARPA.

II
Le quita el floreado traje
y al estrecharla en sus brazos,
“Mariselas” y Yaguasos”
se enredan en el “cuerdaje”.
En el fragor del pasaje,
cuando “llama” al cantador,
las manos de Salvador
sobre una inmensa guitarra,
se cierran como una garra
Y SE ABRE COMO UNA FLOR.

III
Sus dedos son manantial,
cauce y desembocaduras,
de un río de aguas puras
que es el cantar nacional;
profundo y elemental,
hondo y llano, recio y fino,
que el baile campesino
“para” el arpa y “calla” el buche,
para que solo se escuche
La MARACA CON SU TRINO.

IV
Aragua, que el sol decora,
del añil y del almíbar;
Aragua de los Bolívar
del “Joropo” y de “La Llora”;
hoy, cuando en festiva hora,
yo le canto a tu cantor,
a ti también, con amor,
quisiera Aragua cantarte
con la voz de Quintín Duarte
Y EL ARPA DE Salvador.

  
SE FUE SALVADOR CON SU ARPA

(Con motivo de la muerte del gran arpisto aragüeño en 1992)
De Margarito Aristiguieta.

 I
Se fue Salvador con su arpa
se fue para el más allá
Quintín Duarte y “Chirulí”
lo mandaron a llamar
con el “Canario de Aragua”
y también  Villamizar
porque tenían una fiesta
Salvador iba a tocar
había un  joropo en el cielo
de la música central.

II
En esa fiesta rumbosa
que tenía el Dios divino
faltó don Fulgencio Aquino
con su arpa majestuosa
“Chirulí” cantó una glosa
y Quintín  lo tatareaba
mientras Salvador tocaba
el golpe e´ la refaloza.

III
Llegó Florencio Morales
maestro de  Salvador
ahí tocó con sabor
el golpe  e´Los Turupiales
“El Canario” en sus cabales
dijo: “voy a cantá ahorita”
y con palabras bonitas
Quintín  hizo este clamor:
¡Toca  el arpa Salvador
anda, toca la burrita!

IV
Tocó a don Melquiades Aquino
el hermano de Fulgencia
quien tocó con sentimiento
varios golpes mirandinos
Villamizar  con su tino
cantó el golpe de Florinda
San Pedro la hamaca guinda
y dijo con maravilla:
“así es  que se canta ahora, Villa
Canta  ahora Aragua linda.


 Referencias

La memoria de Aragua. Volumen II. Encuentro con el maestro Salvador Rodríguez. Pedro Ruiz. Impreso en Editorial Miranda. Villa de Cura. 1992.
                                                                                                                             
Palabras al viento. Llegó Salvador con su arpa (discurso de orden). Germán Fleitas Núñez. Biblioteca de Autores y Temas Aragüeños. 1995.

Salvador Rodríguez, arpista de Joropo Central (1920-1992)

Dos leyendas del Joropo Central Margarito y Salvador.

La Memoria de Aragua de Pedro Ruiz. 1992.

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