“Hablar del maestro Salvador
Rodríguez es hablar de la historia del Joropo Central. Con el talento nato de
los grandes artistas encontró el lenguaje necesario para hacer de la música
central un campo eternamente abierto”. Así se expresó el poeta Pedro Ruiz del
legendario arpista, en su maravillosa obra La
Memoria de Aragua, volumen II.
Salvador Rodríguez nació en
Belén, estado Carabobo, el 24 de junio de 1920. A los cinco años sus padres
Lino Rodríguez Ceballos y Juana María Rodríguez se trasladaron al Pao de Zárate
y desde entonces hizo suya la tierra aragüeña que ha sido la receptora de sus
creaciones musicales. Su hijo Magín es un destacado bailador de joropo e
investigador del folclor nacional, también su hija Rosita es bailadora de las
buenas.
Durante su vida, Salvador
Rodríguez grabó un centenar de temas tanto en LP como en discos de 45 y 78
revoluciones, muchas de las cuales grabó junto a Quintín Duarte. Con este
famoso cantador fue invitado a tocar en la toma de posesión de Rómulo Gallegos
en el Nuevo Circo de Caracas en 1948. Viajo por varios países de América
llevando el arte aragüeño.
Respecto a su instrumento,
el arpa, señaló que “el arpa debe tener tiple sonoro, es una tradición usar
cuerdas de acero en el arpa aragüeña. Debe ser sonora en los bajos y si es de
cedro es mucho mejor”.
Al arpisto (arpista) lo
rodearon artistas y cantadores de la talla del ya mencionado Quintín Duarte, Pedro
Matos, Pedro Pablo Romero “El Chirulí de Aragua”, Emilio Mejías, Silvino Armas,
Sandalio Hernández “El Canario de Aragua” y Margarito Aristiguieta, entre
otros.
Dijo en la entrevista con el
poeta Pedro Ruiz: “A mí me gustaría que se hicieran escuela para enseñar a
querer nuestro arte, que aprendan a querer su escuela, que el bailador mejore,
el cantador pronuncie bien… Yo desearía que saliera una nueva generación de
intérpretes y colaboraría con ellos. ¿Por qué no crear en La Villa, que ha sido
lugar de encuentro de muchos artistas, en Centro donde se estudie y se difunda
lo que hacemos?”
Rememorando un poco su
infancia, expresó: “De niño yo veía tocar al ciego Saturno Linero, allá en el Pao
de Zárate, acompañado siempre de su cantador Laureano Mogollón. Fue viéndolo
tocar que empecé a pulsar las cuerdas del arpa”. A los 14 años tocó su primera
fiesta con Mogollón. Eso fue el martes 26 de agosto de 1936, según recuerda. En
el año 37 llega a Villa de Cura y empieza a participar en las fiestas que se
montaban en el barrio Las Mercedes, donde acompañó a los cantadores Silvino
Díaz, Teodoro Rivero y Quintín Duarte, quien lo llevó a Maracay a la emisora La
Voz de Aragua, en 1938. El programa se llamaba Florencio y Quintín. Florencio
Morales, un excelente arpista villacurano de aquellos años, dejó el programa
que pasó a llamarse Quintín y Salvador con su Arpa. Con Quintín hizo un
recorrido por varios escenarios del centro y de la capital, hasta que él muere
el 2 de mayo de 1955.
Se puede decir, junto a
Germán Fleitas Núñez, que “aprendió su arte de los grandes arpistos de su
tiempo: “El Mocho Julián” del Pao de Zarate, Laureano Mogollón, Pedro Sarmiento
(Piringa), “El Ciego” Saturno, Alberto Bejarano “Urica”, Emilio Mosquera,
Eulogio Pérez, El Maestro Macario, Florencio Morales y Pedro Matos”. La Flores
fue la primera pieza que grabó con Quintín Duarte. No tenía letra, “ahora la
tiene, se la hice yo”. Después la grabó con Pablo Romero “El Chirulí de
Aragua”
.
El 26 de septiembre de 1986,
el Concejo Municipal del antiguo Municipio Ricaurte del estado Aragua realizó
una sesión solemne con motivo de “las Bodas de Oro” (50 años) de vida artística
del gran arpista don Salvador Rodríguez, donde fungió como orador el Cronista
de La Victoria Germán Fleitas Núñez, quien en la conclusión de su disertación
declamó una glosa al maestro Salvador Rodríguez.
La música central tiene sus
raíces en el siglo XVIII, pero según muchos cantadores, ha sido enriquecida por
la creación de Salvador Rodríguez. A esta expresión musical común en los
estados Miranda, Carabobo y Aragua, todos los intérpretes concordaron en
llamarla Joropo Central. A Salvador se debe la interpretación del pasaje de
manera estilizada, ese el llamado estilo aragüeño. Con la fama de ser un
salvador de la música central junto a otras leyendas del joropo, como Margarito
Aristiguieta, abrió los caminos a esta música primigenia de Aragua, como dice
en parte la letra de Las Flores, que él compuso:
El tiempo con su mudanza
viste los campos de flores
Nos vuelven las esperanzas
y reviven los amores.
Salvador Rodríguez murió el 25 de mayo de 1992, poco tiempo después de haberse publicado el libro de Pedro Ruiz,
La Memoria de Aragua.
Texto: Argenis Díaz
Fotos reproducidas de La
Memoria de Aragua. Pedro Ruiz.
Glosa
de Germán Fleitas Núñez dedicada a Salvador Rodríguez (1986)
LLEGÓ
SALVADOR CON SU ARPA
Y
SE ABREN COMO UNA FLOR
LA
MARACA CON SU TRINO
Y
EL ARPA DE SALVADOR
I
A la plaza pueblerina
ornada para la fiesta
por la aragüeña floresta
baja un arpa campesina.
Una brisa serpentina
bajo la celeste carpa
escolta al sol cuando zarpa
en crepuscular derroche
y antes de llegar la noche
LLEGÓ SALVADOR CON SU ARPA.
II
Le quita el floreado traje
y al estrecharla en sus brazos,
“Mariselas” y Yaguasos”
se enredan en el “cuerdaje”.
En el fragor del pasaje,
cuando “llama” al cantador,
las manos de Salvador
sobre una inmensa guitarra,
se cierran como una garra
Y SE ABRE COMO UNA FLOR.
III
Sus dedos son manantial,
cauce y desembocaduras,
de un río de aguas puras
que es el cantar nacional;
profundo y elemental,
hondo y llano, recio y fino,
que el baile campesino
“para” el arpa y “calla” el
buche,
para que solo se escuche
La MARACA CON SU TRINO.
IV
Aragua, que el sol decora,
del añil y del almíbar;
Aragua de los Bolívar
del “Joropo” y de “La Llora”;
hoy, cuando en festiva hora,
yo le canto a tu cantor,
a ti también, con amor,
quisiera Aragua cantarte
con la voz de Quintín Duarte
Y EL ARPA DE Salvador.
SE FUE SALVADOR CON
SU ARPA
(Con motivo de la muerte del gran arpisto
aragüeño en 1992)
De
Margarito Aristiguieta.
I
Se fue Salvador con su arpa
se fue para el más allá
Quintín Duarte y “Chirulí”
lo mandaron a llamar
con el “Canario de Aragua”
y también Villamizar
porque tenían una fiesta
Salvador iba a tocar
había un joropo en el cielo
de la música central.
II
En esa fiesta rumbosa
que tenía el Dios divino
faltó don Fulgencio Aquino
con su arpa majestuosa
“Chirulí” cantó una glosa
y Quintín lo tatareaba
mientras Salvador tocaba
el golpe e´ la refaloza.
III
Llegó Florencio Morales
maestro de Salvador
ahí tocó con sabor
el golpe e´Los Turupiales
“El Canario” en sus cabales
dijo: “voy a cantá ahorita”
y con palabras bonitas
Quintín hizo este clamor:
¡Toca el arpa Salvador
anda, toca la burrita!
IV
Tocó a don Melquiades Aquino
el hermano de Fulgencia
quien tocó con sentimiento
varios golpes mirandinos
Villamizar con su tino
cantó el golpe de Florinda
San Pedro la hamaca guinda
y dijo con maravilla:
“así es que se canta ahora, Villa
Canta ahora Aragua linda.
Referencias
La
memoria de Aragua. Volumen II. Encuentro con el maestro Salvador Rodríguez. Pedro Ruiz. Impreso en
Editorial Miranda. Villa de Cura. 1992.
Palabras
al viento. Llegó Salvador
con su arpa (discurso de orden). Germán Fleitas Núñez. Biblioteca de Autores
y Temas Aragüeños. 1995.
Salvador Rodríguez, arpista de Joropo Central (1920-1992) |
Dos leyendas del Joropo Central Margarito y Salvador. |
La Memoria de Aragua de Pedro Ruiz. 1992. |
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